Entre los muchos desafíos que envuelven al hombre, como figura principal se encuentra el misterio, el que está incorporado en las religiones y en todo lo que nos rodea, y que nos maravilla cuando logramos rasgar el velo de superstición, y tenemos éxito en resolver enigmas y en esclarecer verdades escondidas. Aportemos en este espacio para ayudar a resolver misterios, y así contribuir al surgimiento de una sociedad más solidaria y justa, más equitativa, más sustentable, más racional y culta.
martes, 4 de enero de 2011
Las verdades históricas de la Biblia Cristiana, o sea del llamado Nuevo Testamento: El gran enigma de la "Estrella de Belén"
Posibles explicaciones para el fenómeno de hace más de 2.000 años conocido como "Estrella de Belén"
Sobre el extraño fenómeno que la Biblia relata, se ha especulado y fantaseado mucho. Por otra parte, se han elaborado hipótesis más o menos razonables, algunos de cuyos posibles candidatos son una conjunción planetaria, un cometa, una estrella explosiva, o algún meteoro luminoso. En realidad, y como veremos al detallar sus características, ninguno de tales fenómenos celestes es capaz de explicar exactamente la complejidad de los movimientos relatados en el libro sagrado.
(1) Nova: Es un tipo especial de estrella, que varía su brillo en forma considerable. De hecho, parece surgir súbitamente en un lugar del cielo, donde posiblemente antes no podía distinguirse ninguna estrella apreciable.
El término significa "nueva", ya que se trata de estrellas que habiendo permanecido invisibles a las miradas a simple vista, de pronto se "encienden", alcanzando el brillo de las más luminosas. Se comprende entonces el motivo por el cual, en tiempos antiguos, esos astros eran llamados "novas", dado que parecían dar surgimiento a una nueva estrella. Actualmente, se prefiere el término "temporarias" o sea "estrellas visibles por un cierto tiempo", para evitar el error de pensar que se trata realmente de una "estrella nueva".
En realidad, en las circunstancias aludidas no es cierto que la estrella surja de la nada y luego vuelva misteriosamente a la nada. La estrella por cierto desde antes ha estado allí donde en cierto momento se la ve, pero con un brillo tan débil que pasaba totalmente desapercibida.
Luego de aumentar espectacularmente de brillo, estos astros vuelven al cabo de unos años, o a veces decenas de años, a su brillo primitivo (lo cual permitiría encuadrarla dentro de los posibles candidatos de la "Estrella de Belén").
Dentro de las apreciadas en el siglo XX, se destaca la Nova del Águila, que siendo una estrella con un brillo muy débil, de onceava magnitud (el ojo humano puede ver hasta la sexta magnitud), de pronto experimentó un aumento de brillo tal, que entre la noche del 7 y el 9 de junio de 1918, se convirtió durante el lapso de unas horas, en la estrella más luminosa del cielo nocturno. En efecto, ese astro alcanzó entonces una magnitud negativa (magnitud -1.5), es decir extremadamente brillante, superando incluso a la estrella Sirio del Can Mayor.
En las noches siguientes la Nova del Águila fue decreciendo en brillo, primero rápidamente, luego más lentamente, hasta llegar a su primitiva magnitud recién en el año 1927.
El estudio de su espectro reveló un gran corrimiento de las líneas hacia el extremo violeta, lo cual se interpretó como que el cuerpo se hallaba en una expansión fantástica, una verdadera explosión de proporciones colosales. Los gases supuestamente se alejarían del centro en todas direcciones (a velocidades de 1.000 kilómetros por segundo), y aquellos que se dirigían a la Tierra, provocaron el corrimiento de las líneas espectrales.
Esta estrella habría expulsado su fotósfera (es decir su superficiel) y también algunas de las capas más internas.
La explosión quedó evidenciada por una envoltura nebulosa, cuyo diámetro no ha dejado de crecer, al mismo tiempo que disminuía paulatinamente el brillo apreciado desde nuestro mundo.
En resumen, las novas se tratan de explosiones, a consecuencia de las cuales, este tipo de cuerpos estelares aumentan notoriamente de brillo.
Hasta hace pocos años, no se conocía con precisión el mecanismo exacto que transforma una estrella en Nova.
Las novas no son tan raras como podría pensarse. Si bien es cierto que las novas espectaculares no son frecuentes, se ha calculado que en nuestra Galaxia, unas 30 estrellas pasan anualmente por el estado de Nova, aunque muchas de ellas no se pueden apreciar debido a las distancias inmensas que las separan de nosotros.
Hasta aquí hemos hablado de novas normales, pero también existen las novas "recurrentes".
Por ser menos luminosas que las comunes, se presume que solamente expulsan las capas exteriores. Un ejemplo notable es "T de la Corona Borealis" ("T Coronae Borealis"), que apareció en 1866 y volvió a ser vista, casi igual, en 1946.
