lunes, 21 de marzo de 2016

Para saber más sobre el planeta Júpiter y sus enigmáticas lunas, ahora, en estas fechas, en que este astro puede apreciarse en todo su esplendor en las noches de cielo diáfano

 

SIN TECNICISMOS NI ACADEMICISMOS, UNA VISIÓN PANORÁMICA SOBRE LOS MARAVILLOSOS ASPECTOS QUE PRESENTA ESTE GRUPO DE ASTROS

Se ha hecho un esfuerzo especial de redacción en este artículo, para que el mismo resulte fácil de entender y retener. Asimismo, el texto está complementado al final con una extensa galería de imágenes, que invitamos al lector a que la explore y la disfrute.

Con  motivo de la reciente "oposición" de Júpiter, en este artículo procuraremos brindar un panorama general sobre este mastodóntico mundo.

En primer término, diremos que con Júpiter se inicia una serie de 4 planetas gigantes gaseosos, (Jovianos),  formando una familia aparte de los planetas  telúricos,  o parecidos al nuestro.

Júpiter es el planeta más voluminoso y masivo del Sistema Solar y después de Venus, el más brillante del Cielo.

Son famosos sus satélites, descubiertos por Galileo en 1610 y que luego sirvieron de base a Roemer en 1675, para determinar la velocidad de la luz.


Júpiter cuenta con más de 60 lunas que gravitan a su alrededor. De todas ellas, sólo 12 tienen considerables dimensiones y conforman la réplica de  un pequeño sistema solar en miniatura, con la extraña particularidad de que 4 de ellas , circulan en sentido retrógrado.

Una gran "Mancha roja" que aparece en la observación telescópica, ha permitido fijar la rotación de Júpiter en 10 horas ( 9 horas y 57 minutos ) .

El eje de rotación es casi perpendicular al plano de su órbita ( una inclinación de apenas 3 grados).

Júpiter es enorme, resultando más grande que todos los demás planetas juntos.

Su volumen es tal, que la Tierra cabe en él, unas 1.300 veces, siendo su masa unas 318 veces mayor que la de nuestro mundo.

Su densidad es parecida a la del Sol, por lo que se cree que está en estado pastoso, como el astro central.

La acelerada rotación ha producido un gran aplastamiento polar (con el consiguiente ensanchamiento ecuatorial), fácilmente apreciable con los más pequeños anteojos astronómicos.


Cuando Júpiter se encuentra más cercano a la Tierra, se ubica a más de 590 millones de kilómetros.

Al ser un planeta exterior, tan alejado de nosotros, prácticamente no presenta fases, ostentando su disco completamente iluminado, en ciertos casos con los bordes algo esfumados.

En el Cielo se presenta a simple vista, con un brillo considerable, equivalente a 30 estrellas de primera magnitud, superado sólo por Venus, y en determinadas condiciones, por Marte.

Por su gran lejanía, su movimiento aparente entre las "constelaciones" es lento, permaneciendo bastante tiempo en una misma región de la Esfera Celeste.

Observado telescópicamente, presenta un disco con bandas paralelas al  ecuador. Este aspecto general es siempre el mismo, pero los detalles que se aprecian varían, por lo que no puede  corresponder a una superficie sólida, (como la de Marte, Mercurio, o la Luna).

Queda  entonces claro, que estamos observando su atmósfera. En tales bandas, se pueden apreciar  manchas  grises u obscuras , aunque en otras ocasiones aparecen más claras.

Las diferentes zonas presentan distintas coloraciones, que van desde los tonos  rojizos y amarillentos, y  hasta " el dorado salmón " y en ciertas regiones, como las correspondientes a los casquetes polares, un gris verdoso indefinido.


En la turbulenta atmósfera de Júpiter, se destaca una zona de considerables dimensiones, (unos 50.000 kilómetros de largo por 13.000 kilómetros de ancho) denominada la "Gran Mancha Roja".

Se trata de un fenómeno atmosférico, donde la Tierra cabría unas 3 veces, aunque sus dimensiones han disminuido últimamente.

Presenta una estabilidad excepcional, ya que fue descubierta en l665 por Giovanni Domenico Cassini, el primer director del Observatorio Astronómico de París.

 Este fue un gran astrónomo francés, de origen italiano, fundador de una dinastía ilustre que llevó su nombre.

Luis XIV, el " Gran Rey" conocido también como " el Rey Sol ", desde la lujosa corte de Versalles,  lo invitó a dirigir el Observatorio recién fundado, donde Cassini inmortalizó su nombre al efectuar descubrimientos científicos de gran relevancia  (entre los que se destaca la división principal en los anillos de Saturno, división que lleva justamente su nombre).

Este punto es sumamente interesante para los historiadores de la Ciencia : cuando se descubrió la mancha roja, se pensó inicialmente, que se trataba de un "continente en formación".

 Posteriormente, los astrónomos se percataron que la mancha "oscilaba", no era una formación fija, por lo que entonces  estimaron que se trataba de grandes volcanes, cuyos materiales (gases y polvo) atrapados en la atmósfera de Júpiter darían como resultado esa extraña apariencia.

Por su aspecto se le llama la Mancha Roja, pero su coloración varía, ya que en ocasiones se vuelve pálida, y en otras aparece grisácea. No obstante, en la mayoría de los casos, predomina el tono rojizo.

