viernes, 22 de abril de 2016

Contundente: Hace unos 13.000 años, América estaba poblada por mamíferos gigantescos -- Una gran piedra cósmica se precipitó en México, exterminando la Megafauna del Pleistoceno -- Vestigios de materiales residuales, recientemente descubiertos, aportan pruebas irrefutables del fenómeno // Espléndidas imágenes ilustran didácticamente, este fascinante debate sobre el tema de la sexta extinción biológica masiva

Encendidas polémicas entre expertos, ha generado la aparición de un nuevo enfoque sobre las extinciones biológicas masivas

Las más recientes y completas investigaciones científicas, evidencian que un gran meteorito que precipitó  en el centro de México hace unos 12.900 años, provocó un acentuado cambio climático

Los expertos de 16 prestigiosas universidades, encontraron en el Lago Cuitzeo, una capa fina de sedimentos, con una composición de elementos muy extraña, datada en unos 13.000 años.

La colisión del cuerpo cósmico, dejó una capa negra, rica en carbono y nano-diamantes de unos 10 centímetros  como residuo. Tal impacto fue determinante de un cambio climatológico extremo.

A una profundidad de 2,8 metros, investigadores y científicos  dirigidos por  Isabel Israde - Alcántara encontraron las pruebas concluyentes.

Los nano-diamantes son compatibles con una gran colisión cósmica. Lo demuestran las huellas de esférulas  (pequeñas bolitas) generadas por la violencia y magnitud de impacto.

Ningún evento provocado por el ser humano, ni por erupciones de  volcanes, ni por otros  fenómenos naturales, pueden explicar sedimentos tan peculiares . "Estos materiales se forman solamente por un impacto extraterrestre" sostiene James Kennett, de la universidad de California.


Las materias recogidas del lago Cuitzeo, permiten asegurar que su origen radica en un impacto cataclísmico, ocasionado por un asteroide o por un cometa de grandes dimensiones, fragmentado en trozos de significativo tamaño, algunos de los cuales fueron de cientos de metros de diámetro.


Es indudable que el "meteoro"  entró en la atmósfera en un ángulo muy bajo, provocando tanto calor, que el rozamiento quemó toda la vegetación de la región, e incluso derritió las rocas de la superficie.

Consecuentemente, se generó un importantísimo cambio climático.La capa de sedimento lacustre , se ubica justamente en un nivel identificado fehacientemente en todo el hemisferio boreal, con un período de gran enfriamiento registrado hace 12.900 años.


Esto provocó la rápida declinación de la Megafauna hasta entonces exitosa, incluyendo a los Mamuts, Mastodontes, Tigres dientes de sable, Perezosos gigantes y grandes lobos, entre otros.

Aseguran los científicos, que existe una sincronización total entre estos extraordinarios cambios ambientales, atmosféricos y biológicos, con el gran impacto cósmico.


Los datos paleontológicos del Pleistoceno y Holoceno, así como los de tipo climatológico y biológico, son reforzados por la evidencia de que otro gran cometa, (mucho mayor que el fenómeno Tunguska), se desintegró sobre Canadá, hace 12.900 años.

El enfriamiento ocasionado por las nubes de polvo que bloquearon la luz solar, provocó la aparición de grandes masas de hielo y el retiro del nivel del mar, en el orden de 150 metros.

La explosión de este segundo gran cometa, queda evidenciada por el nivel carbonoso con "iridio" que constituiría la eyecta y que ha sido plenamente identificado (no es poca cosa) en unos 50 yacimientos de toda Norteamérica.


Caballos, camellos, muchos pequeños mamíferos y pájaros, desaparecieron abruptamente, en este período, conjuntamente con la cultura clovi.

Esta postura científica, muy controvertida, ha dado lugar a encendidas polémicas entre los expertos.  Sin embargo, ahora está ampliamente documentada, y junto con las hiper-enfermedades esparcidas por los primitivos humanos, frente a las cuales, la megafauna no tenía anticuerpos, figura entre las principales causas de la sexta gran extinción biológica masiva.


