Sorprendentes e impactantes encuentros en el Cosmos: Estos eventos por cierto son muy poco frecuentes, pero ocurren

GENERALIDADES

Hay sabios que sostienen que, en épocas modernas, la Tierra ha chocado o ha pasado por la cola de un cometa en varias oportunidades.

En el año 1783 se produjo en una gran zona del hemisferio boreal, una neblina seca que comenzó el mismo día, 18 de junio, en puntos muy distantes entre sí tales como Turín, París, Estocolmo, y Nueva York, y que duró más de un mes.

Hasta en la cumbre de los Alpes existía entonces esta extraña niebla, y ni las lluvias ni los vientos que soplaban en aquella época, lograban disiparla.

Curiosamente, en esos días y al mediodía, se podía distinguir bien al Sol a simple vista.

Esa niebla despedía un "olor desagradable", pero su particularidad más notable era la de ser fosforescente, es decir que emitía luz, la cual por la noche, competía con la proveniente de la Luna, permitiendo distinguir los objetos a doscientos metros de distancia.

Se cree, con bastante fundamento, que dicha niebla era una cola o cauda cometaria.

En 1831 se produjo otra "niebla universal" que se observó en el mes de agosto en muchos puntos distantes como París, Nueva York, y Cantón. Era también una niebla seca, que permitía observar al Sol directamente, y también era posible ver perfectamente las estrellas a través de ella. El disco del Sol entonces aparecía de un color azul y verde.

En Siberia, Berlín, y Ginebra, entonces parecía no existir la noche, y a cualquier hora de ella se podía leer una carta y hasta los impresos más pequeños, valiéndose de la luz o fosforescencia de la atmósfera.

Lo que causó este fenómeno muy posiblemente fue la cauda de otro cometa.

Los sabios de tales épocas pensaban que los cometas traían trastornos y males a la humanidad, y su aparición supuestamente era seguida de terremotos, pestes, y otros flagelos.


Según Foster, famoso médico inglés, la peste que asoló la ciudad de Londres en 1665 fue debida al cometa observado en ese año.


Y François Jean Dominique Arago, distinguido astrónomo francés y que fue director del Observatorio de París, señaló que alguien hizo la observación que durante la aparición de cierto cometa en el siglo XIX, todos los gatos de la comarca alemana de Westfalia se enfermaron y murieron.


Como ha señalado el ingeniero uruguayo Tebaldo Jorge Ricaldoni, estas creencias son infundadas y ridículas, pero con respecto a la posibilidad de un encuentro en el espacio, aún con el núcleo de un cometa, nosotros pensamos como Gregory: "No conviene que los filósofos tomen muy ligeramente estas cosas como fábulas".

Personalmente estimo que estas consideraciones no deben infundir a nadie temor alguno. La Providencia, que creó, ordenó, y organizó todas las cosas, sigue gobernando y dirigiendo todo. Ella ha marcado a cada astro su derrotero, curso que seguirá con entera fidelidad.

Creo que ese es un pensamiento todavía más consolador que el que expresaba Arago, quien calculó que hay 281 millones de probabilidades contra una, de que tal choque no se produzca. Entonces, para que sobreviniera un impacto, sería como si al meter la mano en una bolsa llena de porotos blancos y con uno solo negro, casualmente se sacara el poroto negro.


PARA SABER MÁS SOBRE POSIBLES ENCUENTROS DE LA TIERRA CON UN COMETA

¿Podría haber dejado la cola de un cometa cicatrices en la Tierra en el pasado reciente?
http://axxon.com.ar/noticias/2010/04/%C2%BFpodria-haber-dejado-la-cola-de-un-cometa-cicatrices-en-la-tierra-en-el-pasado-reciente/

Un cometa pudo haber explotado hace 12.900 años sobre Norteamérica
http://axxon.com.ar/not/177/c-1773048.htm
http://axxon.com.ar/not/193/c-1931011.htm
http://axxon.com.ar/not/176/c-1767026.htm

Un posible impacto cometario en el siglo VI
http://axxon.com.ar/not/135/c-1350100.htm

El corazón de un cometa podría haber golpeado la Tierra hace muy poco tiempo
http://axxon.com.ar/not/194/c-1941097.htm

¿El agua de los océanos proviene realmente de los cometas?
http://axxon.com.ar/not/139/c-1390116.htm


FOTOGRAFÍA ENGAÑOSA


Nota: Esta fotografía hace pensar de inmediato a un fenómeno meteórico, pero no, se trata de un fenómeno atmosférico por cierto extraño y sugestivo, pero provocado por un avión en determinadas condiciones climáticas muy especiales.

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