Taylor, a su vez, elaboró "la teoría de la balsa" que suponía que la citada "mancha" era  una balsa de helio, flotando en una atmósfera de hidrógeno.

Se podría pensar que tendría movimientos ascendentes y descendentes. En el primer caso aparecería de color rojo intenso, mientras que en el segundo, al atravesar mayor espesor de capas atmosféricas, aparecería pálida o de color gris.

Lo cierto es que su constitución y los fenómenos que se producen en su interior, durante mucho tiempo, fueron un enigma impenetrable.

Ahora se sabe, gracias a los artefactos como los Pioneros y los Viajeros, que tuvieron pronunciados acercamientos, que se trata de un enorme huracán, un remolino gigante, una tormenta que lleva ya, más de 300 años, considerando que fue descubierta a mediados del siglo XVII.

Vórtices, remolinos inmensos y torbellinos ciclópeos, que tal vez, existan desde hace miles de años, como ha sugerido  Carl Sagan en su memorable obra "Cosmos"

Otro detalle que llama la atención del observador, es el llamado "Velo" o "Perturbación Austral", que aparece en el  Hemisferio Austral, a una latitud cercana a la de la Mancha Roja, y que fue individualizado desde los albores del siglo XX.

ESTRUCTURA  DEL PLANETA

Por las investigaciones efectuadas, se estima que Júpiter debe encontrarse en un estado fluído líquido, formado por elementos que en la Tierra se encuentran en estado gaseoso, pero sometidos a inmensas presiones.

Un fuerte achatamiento del globo, y una variación del período de rotación con la latitud, parece confirmar esta hipótesis. Este mundo gigantesco tendría una superficie envuelta en una atmósfera densa   formada principalmente  por Hidrógeno,Helio,Metano y Amoníaco.

Allí flotarían grandes nubes formadas por amoníaco y metano, en estado líquido y aún sólido.

Algunos astrónomos han sugerido que Júpiter podría ser un planeta de una cierta emisión de energía. Sobre este punto diremos que no puede tratarse de energía luminosa, dado que cuando una de sus lunas pasa por delante del disco planetario, su sombra se proyecta como una mancha muy oscura, casi negra.


Sin embargo en Radioastronomía, se han captado fuertes radiaciones procedentes del planeta, que se atribuyen principalmente a tempestades eléctricas.

La temperatura de Júpiter, no existiendo ningún tipo de emisión de energía, es del orden de 130 grados bajo cero.

Actualmente se estima que este mundo gigante, es una inmensa esfera de hidrógeno, y sus partes serían las siguientes :

Una atmósfera de unos 1.000 kilómetros de espesor que se va tornando más densa conforme se va acercando al centro.


Debido al las fuertes presiones, el hidrógeno pasaría al estado viscoso, y luego, en una zona de unos 25.000 kilómetros, dicho elemento pasaría al estado líquido.

En una tercera zona de unos 40.000 kilómetros de espesor el hidrógeno lo encontraríamos en un estado muy especial, llamado "hidrógeno metálico" ; es decir, que a causa de las enormes presiones, a pesar de hallarse en estado líquido, se comportaría como un metal.

Finalmente el núcleo, que tendría un radio de 6.000 kilómetros y estaría compuesto por hierro y silicatos.


Un hecho notable es que este planeta emite más energía de la que recibe del Sol.  Esto es explicado por el hecho de que el hidrógeno líquido de su interior se encuentra en constante movimiento y por lo tanto, emite el calor del interior en sus ascensos.

Se piensa que en su atmósfera podrían darse condiciones favorables para la formación de compuestos orgánicos.

Inclusive se ha afirmado que ciertas manchas oscuras, detectadas por los Pioneros I y II, podrían ser "indicios de aminoácidos"

De todos modos, estas afirmaciones son prematuras; será necesario esperar e investigar más, dado que la naturaleza puede depararnos muchas sorpresas.

LOS  SATÉLITES  DE JÚPITER  Y SUS  MISTERIOS

De todos los satélites de Júpiter, cuatro tienen considerables dimensiones y son los descubiertos por Galileo Galilei en 1610. Los demás han sido observados en el transcurso de los siglos.

Las lunas galileanas dan lugar a interesantes  espectáculos, al verlos pasar delante de Júpiter, proyectando su sombra sobre las capas de nubes que envuelven el planeta.

Estos cuatro astros, son similares a los planetas tipo Tierra (telúricos) tanto por su tamaño como por su composición.


Pero mucho antes, hay otro, denominado Amaltea (por la cabra mitológica que amamantó a Zeus - Júpiter) . Dista unos 181.000 kilómetros y su radio es de 80 kilómetros. Fue descubierto por Barnard en 1892. Se le llama la "papa cósmica" porque presenta al telescopio un aspecto similar.


Ganímedes y Calixto, con diámetros del orden de 5.150 kilómetros, son mayores en tamaño que Mercurio, y aunque aún no se comprobado totalmente, es muy factible que tengan atmósfera.

De los 8 restantes satélites de significativo tamaño, cabe destacar que tienen diámetros menores de 200 kilómetros y que 4 de ellos, se desplazan alrededor de Júpiter en sentido retrógrado.