Por otra parte, no existen evidencias de cacerías abruptas y discriminadas, para señalar al ser humano como la mayor amenaza para la fauna de este período.

A favor de la incidencia de los cambios climáticos en la desaparición de especies prehistóricas del Cuaternario, se argumenta la carencia  -en los yacimientos de la época-  de pruebas arqueológicas, o de claras evidencias de grandes cacerías.

También el hecho, absolutamente probado, de que los seres humanos ingresaron, tanto a la América del Norte como a Australia, mucho después de que se produjera el grueso de estas extinciones.

Asimismo existe otro hecho incontestable: el verdadero motivo por el cual, varias especies, que obviamente "no fueron cazadas" igualmente desaparecieron.

Fueron los cambios climáticos ( provocados o tal vez incrementados por la precipitación de grandes cuerpos cósmicos ) los que debilitaron notoriamente a la Megafauna, que no tuvo tiempo suficiente para adaptarse a las nuevas condiciones imperantes.

La hipótesis del exterminio por los humanos, no es de aplicación universal, y de hecho, nunca fue suficientemente confirmada.

El famoso sitio Clovis en Norteamérica, ciertamente indica que este supuesto no es suficiente.

La incidencia de los humanos primitivos, fue obviamente "indirecta" debido por ejemplo, a los campos incendiados, lo que alteró profundamente la flora.

Podría decirse que existiría una correspondencia,al comienzo del Cuaternario,  entre la desaparición de ciertos mamíferos y aves, y la expansión humana por los continentes.

Pero el verdadero motivo de ello, fue la diseminación de la "nube" de gérmenes y microbios, que  acompañaban a los humanos y que propagaron enfermedades frente a las cuales, los animales  de esa época,carecían de inmunidades y defensas.

Agradecimiento y cierre: Agradezco especialmente a los ingenieros Juan Carlos Anselmi y Aulo Fernando García Texeira por sus valiosos aportes en la ilustración de este texto.

Prometiendo continuar a la brevedad con este apasionante y controvertido tema, que ha dado origen a extendidos debates entre los expertos, Brunetto saluda a los consecuentes cibernautas con el afecto de siempre.

viernes, 15 de abril de 2016

Alerta, superdepredadores prehistóricos al acecho: El Megalodón, el temible tiburón más grande que jamás haya existido, y las terroríficas ballenas dentadas, integrantes todos de la sorprendente fauna de la era Neozoica (Terciaria o Cenozoica)

Introducción

En la Era Terciaria existieron cetáceos, como los Basilosaurios, enormes ballenas dentadas con más de 20 metros, equiparables en tamaño a las grandes ballenas actuales. Su longitud superaba entonces, a la del Pliosaurio kronosaurus, cuyos mayores ejemplares no excedían los 14 metros; a quienes deseen profundizar, se recomienda la lectura del artículo "Evolución de los cetáceos".

Los Basilosaurus fueron los primeros cetáceos de gran tamaño, dado que surgieron durante el período Eoceno. Sus restos aparecen en el registro fósil hace 46 millones de años y desaparecen del mismo hace 36 millones de años. 

Sus huesos han sido ubicados en Estados Unidos (Alabama y Luisiana), pero también en Egipto, Pakistán, y otras comarcas.

Por esta distribución del registro fósil, se sabe que se difundieron ampliamente y en forma exitosa por el mundo.  


Un gran cambio climático, sucedido en los albores del Oligoceno habría determinado su extinción. 


Los Basilosaurios,cuyo nombre significa "rey de los reptiles" habitaban las ricas aguas costeras, donde encontraban abundante alimento, como sirenios, tortugas, peces, cetáceos más pequeños, y tiburones. 


Científicamente, los Basilosaurios se distinguen por su muy alargado cuerpo, y la posesión de dos patas posteriores vestigiales. 

