sábado, 5 de febrero de 2011

Los conquistadores que volvían de América, hablaban de oro y plata y otras diversas riquezas del Nuevo Mundo: ¿Encontraremos valiosos tesoros en otros mundos?



LOS ASTRÓNOMOS HALLARON UN EXTRAÑO "MUNDO DE DIAMANTES"

Seguramente, la famosa actriz Elizabeth Taylor, se moriría de envidia si los estudios preliminares se confirman.

Una estrella llamada BPM 37093, localizada en la hermosa constelación del Centauro, a una distancia de 54 Años Luz, parece estar constituída de un único e inquebrantable diamante, pero del tamaño de la Tierra.

Muy posiblemente sería el mayor diamante del Universo, dijo el astrónomo brasileño Kepler de Souza Oliveira (Filho), Jefe del Departamento de Astronomía del Instituto de Física de la Universidad Federal de Río Grande del Sur (UFRGS).


Fue justamente este astrónomo brasilero Kepler de Souza, junto con sus colaboradores Antonio Kanaan y Odilon Giovannini, hoy profesores de la Universidad de Caxías do Sul, quien descubrió la extraordinaria estrella en una noche de 1991, cuando los tres hacían observaciones con un telescopio de 1,6 metros de diámetro, del Laboratorio Nacional de Astrofísica (LNA) que opera en el "Observatório do Pico dos Dias" (OPD) en Brazópolis, Minas Gerais (Brasil).


La estrella en cuestión, llamó de inmediato la atención de la comunidad astronómica mundial, por pertenecer a un grupo de "enanas blancas" variables, estrellas que ya consumieron todo su "combustible", y a continuación hicieron implosión.


EL INTERIOR DE LAS ESTRELLAS

El estudio de lo que sucede en el interior de las estrellas, debe hacerse, obviamente, en forma teórica e indirecta, basado en las manifestaciones exteriores del astro.

La fusión al interior de una estrella se logra cuando allí la densidad y temperatura son suficientemente altas. Existen varios ciclos de fusión que ocurren en diferentes fases de la vida de una estrella. Estos diferentes ciclos forman los diferentes elementos químicos que conocemos.

El primer ciclo de fusión, y el mejor conocido, es la fusión del Hidrógeno hacia el Helio. Esa es la fase en la que se encuentra nuestro Sol.


Obviamente, la transformación de Hidrógeno en Helio con desprendimiento de energía, no es tan sencilla como se sugiere en la imagen recién presentada. En efecto, en las reacciones de fusión ocurren naturalmente transformaciones complejas, con creación y destrucción de elementos intermedios.

En la siguiente imagen, se esquematiza la transformación de Hidrógeno-pesado (Deuterio y Tritio) en Helio, con desprendimiento de energía.



En las estrellas con temperaturas muy altas ocurren otros ciclos de fusión, como el ciclo Carbono-Nitrógeno-Oxígeno (ciclo CNO), en donde parte del Carbono quemado se vuelve a regenerar (ver abajo esquema simplificado). Y a temperaturas aún más altas , el Helio que se quema produce Carbono.



Finalmente, a temperaturas extremadamente altas, se forman los elementos más pesados como el Hierro.

Las reacciones de fusión que ocurren en las estrellas forman neutrinos, que se esparcen por el espacio, y que llegan a la Tierra tanto procedentes del Sol como con origen en las estrellas. Al detectar estos neutrinos y al analizarlos, los científicos pueden sacar conclusiones sobre las fusiones internas en las estrellas.

Las conclusiones más importantes a las cuales se ha arribado respecto de lo que pasa al interior de las estrellas, se deben a los estudios de los astrofísicos alemanes, y especialmente a los trabajos del astrofísico inglés Arthur Stanley Eddington, basados en la forma de propagación de la energía.

El interior de ciertas estrellas, debe ser considerado esquemáticamente, como un globo gaseoso, fundamentalmente compuesto por Hidrógeno y Helio, donde la temperatura también aumenta con la profundidad.

En el centro, o en las proximidades del mismo, las temperaturas serían altísimas (del orden de millones de grados), y las presiones por cierto verdaderamente formidables (de miles de millones de atmósferas), encontrándose la materia gaseosa en un estado muy especial conocido bajo el nombre de "plasma".