Se supone que algunos de ellos, podrían ser Planetoides (Asteroides) capturados por la gravitación de este mundo gigantesco.

Las naves no tripuladas Voyager I y II, pasaron cerca de Júpiter y  de  sus lunas en 1979, aportando  a la Ciencia de Urania,  muy valiosa información.

En primer lugar, descubrieron que el planeta tiene un pequeño satélite, más cercano que Amaltea, cerca del borde exterior de un "tenue anillo", similar a uno de los anillos de Saturno.


Io : Posee una superficie rica en azufre, cosa que ya se sospechaba. Pero lo que constituyó todo un acontecimiento, fue el descubrimiento de 8 volcanes en actividad.

Su superficie revela sinuosas escarpaduras y fallas. Se ha sugerido la existencia de lagos y océanos de azufre en este satélite.

Otro detalle que llamó la atención,  es  la presencia de manchas brillantes, blancas y blanco-azuladas sobre las escarpaduras y fallas, lo que se trató de explicar suponiendo que podría tratarse de nubes, producidas por un gas que emergía del interior y luego se condensaba, formando alguna clase de nieve.

Esta hipótesis posee un buen asidero, dado que se descubrió que Io tiene una tenue atmósfera de dióxido de azufre  y por lo tanto se trataría de una escarcha  de ese compuesto sobre el satélite.

El dióxido de azufre fluído tendría acceso más fácil a la superficie a lo largo de una falla o en la base de una escarpadura.

Al alcanzar la superficie, quizá forzado hacia afuera por presiones artesianas, la presión que lo confinaba desciende bruscamente por debajo de un valor crítico y el líquido explota en una niebla helada que cae sobre la superficie.


EUROPA : Las imágenes de Europa muestran un cuerpo casi blanco. En la región ecuatorial se observan partes oscuras y otras claras, ambas atravesadas por una serie de bandas oscuras que en algunos casos se extienden por miles de kilómetros.

Las fotos también han revelado la presencia de cráteres, algunos de ellos de origen meteórico.

Se han observado también largas y estrechas crestas que se elevan a más de 100 metros sobre la superficie.

CALIXTO : La superficie de Calixto aparece saturada de cráteres, pero se diferencia de la Luna en que presenta un sistema de anillos concéntricos separados entre sí de 50 a 200 kilómetros y se extienden hasta un radio de unos  1.500 kilómetros.

GANÍMEDES :  El rasgo característico de este satélite es su suelo, surcado y retorcido. Las crestas y surcos paralelos están estrechamente espaciados y alcanzan una longitud transversal de entre 5 y 15 kilómetros. Este satélite, al igual que los restantes, dá siempre la misma cara a Júpiter, como la Luna con respecto a la Tierra.

El hemisferio opuesto a Júpiter, presenta una inmensa área oscura, salpicada de impactos de meteoritos.

Como su densidad es sólo dos tercios de la de Europa, se piensa que este satélite contiene una mayor proporción de agua que el anterior. Quizá la corteza de Ganimedes esté formada en su mayor parte por hielo, que sería más oscuro en las regiones más antiguas.

GALERÍA DE IMÁGENES

El propio planeta Júpiter



La mancha roja y la mancha blanca de Júpiter





La estructura interna de Júpiter



Los satélites galileanos


 Satélites galileanos (en orden descendente): Ío, Europa, Ganímedes, Calisto

Los cuatro satélites galileanos en comparación con la Tierra y la Luna

Las lunas de Júpiter

Satélites galileanos (de izquierda a derecha): Europa, Ío, Calisto, Ganímedes



El satélite Luna del planeta Tierra

La Luna es el único satélite natural de la Tierra, que al tener un diámetro ecuatorial de 3474 km, es el quinto satélite más grande del Sistema Solar

El satélite Encélado del planeta Saturno


Encélado es uno de los satélites de Saturno, que a pesar de sus dimensiones no demasiado grandes, tiene una curiosa variedad de características visibles, como ser, superficies viejas y craterizadas, junto a superficies jóvenes y muy lisas

La luna Ganímedes del planeta Júpiter : Recreación artística de este satélite (en primer plano), y al fondo, visión del planeta en torno al cual orbita

Ganímedes o Ganimedes es el satélite natural más grande de Júpiter, así como el más grande del Sistema Solar

El satélite Tritón del planeta Neptuno

Tritón es uno de los satélites de Neptuno que debido a su ubicación está muy alejado de nuestro planeta, siendo uno de los astros más fríos del Sistema Solar (-235 °C) ; fue descubierto por William Lassell el 10 de octubre de 1846

El satélite Io del planeta Júpiter

Ío es el satélite galileano más cercano a Júpiter, y fue descubierto por Galileo Galilei en 1610 ; con un diámetro de 3600 km, es la tercera más grande de las lunas de Júpiter, y allí se presentan planicies y también cadenas montañosas, aunque la ausencia de cráteres de impacto sugiere la juventud geológica de su superficie (cuenta además con más de 400 volcanes activos)

El satélite Calisto del planeta Júpiter

Calisto es el tercer satélite más grande del Sistema Solar, y el segundo más grande del sistema joviano (después de Ganímedes) ; es el cuarto satélite galileano en cuanto a su distancia a Júpiter, con un radio orbital de 1,88 millones de kilómetros