Al principiar el siglo XIX, eran tan abundantes sus huesos en Norteamérica, que se usaban como muebles.

Algunos ejemplares medían 18 metros de longitud corporal y habrían pesado unas 15 toneladas. Sin embargo,  también se han estimado longitudes de 25 metros, asignándose a estos especímenes gigantescos, un peso de 30 toneladas. 



Su distribución geográfica, estaba en principio centrada en el océano de Tetis,originado hace 250 millones de años, y que todavía en el período Eoceno se extendía por Europa, Asia Menor, Persia y el Tíbet. 


Posteriormente, este cetáceo se expandió por extensas comarcas oceánicas. 

En su dieta se encontraban tiburones pequeños, moluscos y tortugas.Con una mandíbula prominente y 44 dientes grandes y afilados, "diseñados para atrapar y triturar" a sus presas, no contaba con ningún depredador que amenazase su dominio marítimo.


Con sus agudos sentidos de vista y oído, pasaría la mayor parte de su tiempo cazando variadas presas, ya que al ser un animal tan grande, necesitaría enormes cantidades de alimento para subsistir.


Sin embargo, su cerebro era pequeño, por lo cual no se le atribuyen conductas sociales.  Solamente se reunirían en épocas de apareamiento. 

Un supuesto esqueleto de Hydrarchos de treinta y cinco metros de longitud reunido por Albert Koch en 1845. Se acabó descubriendo que se trataba de un montaje de huesos de al menos cinco fósiles diferentes de Basilosaurus

Una de las cualidades más importantes, que nos hacen disfrutar de estos "super-depredadores prehistóricos" es la  longitud de su cuerpo, que resultaba verdaderamente impresionante. 



En la primera mitad del siglo XIX, un famoso anatomista estadounidense, señaló equívocamente, que se trataba de un  "reptil de 50 metros de largo" y de allí viene la denominación incorrecta de "Basilosaurus" término que significaría "reptil rey".

Richard Owen, el famoso cirujano y paleontólogo británico,director del Museo de Historia Natural de Londres, luego de investigar la columna vertebral,las costillas y las mandíbulas del extraño animal, se percató que se trataba de un cetáceo, es decir, de un mamífero marino.

Owen propuso entonces, cambiar el nombre de Basilosaurio, por el de "Zeuglodón" (diente de yugo) en referencia a los dientes de doble raíz, pero esta sugerencia no prosperó. 

Este enorme cetáceo dentado, antepasado de las actuales ballenas, poseía características anatómicas singulares.

En la región mandibular,contaba con un conjunto de elementos dentales, que resultaban tener un filo letal, preparados para cortar casi cualquier cosa que encontraran en su camino.

Los dientes de la zona delantera tenían un peculiar "diseño" con la forma de conos, concluyendo los investigadores, que cumplían la función de capturar las presas. 

Los dientes de la zona trasera, en cambio, disfrutaban de un diseño triangular, apropiados para desgarrar el cuerpo de sus víctimas. 



Sus características indican que se movía de modo similar al de las anguilas.

Su cuerpo era tan largo debido a que los elementos vertebrales, habían sufrido un estiramiento pronunciado.No tenía cualidades físicas para sumergirse a grandes profundidades, no era un nadador perfecto, y tampoco estaba equipado para desplazarse en tierra firme.

Sin embargo, a pesar de estas limitaciones, fue el más grande depredador de su época. Hasta su extinción, en los albores del Oligoceno, no tuvo competidores próximos.



EL MEGALODÓN, EL TIBURÓN MÁS GRANDE DE TODOS LOS TIEMPOS

Conocido también como "tiburón megadiente", tiburón blanco gigante, y tiburón monstruo, fue una versión ciclópea del gran tiburón blanco actual.


Vivió en los mares de la Era Terciaria, desde hace 16 millones de años, extinguiéndose hace 2 millones de años atrás, (es decir que existió desde el Mioceno hasta fines del Plioceno).