(2) Supernova: Se trata de una catástrofe estelar, y difieren de las novas en su brillo prodigioso. Estudiando su curva de luz, se ha calculado que durante los pocos meses en que una Supernova es visible, irradia al espacio tanta energía como el Sol en miles de millones de años.
Si una Supernova apareciera a una distancia de 10 Parsec (un Parsec es la unidad de medida muy utilizada en Astronomía, equivalente a 3,26 Años Luz), su brillo sería 10 veces mayor al de la Luna llena, y por un tiempo no habría noche en la Tierra.
Sus espectros en nada se parecen a los de las estrellas normales. Ellos resultarían de elementos comunes, como el hierro, el níquel, etcétera, pero deformados por velocidades pavorosas, de hasta 10.000 kilómetros por segundo.
Las supernovas son 10.000 veces más raras que las novas. En nuestra Galaxia, la Vía Láctea, en promedio aparece una cada 300 años. En 1572, el gran astrónomo danés Tycho Brahe vió una, cuyo brillo en el máximo, superaba al brillo del planeta Venus (el "Lucero del Alba"). Esta Supernova apareció proyectada en la constelación boreal de Casiopea.
En 1604, Johannes Kepler, astrónomo y matemático imperial de los Habsburgo de Austria, vio otra en la constelación de Ofiuco. Y actualmente, en esa zona, se aprecian aún gases en expansión.
Según datos chinos, en el año 1054 surgió una tan luminosa, que durante tres meses pudo ser contemplada en pleno día. Esta Supernova llamada la "estrella visitante" por los habitantes del Celeste Imperio, tuvo lugar en la constelación zodiacal de Tauro, y dio origen a la famosa "Nebulosa del Cangrejo", una nube luminosa de resplandeciente blancura, cuyos accidentados bordes aparecen filamentosos, rojizos, y con aspecto de plumas.
Allí también se ha detectado la presencia de un Pulsar, un astro giratorio y superdenso (donde un centímetro cúbico pesa mil toneladas), residuo precisamente de esa gran explosión estelar.
Las supernovas se ven también, telescópicamente, en otras galaxias.
Se ha calculado que la mayor magnitud absoluta de una estrella "temporaria" es -6 o -7. Sin embargo, también se ha comprobado que existen otros astros cuyas magnitudes absolutas son de -14 o -15, lo que significa que son miles de millones de veces más luminosos que el Sol. Este tipo especial de estrellas explosivas son llamadas supernovas, y una de ellas fue la observada por el famoso Tycho Brahe en 1572.
Si una de tales estrellas apareciera a una distancia tal como la que nos separa de Alfa Centauro (4,3 Años Luz), su brillo llegaría a ser mil veces mayor que el de la Luna llena, y durante un tiempo desaparecería la noche de la Tierra.
En suma, una Supernova se trata de una explosión fulgurante, de una estrella de grandes dimensiones y muy masiva, al llegar al fin de su ciclo vital.
La estrella estalla con fuerza titánica, los gases salen despedidos en todas direcciones a altísimas velocidades, mientras que el núcleo estelar colapsa para formar una estrella de neutrones (es decir un Pulsar) o bien un agujero negro.
(3) Cometa: En muchas ocasiones, el famoso Árbol de Navidad, aparece decorado con una "estrella con cola", es decir, por un Cometa.
Cuando en 1301 el famoso pintor Giotto di Bondone vio un Cometa (que con los siglos resultaría ser el Halley), quedó tan impresionado, que en 1303 lo representó en un famoso cuadro llamado "Natividad", en la Capilla de los Scrovegni de Padua (Cappella degli Scrovegni, Padova), en Italia.
Es decir, que este ilustre artista ni más ni menos lo interpretó como la "Estrella de Belén", y en su honor, durante el último pasaje del cometa Halley, la nave que más se acercó al núcleo cometario fue denominada Giotto.
Los cometas son astros de forma variada, que giran alrededor del Sol siguiendo órbitas muy alargadas. Se presentan con variados colores, blanquecinos, rojizos, anaranjados, amarillentos, verdosos, azulados.
Se conocen bien las órbitas de más de 125 astros cometarios. Su movimiento es variable, y la dirección del mismo arbitraria.
Constan en general de tres partes: el núcleo, que es la parte del Cometa que se parece a una estrella. Algunos carecen de núcleo, otros tienen dos o más (núcleos múltiples).
La cabellera, que es una atmósfera luminosa que rodea al núcleo, y que puede ser circular, ovalada, y hasta irregular.
La cola, o cauda cometaria, que es el rastro luminoso que dejan tras de sí los cometas. La cola o las colas, van siempre orientadas en dirección opuesta al Sol.
Los astros cometarios no son tan raros como podría pensarse. François Jean Dominique Arago, gran astrónomo francés director del famoso Observatorio Astronómico de París, calculó que existen por lo menos 17 millones de cometas moviéndose entre el Sol y la órbita del planeta Neptuno.