El satélite Titán del planeta Saturno

Titán es el mayor de los satélites de Saturno, y el segundo en tamaño del Sistema Solar (detrás de Ganímedes) ; además, es el único satélite conocido que posee una atmósfera importante

El satélite Tetis del planeta Saturno

Tetis es el quinto satélite más grande de Saturno (tiene un diámetro de 1060 km), y está situado a unos 294 619 km del centro del planeta, siendo su período orbital de 1888 días (el mismo que su rotación) ; fue descubierto en 1684 por el astrónomo francés de origen italiano Giovanni Domenico Cassini

El satélite Europa del planeta Júpiter

Europa es uno de los satélites de Júpiter que fue descubierto por Galileo Galilei en 1619, y es el menor de los satélites galileanos, aunque es el sexto en tamaño de todo el Sistema Solar

El satélite Mimas del planeta Saturno

Mimas es uno de los satélites de Saturno, que fue descubierto por William Herschel en 1789 ; el nombre viene de la mitología griega, por ser Mimas uno de los gigantes, e hijo de Urano y Gea

El satélite Dione del planeta Saturno


Dione es otro de los satélites naturales de Saturno, también descubierto en 1684 por Giovanni Cassini ; los nombres de las cuatro lunas descubiertas por Cassini (Tetis, Dione, Rea, Jápeto) corresponden en la mitología a algunos de los nombres de los Titanes, hermanos y hermanas de Cronos

AGRADECIMIENTO  Y CIERRE: 

Quien escribe estas líneas, desea agradecer profundamente la invalorable colaboración de los ingenieros Juan Carlos Anselmi Elissalde y Aulo Fernando García Texeira, por las ilustraciones que engalanan este texto.

Esperando que el contenido y las imágenes de esta entrada hayan resultado de utilidad e interés, Brunetto se despide de los amables lectores con cordiales saludos, y deseos de un pronto reencuentro.

Mensaje a los visitantes


viernes, 18 de marzo de 2016

Antiguos crímenes emblemáticos que superaron la prueba del tiempo, y que aún nos enseñan algo y nos advierten

LOS LLAMADOS CRÍMENES DEL ASESINO DEL TORSO DEL TÁMESIS: UN ENIGMA VICTORIANO

¿Pudo un asesino en serie, aún más sádico que Jack el Destripador, coexistir con él y cometer sus atroces hazañas en similar tiempo y lugar?

Si así hubiese ocurrido, vale preguntarse porqué aquél pasó tan inadvertido y "sin pena ni gloria" en la historia del delito. No cabría descartar, a priori, que algunas de las presuntas víctimas de homicidio no fuesen más que piezas anatómicas birladas de salas de disección clínica, y arrojadas en el río Támesis y en otros puntos de la geografía británica por inescrupulosos guasones.

Tampoco correspondería obviar que en la mayoría de las encuestas judiciales, celebradas a raíz de esos abominables hallazgos, el jurado no emitió un veredicto de  "asesinato premeditado". Ello fue así dado que los médicos forenses no fueron capaces de establecer con convicción que se trataba de crímenes. Formuladas estas salvedades, nos referiremos a esos cuerpos desmembrados, cuyas inquietantes apariciones dieron origen a la hipótesis del "Descuartizador del Támesis" o del "Asesino de torsos del Támesis".

La sombra de ese presunto victimario se proyectó con ominosa fuerza por primera vez en mayo de 1887, en el pueblo del valle del río Támesis, localidad de Rainham. Dos trabajadores portuarios extrajeron de las aguas un paquete que guardaba el torso de una mujer. Estaba ausente la cabeza y una porción superior del pecho. Durante los meses de mayo y junio de ese año, partes de ese mismo cuerpo emergieron en distintas zonas de Londres.

Los médicos forenses consideraron que las mutilaciones denotaban algún grado de conocimiento anatómico, pero que el cadáver no había sido disecado para fines clínicos. En suma, avalaron la teoría de un homicidio. Los galenos no pudieron discernir la razón de la muerte ni acreditaron que un acto violento hubiese tenido lugar, por lo que el jurado convocado para la encuesta judicial no tuvo más remedio que regresar trayendo a la sala un ambiguo veredicto de "Found Dead" ("Encontrado Muerto").

La segunda eventual víctima de la serie de despojos humanos esparcidos en el río Támesis y sus aledaños fue advertida en setiembre de 1888, cuando cursaba su apogeo la cacería del exterminador de prostitutas de Whitechapel. El día 11 de aquel mes, un brazo femenino fue avistado flotando en el río en la región de Pimlico. A su vez, el 28 de setiembre de ese mismo año, otro brazo se encontró a la vera de la carretera de Lambeth.

Finalmente, el 2 de octubre de 1888 se descubrió el torso de una mujer al cual le faltaba la cabeza. Ese fragmento se ubicó en los terrenos de la obra de construcción del Nuevo Scotland Yard, y al suceso la prensa lo apodó el "Misterio de Whitehall", en honor al nombre de la calle donde se emplazaba dicho edificio.

