lunes, 14 de febrero de 2011

Los graves y trascendentes sucesos de Egipto y sus repercusiones a nivel mundial: Carta abierta del Profesor Federico Olascuaga desde Uruguay





“¡La Libertad es sumamente contagiosa!”: Por considerarse de interés general, se transcribe a continuación una CARTA ABIERTA escrita por el Profesor Federico Olascuaga sobre los recientes y preocupantes sucesos de Egipto

Viernes 11 febrero 2011

Toda la atención está centrada, por estas horas, en los históricos sucesos que vive Egipto. Ha concluido allí un ciclo de tres décadas, con la renuncia del octogenario Hosni Mubarak.

Durante 18 largos días, con más de 300 muertos como saldo (sin mencionar las nefastas consecuencias económicas), miles y miles de egipcios se concentraron en la denominada “Plaza de la Libertad” para reclamar por una apertura del régimen egipcio, exigiendo para ello la renuncia de Mubarak. Múltiples han sido los análisis, desde diferentes planos, sobre los históricos sucesos egipcios.

En este artículo me interesa analizar el rol clave que las redes sociales han desempeñado para el caso egipcio, y cómo a partir de esos medios los sucesos de El Cairo han repercutido a escala planetaria, y específicamente en aquellos países donde imperan regímenes autoritarios.

Lo otro interesante es el rol que han tenido las generaciones más jóvenes. Jóvenes y redes sociales han tenido un protagonismo central, aportando rasgos muy peculiares a la revolución en Egipto.

Los jóvenes egipcios se han movilizado valiéndose de las redes sociales, pese a los infructuosos intentos del régimen por controlar los medios de comunicación.

El “Movimiento 6 de abril” lanzó, algunos días antes del comienzo de las movilizaciones, una encuesta en la red social Facebook donde se preguntaba: “¿Usted se manifestará el 25 de enero próximo?”. Las respuestas fueron contundentes: Más de 90.000 personas optaron por el “Sí”.

Y Twitter también ha tenido un rol protagónico en la masiva convocatoria, junto con Google.

Cuando el gobierno de Mubarak ordenó al último proveedor de Internet cerrar sus servicios, estos dos gigantes se unieron y abrieron tres líneas telefónicas, permitiendo así a miles y miles de egipcios hacer sentir su voz por todo el globo.

Egipto es una lección bien interesante para aquellos que tienen una opinión tan simple de los medios de comunicación, a quienes demonizan sin más. ¿Cómo explicar la información alternativa a la “oficial”?

Al romper las barreras del espacio y el tiempo, las redes sociales logran poner al corriente de los sucesos “internos” a otros miles que se encuentran en el “exterior”, y que se transforman en un respaldo bien significativo. Y ya no sólo accedemos, quienes estamos en el exterior, a la información de los grandes medios: los blogueros se transforman en cronistas alternativos.

Recordemos también que uno de los héroes de estas movilizaciones ha sido un joven de 30 años, Wael Ghonim, quien trabaja como encargado de marketing del gigante Google en Dubai. Vivió en carne propia los excesos del régimen egipcio; fue detenido en duras condiciones por crear una página en Facebook en homenaje a un bloguero, Khaled Said, que fue asesinado por las fuerzas policiales egipcias a la salida de un cibercafé.

Los regímenes autoritarios tiemblan frente a las redes sociales. El régimen chino ha bloqueado, durante todos estos días, la búsqueda de la palabra “Egipto”, para evitar que las movilizaciones en la “Plaza de la Libertad” de Egipto puedan transformarse en una nueva "Plaza Tian´anmen". Lo mismo ocurre en otros países como Libia, Siria, etc, según informan diversos medios de comunicación.

Sin embargo les quiero transmitir una fantástica experiencia personal que me ha tocado vivir por estas horas, relacionado con Cuba. Como es de público conocimiento, impera allí un régimen autoritario, enquistado desde hace cinco largas décadas en el poder, donde los derechos humanos son violados sistemáticamente. No es un ejercicio complejo constatar esta realidad cubana, salvo para aquellas personas carentes de espíritu crítico y atadas a dogmas inmovilizantes. La democracia y la libertad brillan allí por su ausencia.