Sus dientes, se han encontrado en estratos de Europa, las tres Américas, Oceanía, Japón, África, la India, Malta, las Canarias, e incluso en la fosa de las Marianas. 


Las estimaciones de tamaño, masa y longitud, han dado origen a encendidas controversias. 

El Profesor Bashford Dean , fue el primero en reconstruir la mandíbula en 1909, asignándole una longitud de 30 metros.


Esta dimensión, en extremo exagerada, resultó equívoca por el pobre conocimiento de la dentadura del megalodón en ese tiempo y por estructuras musculares inadecuadas. 


Posteriores métodos, han propuesto tamaños variables: 13 metros, 15,5 metros y 16,8 metros. Muchos expertos actuales son de la opinión que alcanzaba los 16 metros, superando en tamaño, al pacífico tiburón ballena de nuestros días. 


En cuanto a su masa corporal, también existen estimaciones variables, según la longitud, planteándose para ejemplares de 15 metros,unas 47 toneladas; para  ejemplares de 17 metros, unas 59 toneladas. 



La desaparición de estos gigantescos escualos, está relacionada con 3 factores : el cambio climático, la falta de suficiente alimento, y la aparición de competidores muy exitosos.

Al establecerse el istmo de Panamá, se produjo un gran enfriamiento de las aguas oceánicas,desencadenándose una glaciación en el hemisferio boreal

Su expansión durante el Plioceno, hizo aparecer inmensas masas de hielo,con lo cual, el descenso en el nivel del mar, fue notable.

Estos cambios climáticos influyeron negativamente en el Megalodón, que estaba adaptado para desenvolverse en aguas cálidas. 


Así comenzó el declive del gigantesco escualo, que se fue extinguiendo lentamente. 

Además, las áreas de cría, fundamentales para mantener la especie, se redujeron drásticamente.

A ello se sumó, que tras la consolidación del istmo de Panamá, se extinguieron numerosas especies de cetáceos de las que se alimentaba el megalodón. 


La falta de alimento, está  explicada porque durante el Plioceno, muchas de las grandes ballenas,comenzaron a migrar a las aguas frías de los círculos polares, donde  por razones de sus bajas temperaturas ) el monstruoso tiburón, no podía seguirlas. 

Al quedar este apetitoso bocado fuera de su alcance, el megalodón se volvió "caníbal", cazando a los ejemplares más jóvenes que se desarrollaban en los trópicos.

Por último, la competencia planteada por los grandes delfines depredadores, surgidos a fines del período Mioceno, desbancó a los "tiburones monstruos" de su pedestal como predadores superiores. 

Las "orcas" ya habían hecho su aparición, y su táctica de cazar en "manadas", debe haber desempeñado un decisivo papel en el declive y la extinción total de los más grandes escualos de los que se tenga noticia.

Ilustración de una cabeza de tiburón actual junto a fósiles de dientes de C. megalodon por Nicolás Steno (Disección de la cabeza de un tiburón, 1667)

Nota curiosa

Durante la Edad Media y el Renacimiento, los grandes dientes del tiburón Megalodón, fueron interpretados de una manera insólita. De acuerdo a las ideas entonces imperantes, se señalaba a tales dientes por parte de los sabios del momento, como "lenguas petrificadas de dragones y serpientes de mar".

Agradecimiento y cierre:

Como es habitual, deseo expresar mi más profundo agradecimiento a los ingenieros Juan Carlos Anselmi Elissalde y Aulo Fernando García Texeira, por haber ilustrado con hermosas e inspiradas imágenes, el presente texto.

Brunetto se despide de los ya consecuentes cibernautas, con un cálido abrazo.