Se llamó para estudiar los restos cadavéricos a varios forenses, entre ellos al doctor Thomas Bond (cf. Thomas Bond (autor del primer perfil criminal ; Doctor THOMAS BOND, un forense en la historia de Jack el Destripador ; THOMAS BOND, el forense del Destripador). Este profesional evaluó que, de tratarse de un crimen, el matador había justificado ostentar algún grado de conocimiento médico. En general, los cirujanos no pudieron dar con evidencia que dilucidase de qué forma había perecido la infortunada difunta.

El también forense Charles Alfred Hibbert (o Hebbert), ayudante de Bond, opinó que el brazo rescatado en el río pertenecía a aquel torso por la limpieza del corte asestado para separarlo del tronco y por el diámetro de las amputaciones que exhibía el cuerpo en dónde le fueron arrancados los miembros. Tras examinar los brazos, apuntó que: "Pensé que el brazo fue cortado por una persona que, si bien no era necesariamente un anatomista, sin duda sabía lo que estaba haciendo, pues conocía dónde estaban las articulaciones y daba muestras de que practicaba este tipo de cortes con bastante regularidad ".

La encuesta judicial subsiguiente se llevó a cabo el 8 de octubre bajo la presidencia del juez John Troutbeck, de Westminster.

Se convocó al estrado a Frederick Wildborn, primera persona en percatarse de los restos en el sótano del edificio. El testigo declaró que residía en el 17 de la Avenida Mansell, en Clapham Junction, y trabajaba de carpintero para la empresa 'Grover and Sons' en la obra de construcción de la Nueva Scotland Yard. Manifestó que a las 6 en punto de la mañana del 1º de octubre se dirigió a las bóvedas para recuperar herramientas que allí guardaba, y vio lo que le pareció un abrigo raído tirado en una esquina.

Ese sector estaba muy oscuro incluso en el medio del día, y no pudo dar con sus herramientas. Por la noche, a las 5.30, volvió a descender al escabroso reducto y notó que el paquete continuaba en el mismo sitio, aunque no despedía mal olor. Esta vez decidió avisar a otros dos obreros, quienes destrabaron las ligaduras del cordel que rodeaba aquel envoltorio de ajados periódicos. Ante la mirada atónita de los tres hombres emergió el repugnante contenido.

Se infiere a partir de éste, y de otros testimonios, que el individuo que transportó el torso hacia dónde fuera hallado necesariamente lo hizo sirviéndose de luz artificial, dadas las penumbras del lugar. El perímetro estaba protegido mediante vallas que dificultaban el acceso. Quedó claro que el bromista –si fuese un cuerpo robado de una sala de disección- o el criminal –si se tratara de un homicidio- corrió un enorme riesgo de ser visto y atrapado.

Al cabo del sumario el jurado, obviando los indicios de que estaban frente a un asesinato, de nuevo pronunció un veredicto de "Found Dead". Aunque en 1888 Jack el Destripador era la indiscutida "estrella criminal" -pues en apenas diez semanas de reinado había estremecido al Londres victoriano- al final de ese año el interés por sus fechorías principiaba a disminuir. Para junio de 1889 casi siete meses habían transcurrido sin un ataque que pudiera serle endilgado, y se alentaba la esperanza de que su sanguinario ciclo hubiese concluido.

Pero, en cuanto a los trozos de cuerpos diseminados en torno al Támesis, la siniestra retahíla recrudeció. En la mañana del 4 de junio, parte de un torso femenino se capturó de las aguas sobre la ribera de la localidad de Horselydown. Ese mismo día, en horas de la tarde, una pierna izquierda apareció debajo del puente Albert, en Chelsea. En la ulterior semana varios pedazos más de ese organismo fueron recobrados en las cercanías del río.

El influyente periódico Times de Londres, en su edición del 11 de junio de 1889, reprodujo un fúnebre resumen consignando que: "los restos humanos encontrados hasta ahora son los siguientes: Martes, pierna izquierda y muslo en Battersea, parte inferior del abdomen en Horselydown; jueves, el hígado cerca de Nine Elms, la parte superior del cuerpo en Battersea-Park, el cuello y los hombros en Battersea; viernes, el pie derecho y parte de esa pierna en Wandsworth, la pierna y el pie izquierdos en Limehouse, sábado, el brazo izquierdo y la mano en Bankside, las nalgas y la pelvis  en Battersea, en el muslo derecho en el Chelsea Embankment; y ayer, el brazo derecho y la mano en Bankside ".

Todos esos hallazgos originaron un sumario judicial que tuvo su inicio el 17 de junio del citado año. Según declaración de los profesionales forenses: "la división de las partes humanas demostró habilidad y método. Sin embargo, no se nota la destreza anatómica de un cirujano, sino más bien la sapiencia práctica de un carnicero o un desollador. Hay una gran similitud en la manera que se cortaron estos restos con los que fueron hallados en Rainham y en el nuevo edificio de la policía metropolitana en Whitehall".

Por su lado, el 5 de julio el Times de Londres abundó que: "es opinión de los médicos actuantes que las mujeres habían fallecido sólo 48 horas antes de que sus organismos fuesen troceados, y que los cadáveres resultaron diseccionados por una persona que debe haber tenido algún conocimiento sobre las articulaciones del cuerpo humano".

También esta vez, los cirujanos fueron incapaces de determinar la causa de la muerte. No obstante, ahora el jurado arribó a un veredicto de "asesinato cometido con premeditación contra alguna persona o personas desconocidas".