Por su parte, el gran Johannes Kepler, en su época ya decía que los cometas "eran tan numerosos como los peces del mar".
(4) Meteoro: Los meteoros son fenómenos que se producen en el aire. Recientemente, un astrónomo inglés muy famoso en los medios de difusión, consideró que la llamada "Estrella de Belén" podría haberse tratado de una lluvia de meteoros, estelas volantes, o algún bólido, es decir una masa mineral inflamada procedente de los espacios interplanetarios, que atraída por la gravedad terrestre atravesó la atmósfera a grandes velocidades. Veamos con más detalle de qué se tratan estos fenómenos atmosféricos.
(4.1) Estrellas Fugaces: Son ciertos fenómenos luminosos, que se observan por la noche en la bóveda celeste. Parecen estrellas que desprendiéndose del firmamento cayeran sobre la Tierra, disminuyendo luego de brillo y por fin desapareciendo, dejando tras de sí una estela luminosa.
(4.2) Bólidos: Son fenómenos luminosos, que como las estrellas fugaces aparecen y desaparecen, inflamándose en las regiones altas de la atmósfera.
(4.3) Aerolitos: Se llaman así a los trozos de bólidos que no se desmenuzan, sino que caen al suelo. Su caída va acompañada de fenómenos luminosos y una fuerte detonación.
En la provincia del Chaco, en Argentina, existe uno de 80 toneladas. En EEUU uno de 100 toneladas. Y en Brasil uno de 25.000 kilos.
Personalmente, estimo que no sería probable que las características de estos cuerpos tengan alguna concordancia con el enigmático fenómeno que iluminó Belén en los tiempos bíblicos.
(5) Conjunción: Es el acercamiento aparente, en la Esfera Celeste, de dos o más astros, uno con respecto al otro o a los otros.
La Luna en conjunción, presenta la fase de Novilunio, es decir, de Luna nueva. La Luna puede quedar en conjunción con las estrellas zodiacales, la Luna puede también quedar en conjunción con varios planetas, o éstos entre sí.
Precisamente, esta situación fue estudiada por el insigne astrónomo alemán Juan Képler, quien calculó que en esa época en que se avistó la llamada "Estrella de Belén", pudo haber existido un fenómeno de este tipo, con una conjunción entre Júpiter y Saturno. Autores posteriores han calculado que también pudo haber estado implicado el planeta Marte, dando lugar así, por un singular efecto de perspectiva, a la aparición de un astro de espectacular brillo.
Ésta es una de las explicaciones que más se aproximaría a la versión tradicional dada en la Biblia.
Dicha formación en el firmamento podría haber guiado a los Magos, los sabios de Oriente, que procedentes de Persia, o tal vez de Babilonia, habrían emprendido un largo viaje de dos años, bordeando las costas arábigas, donde abundaban la mirra y el incienso, para finalmente honrar al Salvador en Belén.
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Ya que la ciencia puede calcular que es probable que exista vida inteligente más allá de las rocas vecinas, y dado que según el suscrito la inteligencia humana no es gran cosa, o al menos está fallando en su última y vital decisión o determinación. Si bien es extraordinariamente útil la entrada, ya que baraja posibilidades lógicas, no menciona que puede haber sido un objeto mecánico; que el hombre hoy ande en latas con motores, eso no implica que alguien utilice hoy en día, otro modo de locomoción o indicar un lugar con elementos más sofisticados que un GPS (llevado dos mil años atrás las diferencias serían conjeturadas de otra manera) de hecho quizás ni sean necesarios, los elementos mecánicos, quizás simplemente energía pura o fuerzas desconocidas, si yo soy creyente es ilógico que ande creyendo en rocas encendidas, primero pienso en una inteligencia superior, y si supera la inteligencia superior, estoy quizás a los pies de un Dios, hay un orden ineludible, es lo que delata la infinita ignorancia, desde el abismo viene cualquier cosa, y no se adivina la verdad mirando, midiendo piedras pasar, es un pañuelo el universo, cualquiera puede señalar un lugar ( y el lugar que pueda señalar dependerá de su estudio y esfuerzo) pero en cuanto a la religión nada hemos aprendido, no hay un cristiano que a Cristo pueda señalar. No obstante puedo también pensar, que los astros del cielo son por un ángel objetos fáciles de usar como idóneos para guiar a tres hombres, de hecho el hombre hoy los utiliza rudimentariamente dada su capacidad de raciocinio, ya decía no recuerdo quién, denme un punto de apoyo y creo que pensaba mover la luna. En fin estoy pensando en un ovni en este momento. Saludos. jorge
ResponderEliminarDado el interés manifestado por el amigo lector Jorge Abeel sobre lo planteado en este artículo, precisamente a fines de enero 2011 y principios del mes entrante, publicaremos varios artículos ampliatorios sobre los cometas, profundizando en las creencias antiguas sobre que estos astros eran mensajeros de funestos sucesos, y en algunos casos de felices acontecimientos.
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