Artículos de similar temática que se recomienda consultar:


viernes, 8 de abril de 2016

Las más grandes aves prehistóricas que hayan surcado los cielos, hipopótamos gigantes, perezosos colosales, y también feroces tigres: "titanes de la megafauna", de las eras Terciaria y Cuaternaria, seres vivientes que constituyeron las máximas expresiones de grandeza, magnificencia, y monumentalidad // Interesante galería de imágenes acompaña este texto

Introducción

En este artículo presentaremos algunos ejemplares representativos de la megafauna, particularmente grandes mamíferos y extrañas aves, que significaron singulares manifestaciones en la evolución de los seres vivos.


TOXODÓN : Semejante en su aspecto a los actuales hipopótamos y rinocerontes, carecía de parentesco con ellos, pero poseía rasgos morfológicos notablemente parecidos. Habitante de llanuras abiertas y frondosos pantanos, extraía las plantas que constituían su alimento, con sus mandíbulas en forma de "pala". 

Su cráneo mide 70 centímetros. Superaba los 3 metros de largo y su peso ha sido estimado en 1 tonelada.

Algunos de sus últimos ejemplares, lograron existir hasta hace unos 8.000 años.




ARGENTAVIS MAGNIFICENS : En Salinas grandes de Hidalgo,(Pampa Argentina) los doctores Rosendo Pascual y Eduardo Tonni, ubicaron en 1979, la cabeza, patas, huesos de las alas y otros restos fosilizados de un ave gigantesca. 

Los mismos fueron transportados al Museo de la Plata, para compararlos con los fósiles de otras aves, (los teratornios) que se extinguieron al finalizar la última glaciación (Edad de Hielo).


En los lagos asfálticos del Rancho "La Brea", los especialistas habían encontrado con anterioridad, los restos de aves asombrosas, los más gigantescos pájaros que hayan surcado los cielos. 

Se trataba de aves, cuyas alas extendidas, medían de punta a punta, más de 5 metros de longitud. 

Establecida la comparación, los resultados fueron contundentes. 

El "Argentavis Magnificens" como fue llamada, presentaba una envergadura del orden de los 7 metros. 

Con una altura de 2,5 metros, y 3,5 metros desde el pico a la cola, habría pesado 70 kilogramos. Las plumas primarias de sus alas se extendían 1,5 metros y 18 centímetros a lo ancho. 

Para el profesor Kenneth Campbell, esa magnífica ave, estaría emparentada con las cigüeñas y los buitres. 
Con un largo y ganchudo pico, el mecanismo de apertura de la mandíbula, le permitía abrirla mucho, por lo cual se asemejaba a los animales que engullen presas enteras. 


En tal caso, se estaría no frente a simples carroñeros, sino ante "depredadores activos", provistos de plumas en el cuello y la cabeza.  Así fue representado en las primeras reconstrucciones.

 Las aves carroñeras no presentan plumas en esas partes del cuerpo, dado que introducen las mismas en cuerpos descompuestos,y contaminarían las plumas con carne podrida y sangre coagulada. 


Con respecto al vuelo,el aleteo le estaría vedado al Argentavis. Este inmenso pájaro sería solamente capaz de planear, alcanzando velocidades del orden de más de 60 kilómetros por hora. 

Aterrizaría, luego de hábiles maniobras, posándose en el suelo suavemente, como las cigüeñas y las gaviotas.


PELAGORNIS CHILENSIS : Con una envergadura alar mayor a los 6 metros y un pico dotado de prolongaciones filosas,similares a dientes,fue sin dudas, una de las mayores aves voladoras del mundo prehistórico.


Un esqueleto casi completo y más grande que otros,fue localizado en la zona chilena de Atacama, concretamente en Bahía Inglesa, y la reconstrucción del magnífico ejemplar, ha confirmado el enorme tamaño del ave. 

Vivió en Chile, hace 7 millones de años, durante la época Miocénica y debió nutrirse a expensas de peces y moluscos como pulpos y calamares,a quienes atrapaba con las proyecciones óseas del pico. 


