jueves, 15 de abril de 2010

Marte, el hermano planeta, se acercó a la Tierra en agosto 2003: El astro "rojo" lució intensamente y pudo verse en cualquier punto de la geografía

ALGUNOS MISTERIOS DE MARTE, EL PLANETA ROJO

Aquí en Uruguay y especialmente hacia la media noche de fines de agosto 2003, Marte lució nítido y muy visible en el cielo nocturno.

Este fenómeno se produjo porque el planeta rojo se encontraba entonces a una distancia mínima de la Tierra, a unos 55,7 millones de kilómetros.

Marte brilló entonces con la intensidad de treinta estrellas de primera magnitud.

Marte, el enigmático caballero rojo, llamó la atención y fue observado desde la antigüedad, y en las distintas civilizaciones recibió diferentes denominaciones. Este compañero en el sistema solar fue Simud para los sumerios, Harmakhti (Horus “el Rojo”) para los egipcios, Nergal para los asirio-babilónicos, Bahram para los persas, Mangala para los hindúes, Ares para los griegos, Mars para los romanos, Al-Mirik para los árabes, y Auqakuh para los incas.

El fenómeno astronómico denominado "Gran Oposición Marciana" pudo ser visto desde todas partes de la geografía.

Es cierto, cada dos años y dos meses Marte se aproxima a la Tierra, y cada quince años llega a estar a 56 millones de kilómetros de nuestro planeta.

Sin embargo, cada 79 años se dan las mejores oportunidades para avistarlo telescópicamente, porque el planeta rojo se sitúa entonces a unos 55 millones de kilómetros.


Desde el punto de vista astronómico, la oposición se da cuando un planeta exterior se ubica en la esfera celeste diametralmente opuesto al Sol respecto de la Tierra.

En esos momentos de acercamiento, Marte se destaca por la coloración rojiza de la luz reflejada, y la observación telescópica permitiría entonces apreciar claramente tres regiones bien definidas: (1) Los casquetes polares, construcciones de hielo cubiertas por una delgada capa de dióxido de carbono congelado; (2) La zona rojiza que abarca la mayor parte de la superficie, y que debe su color a grandes cantidades de óxido de hierro depositadas en el suelo; y además (3) Las misteriosas zonas oscuras, que cambian de color --verde, amarillo, chocolate, carmesí-- con el transcurso de las estaciones marcianas.

A simple vista el objeto cósmico se aprecia en momento de máximo acercamiento, como una brillantísima estrella de color anaranjado, que no titila, y que brilla con la intensidad de treinta estrellas de primera magnitud.

En esas circunstancias el planeta "rojo" nunca brillaría más que la Luna, y esto nunca sería así puesto que nuestro satélite se encuentra a una distancia muchísimo menor que Marte.

Por cierto, periodistas o supuestos expertos bastante ignorantes, a veces difunden afirmaciones fantasiosas, como por ejemplo, que en máximo acercamiento Marte tendría brillo y tamaño comparable con el lunar, o como por ejemplo, que ciertos fenómenos terrestres como los incendios pudieran tener alguna conexión con la aproximación marciana.

Luego de producido este fenómeno de acercamiento a la Tierra, Marte empieza a alejarse hasta ubicarse a una distancia de la Tierra de unos 400 millones de kilómetros. En esas condiciones el brillo aparente del astro rojo por cierto disminuye, luciendo como la estrella Acrux.


VIDA EN MARTE

Según lo que indican las últimas investigaciones, en Marte nunca hubo grandes mares ni océanos, como se pensó durante mucho tiempo.

Estas conclusiones parten de investigaciones realizadas por astrónomos y geólogos, basadas en estudios de los depósitos de minerales del viajero rojo.

Esos depósitos no deben su origen a sedimentos orgánicos, sino a la acción de la combinación de los gases de la atmósfera marciana reaccionando con las sustancias químicas del suelo, en una superficie por cierto azotada por feroces vientos, desolada, y pulverulenta.

Esta evidencia reduce enormemente la posibilidad de que en un lejano pasado se hubieran desarrollado en Marte formas complejas de seres orgánicos.

De acuerdo con los descubrimientos y las investigaciones más actuales, la temperatura en Marte varía muchísimo, siendo de 20 grados en zonas claras, de 30 grados en regiones oscuras --porque absorben más la radiación solar-- descendiendo hasta 60 grados bajo cero por la noche, e incluso en los polos la temperatura es aún inferior, unos cien grados Celsius bajo cero.

Ciertamente Marte tiene cráteres enormes, con origen en una actividad volcánica que fue muy intensa en el pasado.


Especialmente en el hemisferio sur marciano están los mayores volcanes, y el más grande de ellos es llamado el Monte Olimpo, y tiene una altura de 25 km o de 27 km (según como se lo mida) y una base 600 km.

En Marte hay seis volcanes de similar tamaño al señalado, y también existe allá un canal que tiene más de mil kilómetros de largo y doscientos kilómetros de ancho.

Otro dato llamativo es el relativo a una tormenta anual de polvo y arena, que se inicia en el Hemisferio Sur con la primavera marciana, y en menos de un mes se extiende y abarca casi todo el planeta, con vientos intensos de más de 150 kilómetros por hora.


El último descubrimiento llamativo con abundantes datos y espectaculares fotos de muy reciente obtención, debe ubicarse en el llamado valles Marineris, y consiste en un formidable y muy singular sistema de cañones, con 2.700 km de largo y seis kilómetros de profundidad.


Sin duda en condiciones de ambiente, Marte es más parecido a la Luna que a la Tierra, así que es muy remota la posibilidad de la existencia de vida en ese planeta.


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