Entre los muchos desafíos que envuelven al hombre, como figura principal se encuentra el misterio, el que está incorporado en las religiones y en todo lo que nos rodea, y que nos maravilla cuando logramos rasgar el velo de superstición, y tenemos éxito en resolver enigmas y en esclarecer verdades escondidas. Aportemos en este espacio para ayudar a resolver misterios, y así contribuir al surgimiento de una sociedad más solidaria y justa, más equitativa, más sustentable, más racional y culta.
jueves, 13 de mayo de 2010
Biodiversidad Parte IV: Las extrañas especies de la Era Terciaria, seres de apariencia monstruosa propios de películas de ciencia ficción
HACER FRENTE A LA DIVERSIDAD BIOLÓGICA REQUIERE LA PARTICIPACIÓN UNIVERSAL; LA COMUNIDAD MUNDIAL, A TRAVÉS DE VARIADAS ACTIVIDADES ORGANIZADAS, DEBE UNIR SUS ESFUERZOS Y DEBE DESPERTAR SUS RESPONSABILIDADES, PARA PODER CONSTRUIR UN FUTURO SOSTENIBLE PARA TODOS NOSOTROS: NO NOS ENGAÑEMOS, EN MAYOR O MENOR MEDIDA TODOS SOMOS RESPONSABLES DEL CUIDADO Y DE LA PRESERVACIÓN DEL PLANETA
Siempre dentro del marco del Año Internacional de la Biodiversidad 2010, continuamos con nuestra exposición sobre la vida en tiempos pretéritos.
Los grupos de mamíferos habrían de destacarse por un nuevo tipo de organización. La naturaleza dotó a estos seres de sangre caliente, y decretó que los pequeños recién nacidos, luego de ver la luz, fuesen protegidos y criados por sus madres o por sus progenitores. Así esas crías nacían débiles, y no como las crías de los reptiles, que nacían dispuestas ya para la lucha contra los restantes seres de la creación y contra las circunstancias físicas que le rodeaban.
El afecto aparece por vez primera sobre el planeta Tierra, cuando el primer mamífero dio de mamar a su prole; y con el amor, vinieron los aspectos con que éste se presenta: la ternura, la cariñosa solicitud por la prole, la piedad, y aún el sacrificio de la propia vida.
El ejercicio de esta virtud, capacitaba a estos animales para adquirir un mayor desarrollo de su cerebro, siendo fácil imaginar cómo entre un conjunto de animales de naturaleza tan diferente, surgía el mamífero primitivo, con una superioridad manifiesta respecto de todos sus contemporáneos.
De otro modo, queridos lectores, su linaje no hubiese podido sobrevivir, puesto que las crías nacían débiles e indefensas, y era cuestión de vida o muerte protegerlas.
La inteligencia es además, un premio, una recompensa, que por cierto se otorgó en forma inicialmente mezquina.
Algunos mamíferos siguieron la huella de los reptiles gigantescos, caminando (evolucionando) así hacia su propia futura ruina. Tamaño, fortaleza, resistencia al ataque, y adaptación de los medios de defensa para la lucha, estos fueron los factores que determinaron dicha línea evolutiva.
De las especies inferiores de este grupo de los mamíferos, surgieron formas de organización cada vez más elevadas, y de una en otra, fueron adquiriendo una complejidad y una diversidad extraordinarias.
El caso máximo es el de las ballenas, las cuales se originaron a expensas de animales terrestres, que al adquirir un tamaño excesivo, encontraron sumamente severa la lucha por la existencia en tierra firme, buscando entonces refugio en las aguas de los océanos.
Allí es donde esos mamíferos marinos de gran tamaño encontraron mayor libertad y mayores facilidades para desplegar su actividad vital.
Al renovarse ese combate a muerte por la supremacía, con la diversificación seguramente siguió una época de horrible y sangrienta lucha: extrañas y gigantescas bestias vagaban por la tierra, superando a cuanta fantasía pudiera concebir la humana imaginación.
Cocodrilos acorazados, formidables depredadores, dominaban los ambientes acuáticos, arrastrando a presas tal vez ciclópeas a lo profundo de los lagos, y devorándolas luego.
En los albores de la Era Terciaria, gigantescas aves corredoras, varias veces más grandes que el avestruz de nuestra época, eran por cierto carnívoros verdaderamente temibles.
El diatrima (o diatryma) y otras "aves del terror", trotaban a sus anchas por los amplios espacios abiertos, equilibrándose con sus pequeñas alas rudimentarias; estos seres, armados con sus formidables picos y garras, perseguían y descuartizaban a los caballos primitivos.