A pesar de que esta ave prehistórica tuvo amplia difusión planetaria, sus fósiles corresponden en mayor parte a fragmentos, ya que las paredes de sus huesos son extremadamente delgadas y por lo general se quiebran en el proceso de fosilización

El fósil chileno está en muy buen estado de conservación y representa el 70% del esqueleto.
Se considera que en su época, debió proporcionar un espectáculo increíble verlo cruzar el cielo,siendo un pájaro de estas dimensiones, más grande que cualquier otro pájaro vivo en la actualidad. 


Las largas alas de esta ave marina extinta, le habrían permitido volar mediante planeos, cubriendo grandes distancias en busca de sus presas.

El Pelagornis chilensis pertenece al grupo conocido como  "Pájaros con dientes de hueso" caracterizados porque su pico incluye prolongaciones de largos y delgados "dientes espinosos"

Con ellos capturaba en mar abierto, alimentos resbalosos como peces,pulpos y  calamares.

El profesor Gerald Mayr, del Instituto Forschung, del Museo Senckenberg, uno de los mayores centros de Historia Natural de Alemania, ha precisado : "Aunque estas criaturas pueden parecer como habiendo pertenecido a la película Parque Jurásico, fueron aves reales y sus últimos representantes coexistieron con los primeros seres humanos en África del Norte". 


Por su parte, para el investigador David Rubilar, Jefe del Área de Paleontología  del Museo Nacional de Historia Natural, el estudio del fósil del ave "permitirá incrementar el conocimiento sobre uno de los más espectaculares y fascinantes animales que han surcado los cielos".


PELAGORNIS SANDERSI : Con sus alas extendidas llegaba a medir 7,40 metros, (el doble de la envergadura del Albatros), constituyéndose así en la mayor ave voladora hasta el momento conocida. 


Esta inmensa ave marina extinta, era "piscívora" y habitaba en playas solitarias,costas rocosas y cavernas marítimas.

Atrapaba a sus víctimas mediante su formidable pico, provisto de temibles protuberancias filosas. 

Contaba con pseudo-dientes,desprovistos de esmalte,no ubicados en alvéolos y no reemplazables durante la vida del ave. 


Apareció hace 25 millones de años (durante el Oligoceno) y sus restos continúan  en el registro fósil hasta el período Pleistoceno.

Por los cielos se desplazaba a 60 kilómetros por hora, pero sus patas cortas y gruesas,no le permitían correr para tomar impulso. Por lo tanto se considera que sólo era capaz de volar, al saltar desde los bordes de los riscos y acantilados marítimos. 


Siendo un excelente planeador, necesitaba sin embargo una plataforma para alzar el vuelo, debido a que sus alas eran demasiado largas para poder despegar desde el suelo. 

Los expertos estiman que impulsándose desde promontorios rocosos, aprovechaba muy bien las corrientes de viento. Una vez en el aire, el sorprendente pájaro, sería capaz de volar kilómetros sin batir las alas. 


El Pelagornis Sandersi vivió tras la extinción del los Dinosaurios, pero antes de la llegada de los primeros seres humanos.

Sus restos fosilizados han sido ubicados en todos los continentes, lo cual vuelve todavía más enigmática la causa de su extinción, hace 2,5 millones de años.


MEGATERIO : Su cuerpo estaba cubierto de espesa pelambre. Sus patas delanteras eran largas y fuertes, provistas de cuatro garras, de 20 centímetros cada una. 

Su masa ha sido estimada en unas 5 toneladas, equivalente a un elefante.

Al adoptar una postura erecta, apoyándose en las fornidas patas traseras y en la gruesa cola, a modo de un "trípode", alcanzaba las hojas de las ramas altas,y también obtenía una mejor panorámica, para defenderse de los carnívoros de su época, como el "tigre dientes de sable".











SMILODON : provistos de largos y afilados colmillos, eran felinos  más grandes que los tigres actuales, ( 350 kilos ) pero de proporciones diferentes, ya que su estructura esquelética y los músculos eran mucho más grandes y fuertes, sobre todo en la parte anterior ; su cuello era más  largo, las patas más fuertes y la cola reducida.