Hace algunos días, navegando por la red de redes, me encontré con un blog cubano bien interesante, "Generación Y", cuya dirección electrónica es la que sigue, http://www.desdecuba.com/generaciony/, que es leída por más de un millón de personas por mes, y que ha sido premiada internacionalmente. Tiene por objeto abrir “una ventana a la Cuba real”.

Su creadora, YOANI SÁNCHEZ, una joven cubana de 33 años de edad, que tiene además su propia cuenta en Twitter (con más de 100.000 seguidores), es perseguida por la dictadura, pues se la considera una “cibermercenaria”.

¿El delito cometido?. Opinar críticamente con respecto a Cuba y su realidad política, exigiendo libertad y democracia para su país.

Yoani, nacida en 1975 en La Habana, es licenciada en Filología, pero su pasión es la informática. «En abril de 2007 me enredé en la aventura de tener un Blog llamado “Generación Y”, que he definido como “un ejercicio de cobardía” que me permite decir en este espacio lo que me está vedado en mi accionar cívico» señala en su blog.

Ese ejercicio, que se transformó en su “terapia personal”, nos ha permitido a sus seguidores conocer la realidad del régimen. Se ha transformado en una privilegiada cronista, que con mil sacrificios intenta saltearse los férreos controles.

El portal Perfil.com informaba hace algunas semanas sobre la conexión a Internet en Cuba: “Los pocos cibercafés existentes están en las oficinas de correo, y para acceder a una lenta conexión telefónica de 56 kb por segundo, hay que mostrar la cédula de identidad. Una hora de navegación cuesta entre 5 y 10 pesos cubanos, lo que equivale a 7 ó 13 dólares, mientras que el salario promedio es de 20 dólares mensuales”. Los cubanos solo acceden al portal oficial y al e-mail estatal, controlado por el régimen.

La solidaridad de muchos usuarios del exterior le permiten subir los textos al blog y enterarse de lo que ocurre. Precisamente esa misma solidaridad le posibilitó a Yoani, en la tarde del viernes 11 de febrero de 2011, enterarse de los últimos sucesos en Egipto.

Fui uno de los tantos que le envió la noticia de la renuncia de Mubarak vía sms, mientras seguía atentamente su cuenta en twitter. El primero de sus comentarios en Twitter fue: “Me llegan sms contando que Mubarak dimitió a la presidencia de Egipto. ¿Es verdad eso? Por favor confirmenme al +5352708611”.

Unos minutos más tarde vuelve a publicar un mensaje que, confieso, me llenó los ojos de lágrimas. “Increible! llamo una seguidora de Twitter y me puso vía telefónica y en vivo sonido de la tele, y escuche de la salida de Mubarak”.

No puedo transmitir la emoción que me embargó; intenté por un momento ponerme en el lugar de una joven mujer cubana que padece la represión y violencia de una dictadura, escuchando sonidos del mundo exterior vinculados con la salida de Mubarak. Miles de anécdotas y sucesos vinculados con nuestra última dictadura cívico-militar y las múltiples formas de resistencia y socialización alternativa de la sociedad civil uruguaya me vinieron a la cabeza.

Minutos más tarde, mientras revisaba varias páginas de medios de prensa y veía los sucesos de la “Plaza de la Libertad” en vivo -a través de Al-Jazeera en YouTube- Yoani, resignada y con dolor escribía: “Un ciclo de 30 años termina en Egipto mientras nosotros seguimos bajo un autoritarismo de 5 décadas”.

Pasaban los minutos y en medio de esa emoción que embarga a quienes sentimos la lucha por la libertad en cualquier rincón como propia, optaba por “retweetear” los mensajes de Yoani y transcribirlos a mi cuenta en Facebook. Una especie de humilde contribución virtual a la causa que defiende esta valiente y heroica mujer cubana.

En eso un nuevo mensaje, sorteando la ferocidad y la censura, aparecía en su cuenta. “Hablar en Cuba de la larga data del régimen de Egipto es como mencionar la soga en casa del ahorcado” escribió. Los minutos se sucedían.