El fororraco, otra ave no voladora, dominaba en lo que ahora es Chile y la Patagonia Argentina, alimentándose de las serpientes gigantes que entonces existían, así como de los roedores y de otras especies que por cierto en ese entonces mucho abundaban.
Otro espécimen presente en esa época era el terrorífico fororracoide, que se nutría de los cuerpos de elefantes muertos por los famosos "Tigres dientes de sable".
Ya avanzada la Era Terciaria, alcanzó su cenit el colosal dinoterio, elefante primitivo de enorme cabeza, que tenía las defensas curvadas hacia abajo, para así desenterrar las raíces vegetales de las que se alimentaba, y desgajar la corteza de los árboles corpulentos.
Durante la persistencia de vías accesibles de comunicaciones entre los continentes, estos gigantescos "monstruos" se trasladaban y también poblaban las tierras más alejadas.
Entonces se produjeron importantes cambios climáticos, por lo que muchas especies fueron destruídas hasta tal extremo, que los supervivientes fueron infinitamente menos numerosos que los que habían sido borrados del libro de la vida.
Uno de los más llamativos entre los que desaparecieron, era sin duda el Milodón, animal vertebrado fósil parecido vagamente al oso negro actual, pero de tamaño colosal, y por si fuera poco, dotado de una fuerza extraordinaria; a los lectores inquietos muy sinceramente les recomendamos informarse sobre la muy interesante Cueva del Milodón, ubicada muy cerca del Puerto Natales, en la región sur de Chile.
Entre los carnívoros más feroces estaba en esos lejanos días el Macairodus o Machairodus, semejante al tigre, pero con unos colmillos afilados y cortantes muy grandes, del tamaño de machetes.
También se encontraba entonces el famoso "oso de las cavernas", también llamado Ursus Spelaeus, que habría empalidecido y amedrentado a los más grandes osos de la actualidad.
Y también hacían su vida en esas lejanas y peligrosas épocas, otras bestias no menos sanguinarias e intimidantes, de variados y feroces hábitos.
Obviamente aquel medio ambiente era peligroso y poco propicio para los animales de mediano porte, que con facilidad podían ser atacados y devorados por aquellas grandes bestias.
En aquellos tiempos, debió parecer que la victoria estaba de la parte de estos sanguinarios y corpulentos animales.
Pero el poder brutal y dominante de esas bestias los condujo por un camino estéril, que cada vez los alejó más de la ansiada meta, pasando pronto el momento de su esplendor.
Los reptiles ya habían fracasado, ya habían demostrado sus falencias, como así también las aves gigantescas y los mamíferos colosales.
El victorioso debía ser un nuevo grupo entre los mamíferos, un grupo que se diferenciara y que surgiera triunfante, a menos que consiguiese el gran premio algunas de las especies de insectos. Sí, los insectos por cierto tenían y tienen condiciones como para algún día ser el grupo dominante.
Al analizar las posibilidades de los insectos, sorprende cuando se observa que en ellos existen, sin lugar a dudas, condiciones muy estimables para poder alcanzar un dominio arrollador.
Las hormigas, las avispas, y las abejas, tienen el imprescindible poder de organización y disciplina, que sin duda representa un gran paso hacia el triunfo.
Que un insecto pueda ahora alterar su estructura y caracteres típicos, transformándose hasta el punto de con el paso del tiempo convertirse en un mamífero, parecería absurdo a todos quienes pudieran analizar esta cuestión.
Louis Agassiz atribuyó a la naturaleza tales posibilidades, con capacidad de crear concepciones tan extravagantes y rebuscadas, que apenas podrían aceptarse como viables por demasiado extraordinarias, complejas, y llamativas.
Los insectos, aparecidos al principio de los tiempos geológicos, antes que el anfioxo y antes que los primeros peces (como por ejemplo el Ostracodermo), antes que los ofidios, los lagartos, y las aves, habían ya adquirido en aquellos lejanos días un elevado desarrollo orgánico.
Continuaremos a la brevedad en próximos artículos, con esta gran aventura de la vida que tuvo la oportunidad de desarrollarse y de diversificarse sobre el planeta en el que vivimos.
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11 - Monstruos de la Edad de Hielo (4 de 5)
12 - Monstruos de la Edad de Hielo (5 de 5)
ENLACES A VÍDEOS SOBRE TÓPICOS RELACIONADOS
A - Documental de la naturaleza, Parque prehistorico: Las aves dinosaurios
Enlace: http://www.documaniatv.com/naturaleza/parque-prehistorico-las-aves-dinosaurios-video_1e10f400e.html
CULTUREMAS PARA EL SIGLO XXI, HIPERTEXTOS EDUCATIVOS, SAPIENCIARIO DE DIGIMUNDO
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