Los "tigres dientes de sable", se especializaban en cazar a los perezosos gigantes y a otras presas de gran porte. 

Emboscaban a su víctima, y le cortaban las arterias, lo que le provocaba un sangrado intenso. De allí la utilidad de los largos colmillos, que tenían una sección ovalada y eran  ligeramente aserrados,para cortar más fácilmente la carne. 

Tenían en sus garras, mucho mayor fuerza que los leones. Se han encontrado restos con señales de golpes y quebraduras, que luego sanaron, por lo que se deduce que vivían en grupos y que alimentaban al herido hasta su total recuperación.

Otro estudio ha demostrado que rugían como los leones, lo que sugiere actividades de señalización  reconocibles para otros miembros de la especie.

La desaparición de tan formidables ejemplares, está vinculada con la extinción de sus grandes presas.








ARGENTAVIS MAGNIFICENS (últimas informaciones sobre este plumífero extraordinario) : Fue  también una de las aves voladoras más grandes de todos los tiempos, y también el "Teratornis" más antiguo, ya que sus restos aparecen en depósitos sedimentarios del Mioceno (de 8 a 6 millones de años atrás).

Ostentaba, este magnífico animal, según sostienen algunos autores, una amplitud alar de 8 a 10 metros. Medía desde el pico hasta la cola, unos 3 metros y medio. Parado, en postura de descanso, superaba los 2 metros de alto.  Su peso, en los más grandes ejemplares, se ha estimado en unos 100 kilogramos.

Los paleontólogos piensan que era un ave planeadora, limitando el aleteo, al correteo y despegue. Luego aprovechaba las corrientes  térmicas para ejecutar su majestuoso vuelo.

Ave carroñera, detectaba cadáveres desde grandes alturas, aprovechando su inmenso tamaño, para espantar a los mamíferos carnívoros, a los que robaba sus presas.

La desaparición de esta ave, golosa y espléndida, se debió a los cambios climáticos. 

La elevación de la cordillera de los Andes, en la plenitud de su altura, interrumpió los fuertes vientos del Pacífico, ideales para el planear de estas magníficas aves.






Nota: A pesar del enorme tamaño del Argentavis (con una amplitud alar de entre 7 y 10 metros), no fue la mayor criatura voladora, dado que el Pterosaurio quetzalcoatlus lo superaba ampliamente, con una envergadura de entre 10 y 12 metros.

La Era Terciaria, también llamada Era Cenozoica o simplemente Cenozoico, y que en griego significa "animales nuevos", se inició hace unos 65 millones de años, y se prolonga hasta prácticamente la actualidad, ya que se puede considerar a la Era Cuaternaria como el último periodo del Cenozoico.
La Era Terciaria es la era del gran plegamiento alpino que formó las cordilleras actuales como los Alpes, los Andes, y el Himalaya.
Al Cenozoico también se le llama la era de los mamíferos, pues luego de extinguirse los dinosaurios surgieron animales nuevos, y hace unos 30 millones de años hicieron su aparición los primeros primates, aunque por cierto, el Homo sapiens irrumpió en nuestro mundo hace solamente unos cien mil años.
Es de interés recordar que el Cenozoico se divide en varios periodos que son:
·         Paleógeno:
·         Paleoceno.
·         Eoceno.
·         Oligoceno.
·         Neógeno:
·         Mioceno.
·         Plioceno.
·         Cuaternario:
·         Pleistoceno.
·         Holoceno.


Agradecimiento y cierre: Como de costumbre, deseo expresar mi mayor agradecimiento a los ingenieros Juan Carlos Anselmi Elissalde y Aulo Fernando García Texeira, por su esmerada dedicación en la edición e ilustración del presente texto.

Esperando que este contenido y estas ilustraciones hayan sido del agrado e interés de los lectores, Brunetto se despide de todos con un fraternal abrazo.