Muy lejos de La Habana, en El Cairo, miles y miles celebraban la caída de Mubarak. En tanto el fenómeno de la globalización y los múltiples autores que la abordan desfilaban por mi cabeza, tratando de extraer insumos teóricos que me permitieran comprender el fenómeno histórico que estaba viviendo desde mi computador.

Recordaba lo complejo de ese fenómeno, caracterizado por una gravitación creciente de procesos sociales, culturales, ambientales, económicos, etc, de carácter mundial en el plano regional, nacional o local. Pero no sólo esa cepalina definición, también el carácter dual de la globalización, con las fuerzas globales y locales en pugna, o el soporte tecnológico, que lo transforma en algo inédito. La burla de los tradicionales conceptos de espacio y tiempo también estaba allí y fueron confirmados por otro comentario del Twitter de una valiente mujer cubana, a miles de kilómetros de mi país.

“Aunque El Cairo queda muy lejos hay demasiadas analogías entre nosotros y esos rostros congregados en la plaza de Tahrir” escribió Yoani Sánchez.

Minutos más tarde otro comentario, en la misma dirección que éste seguía haciéndome emocionar: “Ahora mismo me siento en El Cairo, grito y festejo junto a ellos. Llamo a todos los amigos para contarles: Hay un dictador menos”.

Recordé a Bauman cuando en “La Globalización. Consecuencias Humanas” nos recuerda que todos estamos en movimiento, pues aún cuando estamos casi estáticos frente a un computador, estamos navegando por la web y estamos por tanto en movimiento. El fin de las distancias y las “fronteras naturales” es una realidad.

Pese a las restricciones del régimen, a las distancias espaciales o temporales que la “separan”, se ve reflejada en los miles y miles de rostros llenos de euforia y alegría que gritan a voz en cuello: “¡Egipto es libre!”.

Pese a la dictadura ella siente que la lucha de los jóvenes egipcios es también su lucha, pese a no estar ella se siente una más en esa plaza. Luego regresa de El Cairo en un instante para llamar a sus amigos, a su generación en Cuba –que es la misma generación que en Egipto acaba de derribar un régimen autoritario- y decirles que el mundo es un poco mejor porque hay un dictador menos.

Esa información que le llega desde las redes sociales y los sms son alimento para su esperanza, de amanecer un día con libertad y democracia en Cuba. Ella lo expresó magníficamente: “tienen razón los censores en temerle a redes sociales, ahora mismo yo estoy aquí sin acceso a Internet y sin embargo enterándome”. ¿No es acaso maravilloso?.

En medio de un desierto nace una bella flor. En medio de la muerte, la vida. ¿Cómo no van a temblar los tiranos?. En ese momento recordé la fantástica Reforma Protestante del siglo XVI.

El rol de las redes sociales es innegable. Yoani lo definió con meridiana claridad: “Ya las revoluciones no las hacen gente armada vestida de militar Ahora las logran los ciudadanos, con teléfonos móviles y twitter”.

En otra de sus intervenciones nos informaba a todos quienes la seguíamos que la televisión oficial cubana divulgaba algunas imágenes. Al respecto comentó: ”Impresionante! La libertad es sumamente contagiosa!”. La emoción y el asombro no tenían límites para mí a esa altura.

Yoani se transformó en La Habana en el punto de fuga de la pesada estructura dictatorial: “Mi teléfono no para. Esto es como una agencia de prensa, todo el mundo llama buscando información sobre Egipto. No me quejo!”. Es ella una alternativa al siniestro régimen para su generación. Aunque les pese a los oxidados dictadores Castro.

La experiencia personal, como he dicho, ha sido muy fuerte. Sin embargo, al margen de ella y sobre el final de la nota, muy esquemáticamente, es necesario pasar raya y sacar algunas conclusiones.

El insoslayable papel de las redes sociales en nuestras vidas es la primera gran conclusión. Sin ellas no es posible explicar lo de Egipto y las repercusiones que han tenido, por ejemplo, en la isla de Cuba. Pese a la censura de los regímenes autoritarios y el intento de imponer una “verdad oficial”, su capacidad de control se ve absolutamente desbordada. Proliferan los Lutero. También es notable el papel de las generaciones más jóvenes, de los “seres digitales”. Las evidencias son al respecto muy claras.