Al igual que aconteciera en las restantes emergencias, no se pudo ubicar la testa de la presunta asesinada; pero ahora su identidad fue establecida. Gracias a cicatrices de los brazos se identificó a la fallecida como Elizabeth Jackson, una prostituta que ejercía su oficio en Chelsea. Se trataba de una ramera muy pobre que carecía de hogar y a menudo dormía en el parque de Battersea. Había adoptado el hábito de colarse entre las roturas de las rejas circundantes cuando en la noche cerraban las puertas de aquel lugar público.

El perpetrador dejó una gran parte del torso en un sitio apartado del parque, lejos del acceso de la mayoría de los viandantes, y fue el jardinero quien se topó con esos despojos. Otra extremidad del cuerpo se localizó a corta distancia del anterior hallazgo, e iba envuelto en ropa vieja que portaba impreso el nombre "L. E. Fisher".

En la autopsia se constató que el útero estaba extirpado. El doctor Thomas Bond fue del parecer de que podría tratarse de un aborto mal practicado, con consecuencias fatales. El posterior fraccionamiento y dispersión de trozos del cadáver habría resultado, de acuerdo con esta conjetura, la infame tarea de un malogrado obstetra intentando ocultar las huellas de su delito.

Sea como fuere, conocer la identidad de la occisa, aunque resultó trascendente, no sirvió a la pesquisa policial pues en definitiva el caso quedó sin solucionar.

El 17 de julio de 1889 se perpetró en el este londinense el homicidio de la prostituta Alice McKenzie, del cual se sospechó que pudo ser faena del Destripador. La prensa se encargó de dar pábulo al temor de que el mutilador del East End irrumpía de nuevo. Todos los médicos intervinientes -excepto el doctor Thomas Bond- coincidieron en que aquel crimen no pertenecía al nefasto psicópata. Pero quien sí parecía haber retornado a sus andadas vesánicas era el "Descuartizador del Támesis" o el "Asesino del Torso de Támesis".

El 10 de septiembre, el agente de la policía metropolitana William Pennett cumplía su ronda a lo largo de la calle Pinchin, en Whitechapel, cuando dio con el torso de una mujer bajo un arco de ferrocarril. De igual manera que ocurrió con el caso de Alice McKenzie, este tétrico episodio produjo una frenética actividad en la policía del distrito. Pocos minutos después de descubrirse el cadáver el Comisionado de la Policía Metropolitana y numerosos detectives que habían participado en la investigación del caso Ripper se hicieron presente en la escena del presunto delito.

Oficialmente, los pesquisas incluyeron este eventual crimen en la categoría de los llamados "Asesinatos de Whitechapel" o "Muertes de Whitechapel", atento al distrito dónde apareció aquel cuerpo desmembrado.  Pero, más allá de la localización geográfica, ponderando el modus operandi empleado y otros factores, este hallazgo cabría catalogarlo dentro de la saga atribuible al homicida de torsos del río, quien aquí habría mutado de hábitat a la hora de agredir. Alternativamente, se manejó que los restos constituían material de estudio anatómico desechado por estudiantes de medicina. Pero aún los investigadores que creían estar frente a un asesinato aceptaron, siguiendo la opinión forense, que no era una faena de Jack, dada la disimilitud entre las mutilaciones que aquél infligía con la amputación que presentaba ese cadáver.

El especialista Michael Gordon propuso la teoría de que Jack the Ripper y quien por esas mismas fechas desmembraba cuerpos y los tiraba en las inmediaciones del Támesis, conformaron una misma persona y, además, también se atrevió a identificar al culpable que se ocultaba tras estos aberrantes procederes, y a quien sindicó como autor fue a Severin Klosowski alias GeorgeChapman, sin dar mayor importancia a la edad de este postulado sospechoso, ya que en efecto, el recién citado nació en 1865, y era apenas un niño de ocho años cuando comenzaron a verificarse los macabros hallazgos corporales de partes desmembradas de cuerpos humanos en la capital inglesa.

No obstante y en 1887, este sospechoso cifraba veintidós años, y podría sí haber sido un precoz desmembrador de mujeres así como un furibundo asesino de prostitutas. Que el citado supo asesinar féminas ya lo sabemos; pues acreditadamente ultimó a varias mediante envenenamiento. En apoyo de su teoría, el referido estudioso destacó que su sospechoso estuvo en Inglaterra durante los crímenes del Destripador y que habría regresado, luego de una estadía en el exterior, justo en el intervalo cuando ocurrieron las siniestras apariciones de cuerpos desmembrados en las cercanías del principal río británico.

Los misteriosos y sórdidos descubrimientos verificados en torno al Támesis contaron con un posible antecedente entre los años 1873 y 1874. El 5 de setiembre de 1873, una patrulla de la policía del río, próxima a la localidad de Battersea, recogió fuera del agua un fragmento del tronco de una mujer. Poco más tarde, se fueron recolectando otras partes del mismo cadáver, a saber: un pecho derecho en Nine Elms, una cabeza en Limehouse, el antebrazo izquierdo en Battersea, la pelvis en Woolwich; y así sucesivamente, hasta que se armó un cuerpo casi completo. Al igual que sucediera con el caso de Rainham en 1887, al cabo de ese mes se reportó casi a diario en los periódicos sobre las partes del cuerpo que se iban recuperando.

