jueves, 24 de febrero de 2011

La geología y sus grandes misterios, la geología como fuente confiable de información: Investigando el pasado de nuestro planeta



LO QUE NOS REVELA EL ESTUDIO DE LA GEOLOGÍA


La geología y la paleogeología (o sea, los estudios combinados del clima con la geología y con los registros fósiles, y sus mutuas influencias y relaciones) nos enseñan la larga serie de transformaciones que nuestro planeta ha experimentado, para llegar a su estado actual.

Nos hace asistir a la aparición de la vida y a su desarrollo. Y ha revivido numerosos y curiosos ejemplares del pasado.


Del espectáculo que nos ofrece, se desprenden algunas conclusiones generales, que es muy interesante y útil conocer.


La primera conclusión es que: "La historia de la Tierra, representa una duración inmensa, un tiempo muy extendido". La ciencia, hasta hace poco, era incapaz de evaluar en cifras esta duración. Pero por distintos métodos, se ha llegado a una duración estimativa para nuestro mundo de unos 4.500 millones de años.


Para tener una idea de lo que ello representa, reflexionemos que un millón de años, han transcurrido, por lo menos, desde la finalización del Período Pleistoceno, y que en ese lapso, los cambios experimentados por la superficie del planeta, si bien reales, son casi imperceptibles en una visión a vuelo de pájaro, en una observación que haga abstracción de los detalles locales.


¿Cuántos siglos debemos asignarle entonces a la Era Cuaternaria, que tantas modificaciones ha visto?

A su vez, el espesor de los terrenos cuaternarios, es insignificante si se los compara con el espesor de los depósitos Terciarios, Secundarios, y sobre todo, con los Primarios y Arcaicos.


En la Era Terciaria, las plantas y los animales, se parecían mucho a las plantas y los animales actuales.

¿Qué enorme número de siglos, ha debido exigir pues, la evolución del mundo animado a partir de los primeros trilobites?


Una segunda conclusión es que "La historia de la Tierra ha sido continua", es decir, no está señalada por revoluciones, grandes cataclismos, o cambios excesivamente bruscos.

La topografía y el clima del planeta sin duda han variado lentamente. Cierto, los impactos meteóricos sobre nuestro planeta así como la propia actividad volcánica y la actividad sísmica, en algún sentido marcan discontinuidades, pero estas transformaciones, consideradas puntualmente y aisladas, se manifiestan mucho más en lo local que en lo global.

Y en lo que concierne a la vida, ella también ha evolucionado con lentitud, a través de pequeñas y tímidas modificaciones y adaptaciones, excepción hecha de unos pocos episodios de extinciones masivas, y excepción hecha de los cambios en varios sentidos introducidos por la especie humana en los últimos tiempos.


El desplazamiento de los mares, el levantamiento de las montañas, y los procesos erosivos, no fueron fenómenos bruscos sino graduales.

Estas transformaciones se efectuaron lenta y paulatinamente, tan pero tan lentamente, que si en aquellas épocas hubiera existido una humanidad pensante y reflexiva, muy posiblemente esos cambios no se hubieran notado, como tampoco notamos nosotros ahora los cambios de misma clase que se producen en forma continuada en nuestros días (salvo que medien estudios científicos y mediciones de precisión).

Las divisiones que los geólogos han establecido en la Historia de la Tierra, no son estrictas y precisas sino que tienen algo de arbitrario.

Estas divisiones sólo sirven para compensar la debilidad de nuestro espíritu, y nos ayudan a mejor entender los procesos naturales que casi siempre se presentan con un fuerte grado de continuidad.

Una tercera conclusión es que: "Esta evolución, no se ha hecho al azar; por el contrario, está regida por una Ley de Progreso".

El mundo de la Era Primaria, fue inferior, desde múltiples punto de vista, al mundo de la Era Secundaria. Y el mundo del Secundario, lo fue con respecto al Terciario, y este último con relación al Cuaternario.


La aparición de los grandes grupos de seres vivos, se ha hecho con regularidad, en el orden inverso a su superioridad jerárquica, y en el sentido de una complejidad creciente.

En las plantas, hemos visto aparecer las criptógamas antes que las fanerógamas; y en éstas, las gimnospermas antes que las angiospermas.

Lo mismo en los animales. Primero no hubo más que invertebrados. Luego vino el reino de los peces, después, el de los batracios, posteriormente, el de los reptiles. A continuación surgieron las aves y los mamíferos. Y por último aparecieron los humanos.

La humanidad misma, se ha ido perfeccionando paulatinamente.



La historia y prehistoria del mundo está regida entonces, por una "Ley de Progreso".

Del estudio de la Geología, se desprende pues, una filosofía serena y reconfortante.


Agradecimiento y cierre :

Destacamos la invaluable colaboración de los ingenieros Juan Carlos Anselmi Elissalde y Aulo Fernando García Texeira en las ilustraciones que engalanan este artículo.

Se aclara además que todos los artículos de este sitio digital de autoría del suscrito Carlos Brunetto, tienen por objetivo principal el empoderamiento de las actividades educativas y de divulgación cultural, así que un importante esfuerzo ha sido hecho para presentar conceptos, descubrimientos, teorías, y conclusiones técnicas y socio-políticas, sin utilizar un rebuscado vocabulario propio de especialistas, y tratando de presentar las ideas con el mayor rigor posible aunque siempre buscando sencillez y fácil comprensión.

Esperando que este contenido haya sido de utilidad y agrado para los benévolos ciberlectores, como es habitual Brunetto se despide de todos con un fuerte abrazo, y hasta la próxima entrega.

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