A nadie le debe quedar dudas: la historia también se escribe desde las redes sociales. La “revolución” egipcia habla muy alto en este sentido. Logran la cohesión social necesaria para hacer tambalear a un régimen. ¿Cómo no recordar a Hannah Arendt en su libro “Eichmann en Jerusalem” cuando nos habla del fascinante caso de los daneses, que se resisten a la ocupación nazi sin violencia, pues no pierden su cohesión social?. Es una lección aprendida de los totalitarismos: estos avanzan en la medida que los individuos se atomizan y se disgregan. Las redes sociales precisamente generan cohesión.

El mundo sigue girando, y mientras tanto, desde los más recónditos lugares del planeta nos seguimos asomando, en puntas de pié, a esa “ventana a la Cuba real” que nos abre Yoani y la “Generación Y”. Pese a quien pese.

Creo que se reafirma algo que durante estos años he intentado enseñar en mis clases de historia: mujeres y hombres somos protagonistas de la historia.

PROF. FEDERICO OLASCUAGA BACHINO
Docente de Historia
Celular: 094 514454
Maldonado, Uruguay

PD - Las dictaduras son siempre repudiables, no importa el signo. ¡Salud a las y los jóvenes en Cuba que luchan por su Libertad y por la Democracia, alentados por la lucha de los jóvenes egipcios! ¡Salud, Yoani Sánchez! ¿Sí soy "gusano"? ¡Sí señores, a mucha honra! ¿Qué honor más grande me puede dar una Dictadura que llamarme así?

Ampliar información en el webblog de Federico: http://federicoolascuaga.blogspot.com/


NOTICIAS RELACIONADAS DE ÚLTIMO MOMENTO: Los tesoros ocultos del ex presidente tunecino Ben Ali


Tesoros escondidos detrás de las cortinas, compartimentos secretos en las estanterías de la biblioteca. Todo lo que acaba de expresarse encajaría en el guión de una película de espías, pero no, se trata de la realidad, se trata de lo descubierto en la residencia del ex presidente tunecino Zine El Abidine Ben Ali.

Millones de dólares y euros y collares de oro y diamantes, escondidos todo en puntos estratégicos distribuidos en el Palacio Presidencial. Un alijo fruto de un régimen corrupto, que sin duda vale una fortuna, y que desde la televisión local del país aseguran que será repartido entre los tunecinos, un pueblo muy sufrido cuyo producto interior bruto supera ligeramente los siete euros diarios.

2 comentarios:

  1. Este excelente análisis de Federico Olascuaga Bachino, por su contenido, bien podría resumirse con el título de una novela de Mario Benedetti: "Gracias por el Fuego".

    Lo que sucede actualmente en Tunez y Egipto, constituye en cierto modo la chispa democrática que incendiará muchas de las dictaduras liberticidas y sanguinarias, propagándose en el mundo entero.

    En sus reflexiones, Bachino se muestra optimista en lo referente a la fuerza irreprimible del pueblo cuando se subleva contra la injusticia.

    Esperemos confiados que ese optimismo sea justificado por los hechos. ¡La historia lo dirá! Los hechos hablarán por sí solos.

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  2. Gracias Thomas Namer por haber leído este artículo en forma crítica, y por haber escrito un comentario. Antes del advenimiento de Internet y de las redes sociales, ciertamente los gobiernos y aún las grandes administraciones públicas, tenían formas de esconder información y de controlar situaciones, y podían darse el lujo de ser verticalistas y aún de actuar en forma dolosa. Afortunadamente, hoy día ello es cada vez más difícil. De todas maneras, y si bien es cierto que los hechos han demostrado que un movimiento social espontáneo puede llegar a tener mucha fuerza y puede incluso llegar a derribar gobiernos, ello no necesariamente es sinónimo de éxito. El activista social catalán Agustí Chalaux de Subirà, en base a lo observado en Cataluña en la primera mitad del siglo XX, señaló con mucha razón que en ciertas circunstancias era más fácil conquistar el poder que mantenerlo, pues si los ganadores no se habían preparado convenientemente para gobernar, por más que tuvieran el poder poco sería lo que podrían conseguir pues no sabrían qué hacer con ese poder y tampoco sabrían cómo dirigir.

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