Nuestro tan nombrado doctor Thomas Bond, a la sazón Cirujano Jefe de la Policía Metropolitana, emprendió un encomiable y lóbrego trabajo y fue reconstruyendo el cadáver cosiendo una a una las piezas. Recomponer el rostro de la finada significó un enorme desafío, pues la nariz y la barbilla estaban desolladas, y a la cabeza le había sido arrancado el cuero cabelludo. La piel de la cara de la víctima fue equipada de la manera más natural posible en esas horribles circunstancias.

A pesar de que este pionero intento de reconstrucción forense se llevó a cabo con sumo "ingenio y habilidad"  -conforme a expresiones de los periódicos- el cuerpo sólo podría ser reconocido por aquellos que estaban más: "íntimamente familiarizados con las características físicas de la persona fallecida". La policía rechazó a muchos sujetos que se acercaron para saciar su morbo de contemplar el cuerpo destrozado. Entre éstos estaban "los comerciantes de horrores" que trataron de obtener un esbozo de los restos. Pero la policía obró con celo profesional, y únicamente a quienes se consideró con legítimas razones para ver los restos les fue exhibida una fotografía de los mismos.

Comentando aquellas lesiones, la revista médica The Lancet informó que: "Contrariamente a la opinión popular, el cuerpo no había sido troceado, pero era cierto que las articulaciones se han abierto con habilidad, y los huesos resultaron perfectamente desarticulados, incluso en las articulaciones complicadas del tobillo y el codo. A su vez, en la articulación de la cadera y del hombro los huesos fueron toscamente aserrados".

Dado que esta vez devenía notorio que había atrás una mano criminal, un veredicto de "asesinato con premeditación contra alguna persona o personas desconocidas" fue alcanzado por el jurado en la encuesta judicial. El gobierno ofreció una recompensa de doscientas libras, y un perdón gratuito para cualquier cómplice que denunciara al ejecutor. Pese a ello, jamás se supo la identidad de la víctima, no se practicaron aprehensiones, y el asunto quedó a fojas cero. En el mes de junio del siguiente año de 1874 el organismo descuartizado de una fémina se extrajo de las aguas del Támesis, en la región de Putney.

El rotativo News of the World del 14 de junio destacó que el cadáver carecía de cabeza y de extremidades, salvo una pierna, y que el torso fue trasladado a la morgue de Fulham. En ese ámbito, el cirujano forense E.C. Barnes manifestó que el cuerpo había sido dividido por su columna vertebral, y que se utilizó cal a fin de agilitar su descomposición antes de ser vertido en el agua. A despecho de parecer que se trataba de un homicidio, el jurado dictó un veredicto abierto.

Tal cual ocurriera en el incidente similar del año anterior, nunca se supo a quien pertenecían los fragmentos humanos, ni se capturó a sospechoso alguno.

Aunque lo supra relacionado es lo único que goza de apoyo documental respecto a estas secuencias de muertes con desmembramiento, cabe anotar que el ensayista Michael Gordon en su libro "The Thames Torso Murders of Victorian London" (2002), págs. 14-16, introdujo la posibilidad de que en noviembre del año 1886 se consumase el descuartizamiento de una prostituta en el pueblo francés de Montrouge, que podría haber constituido faena del mismo matador. La información en la cual se basó proviene, empero, de una fuente escasamente confiable, a saber: "las crónicas del crimen", atribuidas al Dr. Thomas Dutton,presunto experto forense británico citado por el escritor Donald McCormick, creador a su vez de "La identidad de Jack el Destripador" (1959).

De hecho, el enteléquico Dutton, en sus nunca editadas memorias, habría acusado a un "feldcher" (o sea, ayudante de cirujano) de origen ruso (o polaco) de haber estado residiendo desde 1885 a 1888 en Francia, y constituir el posible responsable de ese no registrado homicidio. Esta equívoca información la utiliza Gordon a fin de apuntalar su tesis de que el susodicho debió ser Severin Klosowski alias George Chapman; es decir: el candidato que este teórico postula a la identidad tanto de Jack el Destripador cuanto de "The Killer Thames Torso".

Dicha versión fue adoptada por la novelista Sarah Pinborough, quien en su thriller sobre el caso del Descuartizador del Támesis, editado en habla hispana bajo el rótulo de "El segundo asesino" (2013), comienza su narración recreando ese eventual crimen acaecido en Francia. El problema consiste en que los ripperólogos Stewart Evans y Keith Skinner en su libro "Jack el Destripador: Cartas desde el infierno", publicado en español en el año 2003, demostraron que Donald McCormick se inventó la existencia del médico Thomas Dutton para poder respaldar así, con pretendidas pruebas, sus hipótesis sobre la identidad de Jack the Ripper. Por ende, todo cuanto a este personaje fabricado se vincula deviene, como es obvio, falso y ficticio.

