lunes, 21 de abril de 2014

Colosos del mar: Años después de los primeros esqueletos descubiertos, los Mosasauros aún son motivo de nuestra admiración // Fascinantes imágenes ilustran pedagógicamente el texto

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Los Mosasauros sin duda fueron los reyes del mar en su época de apogeo

En artículos anteriores ya nos hemos referido a los Mosasaurios, pero siempre queda mucho por decir de esta interesante especie.

En el último tercio del decimoctavo siglo, fue ubicada en Holanda, una mandíbula gigantesca, analizada por el gran Georges Cuvier. Este notable descubrimiento, fue seguido de otros grandes hallazgos en varias comarcas europeas, Países Escandinavos, Alemania, Rusia, y también Norteamérica y Nueva Zelanda. Estos hallazgos a nivel mundial, permitieron conocer detalles de la estructura y de la vida de tales monstruos.

Contaban con unas 100 vértebras, cuatro veces más que un ser humano. Cada una de esas vértebras estaba unida a la siguiente por una junta articulada, lo cual hizo pensar a los expertos que los Mosasaurios se desplazaban por el agua como anguilas. Sin embargo, descubrimientos fosilíferos recientes demuestran que al menos algunas variedades nadaban como tiburones.

En la mitad de su mandíbula inferior había una articulación, que permitía a estos ejemplares abrir desmesuradamente sus fauces, para así atacar presas muy voluminosas. Articulada como en las serpientes, su espantosa boca dilatable, le aseguraba tragar presas muy grandes. Sus particularísimas mandíbulas le permitían movimientos hacia los lados, mordiendo y devorando con avidez sin igual a sus víctimas.

Completaban estas mandíbulas prensoras, hileras de filosos dientes curvados hacia adentro. Y dientes en el paladar reforzaban su mortífero arsenal.

Los ejemplares de mediano tamaño, eran tan largos como tres morsas, pero existieron muchas variedades de Mosasaurios de tal fortaleza y magnitud, que resultaron verdaderamente colosales: de 15 a 18 metros de longitud.

Particularizaremos en algunas variedades:

MOSASAURUS:


Fue uno de los predadores más temibles y peligrosos del planeta. En 1822, su nombre le fue dado por el famoso naturalista inglés William Conybeare, y significa "reptil del río Mosa", donde su  mandíbula fue encontrada y asignada por el renombrado naturalista francés Georges Léopold Cuvier como perteneciente a una especie extinta.

Este enorme "Mosasáurido" aterrorizó a los animales que habitaron el medio acuático durante el Cretácico superior.


Su hidrodinámico cuerpo, provisto de aletas que controlaban la dirección, y una larga cola muy aplanada en su extremo, le permitía un rápido desplazamiento en el agua, llegando a  superar los 50 kilómetros por hora.

Sus osamentas han sido halladas en muchos lugares: Holanda en primer término, abundando en Norteamérica y encontrándose más tarde en Nueva Zelanda, Arabia, Turquía y Bulgaria.

Este reptil marítimo era un carnívoro voraz, que tenía un largo aproximado de 18 metros, unos 2 metros de altura y su peso superaba las 20 toneladas.

Fue sin lugar a dudas, el más temible superdepredador en su hábitat.


CLIDASTES:


El Clidastes fue uno de los primeros y tal vez el más pequeño. Medía solamente tres metros y medio. Su cuerpo esbelto y su cabeza estrecha lo volvía muy hidrodinámico. Nadaba rápidamente, propulsándose por medio de una delgada cola que se remataba en una aleta ancha. Contaba con extremidades en forma de "paletas" que no eran extremadamente palmeadas.

GLOBIDEN:


El Globidens fue una variedad de mosasáurido, típicos del Cretáceo Superior. Vivían en los mares interiores que cubrían buena parte del continente norteamericano. Se diferenciaba de los demás de su especie, por no presentar dientes aguzados y puntiagudos. Los dientes del Globidens eran piezas dentales en forma de globo, que utilizaba para atrapar pulpos y calamares, y para romper conchas de moluscos.
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Medía más de 6 metros y contaba con una cola aplanada, cráneo robusto, y mandíbulas articuladas.
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Con sus 40 dientes redondeados, incrustados en las quijadas, trituraba las duras y gruesas caparazones de cangrejos, almejas  y sobre todo, las espiraladas conchas de los Ammonitas.
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Los largos dientes frontales,con aspecto de clavijas, estaban perfectamente diseñados  para sacar sus presas del fondo marino.
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PLOTOSAURUS:
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El Plotosaurus, por su parte, se desplazaba dando enérgicos bandazos de derecha a izquierda con su ancha cola. De timón les servían sus potentes aletas. Este reptil nadador, que es lo que significa su nombre, habitaba las aguas que en pretéritos tiempos cubrían lo que hoy es California. Su capacidad pulmonar era extraordinaria, lo que le facilitaba la persecución y captura de los diversos organismos marinos que formaban parte de su dieta.

Esqueleto de un Mosasaurus encontrado en una cantera de piedra caliza en Maastricht, Holanda


Mosasaurio de poderosa dendadura, crestado y blindado, de musculosa cola, pasando por encima de un Geosaurio

Gran mosasauro (de aproximadamente 18 metros) atacando a un Pteranodón (reptil alado de unos 8 metros).

Un Mosasauro amarillento de gran cresta y potente cola, junto a un Plesiosauro de cuerpo moteado y verdoso.


Mosasáuridos de nado serpentiforme, con movimientos ondulatorios, al modo de las anguilas, representados en varios museos de Historia Natural de Canadá.


Mosasauro de gran cola, contorneando a un Archelón, gigantesca tortuga de los mares cretácicos.





Grabado del siglo XIX: Lucha de monstruos acuáticos acorazados, de hábitoa feroces, y filosa dentadura. Ilustración elaborada en Londres.


Tres destacados sellos postales que representan un gran Cronosaurio de larga cola, un Mosasaurio de grandes mandíbulas y un Tylosaurus de musculoso cuerpo crestado y temibles dientes.

Agradecimiento y cierre:

Destacamos la invaluable colaboración de los ingenieros Juan Carlos Anselmi Elissalde y Aulo Fernando García Texeira en las ilustraciones que engalanan este artículo.

Se aclara además que todos los artículos de este sitio digital de autoría del suscrito Carlos Brunetto, tienen por objetivo principal el empoderamiento de las actividades educativas y de divulgación cultural, así que un importante esfuerzo ha sido hecho para presentar conceptos, descubrimientos, teorías, y conclusiones técnicas y socio-políticas, sin utilizar un rebuscado vocabulario propio de especialistas, y tratando de presentar las ideas con el mayor rigor posible aunque siempre buscando sencillez y fácil comprensión.

Esperando que este contenido haya sido de utilidad y agrado para los benévolos ciberlectores, como es habitual Brunetto se despide de todos con un fuerte abrazo, y hasta la próxima entrega.

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Cartel de cierre para reflexión y cavilación de los lectores:


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