En estas condiciones, se darían las "reacciones termonucleares", fuente fundamental de la energía irradiada tanto por el Sol como por las demás estrellas.


LAS ENANAS BLANCAS

Cuando se estudia el interior de las estrellas, debe considerarse un grupo muy especial, a las cuales, tanto por tamaño como por su color, se denominan "enanas blancas".

Son estrellas pequeñas, podría decirse diminutas, como por ejemplo Sirio B (la compañera de Sirio A -alfa de la constelación del Can Mayor-) ubicada a unos 9 Años Luz, o Procyon B (la compañera de Procyon A -alfa del Can Menor-), situada a unos 11 Años Luz.

Estos astros tan especiales, tan particulares, son estrellas del tamaño de planetas (Sirio B es apenas mayor que la Tierra), pero encierran dentro de sí una masa (o cantidad de materia) parecida a la contenida dentro de nuestro Sol.

Por lo tanto, se comprenderá fácilmente que su densidad es altísima, a tal punto que un centímetro cúbico, es decir el contenido de una cucharadita de té, pesa por lo menos, una tonelada. Por cierto, ¡Es como para tomar té allí!: Imposible.

A pesar de que en el núcleo las temperaturas pueden alcanzar varios millones de grados, las enanas blancas sólo emiten energía en una delgada capa superficial.

Son estrellas muy viejas, en el final de su evolución cósmica, que sólo sacan su energía de la "contracción".

Pero llegará un momento, en que por más que se contraigan ya no lograrán producir energía, y entonces progresivamente se irán enfriando, hasta formar una especie de "costra" . Y a partir de ese momento se transforman en una "enana negra oscura y muerta".

Por otra parte, la poca abundancia de hidrógeno en estas estrellas, es otra característica digna de destaque.

EL MUNDO DE DIAMANTE

La estrella denominada "de diamante", el famoso "astro diamantino", tiene aproximadamente el tamaño de nuestro planeta, y una densidad superior, de 4 millones de gramos por centímetro cúbico.

Desde que esta estrella fue descubierta, está siendo estudiada por una entidad llamada "Whole Earth Telescope" (WET), que reúne a astrónomos y científicos de trece países.

Estos astrónomos han deducido que la citada estrella, en su proceso de implosión, podría haberse transformado en un único cristal de carbono contaminado con oxígeno, es decir, por definición, un diamante.

Para despejar toda duda, la WET programó una campaña de observación intensiva, usando telescopios ubicados en varios países, Brasil, Chile, África del Sur, Australia, y Nueva Zelanda. Y todos ellos han sido enfocados en dirección a la estrella durante las 24 horas del día.

Así, cuando los astrofísicos brasileños duermen, los astrónomos australianos y neocelandeses trabajan.

Incluso el telescopio espacial Hubble fue accionado en varias oportunidades para hacer mediciones de radiación ultravioleta emanadas desde esa estrella. A pesar de que aún no se ha llegado a la conclusión definitiva, las observaciones preliminares estarían, en principio, indicando que la estrella parecería ser en verdad un diamante gigantesco.



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Las distancias a las nebulosas planetarias no son tan fáciles de calcular como en el caso de algunas estrellas. Muchos de los métodos utilizados para estimar estas distancias se basan en hipótesis generales que pueden ser inadecuadas para el objeto específico bajo estudio.

En años recientes sin embargo, las observaciones de mayor precisión realizadas con telescopios como el Hubble, han permitido mejorar estas estimaciones.

Todas las nebulosas planetarias se expanden, y las observaciones del mismo objeto, en años diferentes y con suficiente resolución angular, permiten medir el ritmo de crecimiento de la nebulosa sobre el cielo. Por cierto, esta expansión aparente es normalmente muy pequeña, unos pocos milisegundos de arco por año o menos.

Pero los métodos espectroscópicos permiten calcular la velocidad de expansión de una nebulosa planetarias a partir del efecto Doppler. Y por lo tanto, comparando la expansión angular con la velocidad de expansión medida por efecto Doppler, permite calcular la distancia a la nebulosa.

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