Galería de imágenes

Recreación contemporánea e ilustrativa sobre un hipotético asesino serial que además de matar, se ensaña y descuartiza los cadáveres que va generando


Proyecto de portada de una futura novela de terror del autor Gabriel Antonio Pombo



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Enlaces externos recomendados

Título - El asesino del torso del Támesis: Un enigma victoriano
Sitio digital - AB & MP: Investigaciones paranormales
Enlace - http://abmp-investigaciones.blogspot.com.uy/2016/03/el-asesino-del-tamesis.html

jueves, 17 de marzo de 2016

A treinta años del último retorno del cometa Halley, una nueva y enigmática visita de astros cometarios engalana nuestro cielo: ¿Serán los cometas los responsables de haber aportado agua a la Tierra? ¿Y las bases de la vida, habrán sido diseminadas por estos viajeros del espacio, en buena parte del universo? ¿Serán dos o tres cuerpos? ¿Serán ambos cometas, o bien será un solo cometa con un asteroide compañero?


Dos nuevos cometas se aproximan a la Tierra en marzo de 2016

Se trata de un fenómeno insólito por tener estos cuerpos celestes una diferencia de tan sólo un día y trayectorias muy semejantes: dos cometas con órbitas muy similares pasarán muy próximos a nuestro mundo, un fenómeno cósmico que despierta la atención de la comunidad astronómica toda.

El 21 y el 22 de marzo de este año, se dará este acercamiento. Han pasado 246 años desde que un astro cometario se aproximara tanto a nuestro planeta.

El primero en aparecer será el 252P Linear 12, ubicándose a una distancia de 5,3 millones de kilómetros, es decir, 14 veces la distancia de la Tierra a la Luna.

El otro cuerpo cometario (2016 BA14) se acercará al planeta azul que habitamos, a 3,5 millones de kilómetros, o sea 9 veces la distancia que nos separa de nuestro satélite.

Lo curioso de esta pareja, es que uno de sus componentes, el segundo de ellos, se creía que era un asteroide, hasta que se le descubrió la cola.

La similitud de sus trayectos orbitales y el paso casi simultáneo, ha sugerido que se trata de un cometa fraccionado en dos trozos (aunque esta hipótesis no ha sido confirmada).

El P2016 BA14, será el  "medalla de bronce"  en cercanía, ya que se convertirá en el tercer cometa en la historia, en pasar tan  próximo a nuestro planeta, (desde que existen registros, desde luego).

El famoso Cometa de Lexell, registrado en julio de 1770, fue el que más se aproximó a la Tierra, situándose a 2,3 millones de kilómetros, o sea 5,9 veces la distancia que nos separa de la Luna.

Con telescopios y otros instrumentos ópticos, se disfrutará de un formidable espectáculo, y más aún, considerando que hay muy buenas posibilidades de que dejen a su paso, una estela de residuos, o sea una lluvia de meteoros o  "estelas volantes" .

También cabe precisar que no existe ningún peligro de colisión con nuestro planeta.

Los dos cometas que más se aproximarán a la Tierra en estos años, coinciden en marzo/2016, con sólo 26 horas de diferencia.

Por otra parte, el 13 de marzo, a una distancia mayor, de 0.16 Unidades Astronómicas (62 veces la distancia  a la Luna) pasó el cometa periódico Soho, cuyo perihelio es muy próximo al Sol.

Se trata de cuerpos poco activos, definibles más como  "asteroides polvorientos", los cuales desprenden partículas micrométricas sólidas, mucho más por la presión de radiación, que por el volumen de hielo sublimado.

En cuanto a la actividad de  "meteoroides" que podrían generar, dada la proximidad,  puede ser bastante interesante, ya que presentan una fractura del núcleo, aunque bastante inactiva como cometa, además de su récord de proximidad.

Se reitera, que eventualmente, los 3 cuerpos celestes, sobre todo los 2 más próximos, podrían generar actividad de meteoros.

Esperando que disfruten de este espectáculo natural, Brunetto se despide de los amables lectores con un cálido abrazo.

Galería de imágenes de cometas










Varios cometas se acercan notablemente a la Tierra en estas fechas, y en particular dos de ellos presentan una gran aproximación el 21 y 22 de marzo de 2016


Posiciones de los cometas 2016 BA14 (derecha) y 252P LINEAR (izquierda) en sus trayectorias de acercamiento; en el centro de la imagen está representado el sistema Tierra-Luna
Se destaca que el cometa 252P LINEAR tiene un núcleo estimado de 230 metros


Galería de imágenes de asteroides






Epílogo

Existen dos grandes incógnitas sobre los astros cometarios: La primera cuestión, si son los responsables de la existencia de agua en el planeta Tierra, al estar compuestos fundamentalmente por hielo (por eso se sospecha que los cometas pudieron haber aportado el agua a nuestro mundo). Se han analizados seis particulares cometas, en donde se ha detectado una cierta abundancia de Deuterio con respecto al Hidrógeno, en el hielo de estos cuerpos ; En segundo lugar, la otra gran discusión abierta en los ámbitos académicos, se refiere a si los cometas transportan los elementos de base de la vida, o sea, sustancias orgánicas, y tal vez incluso microorganismos (panspermia). De ser así, habrían sido los responsables de la aparición de la vida en la Tierra, y tal vez, también de diseminar vida por buena parte del universo.

Agradeciendo profundamente a los ingenieros Juan Carlos Anselmi y Aulo Fernando García, por las ilustraciones que engalanan este texto, Brunetto se despide de los amables lectores hasta un próximo encuentro.