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martes, 9 de noviembre de 2010
El teletrabajo permite encarar tanto una actividad de pequeño o muy pequeño porte como una de tiempo completo: Los emprendimientos de la telecocina
COCINAR PARA TERCEROS DESDE CASA, UNA SALIDA LABORAL, Y TAMBIÉN UNA POSIBILIDAD DE COMPLEMENTAR INGRESOS
1. La idea del negocio
Una opción laboral accesible y no muy complicada de encarar, es cocinar para terceros desde casa, para enseñarles la forma de hacerlo mejor, o incluso para ofrecerles la comida ya preparada. Se conoce como telecocina, y puede ser un negocio rentable, flexible, seguro, y conveniente en épocas de escasez laboral y de subempleo. Su principal ventaja es que se puede autogestionar con un régimen tributario sencillo, o incluso como una actividad totalmente informal cuando el volumen de actividad no es excesivamente grande.
Para conseguir clientes, es posible recurrir a contactos personales, a las páginas web, a anuncios en Internet o incluso en la prensa tradicional, etcétera. En algunos casos, también ayuda contar con la intermediación de portales en el ciberespacio, dedicados por ejemplo a contactar cocineros y clientes en busca de comida casera diaria, y/o de comida típica de diferentes culturas, etcétera.
El acelerado ritmo de vida, la mayor cantidad de horas que generalmente se debe dedicar al trabajo en un mundo laboral cada vez más exigente, la gran cantidad de hogares donde varios de sus integrantes pasan fuera mucho tiempo, la necesidad de alimentar a los hijos y a los ancianos con comida sana, tipo casera, y en lo posible con productos frescos de estación (que incluso generalmente son más baratos en esa época), todo ello promueve el interés por la telecocina o cocina a distancia, y asegura un lugar en el ciberespacio y en el mundo laboral a las tradicionales “amas de casa”.
Además, muchos necesitan salir de la rutina, preservar momentos de ocio durante los fines de semana y días festivos, o atender en momentos especiales a enfermos o personas ancianas que tienen dificultades para valerse por sus propios medios, etcétera. Todas estas circunstancias propician que la telecocina se haya convertido en una salida laboral, para quienes tienen habilidad y conocimientos en materia culinaria.
La propuesta puede consistir en proponer recetas bien detalladas y con productos locales y de estación, para así entrenar en algún aspecto a quienes en el hogar deban ocuparse de preparar las comidas y no tengan mucha idea de cómo hacerlo, o bien incluso en distribuir paquetes de comidas caseras diseñados en función de las necesidades de los hogares de los clientes.
Las ventajas de este tipo de actividades para los cocineros, son básicamente dos: (1) Montar una actividad paralela a la propia profesión u ocupación, que se pueda llevar a cabo en momentos dispares del día y para apuntalar la economía familiar, y para así obtener un ingreso complementario; (2) Estructurar una propuesta ya más concreta y comercial, dirigida a un mercado concreto (hogareño o laboral), en el propio barrio, pueblo, o ciudad.
A través de la telecocina y de los telepedidos, por ejemplo se puede prescindir de las estructuras que demandan los negocios de comida que se suelen instalar en las calles y plazas, abaratando de esta forma la propia actividad, mejorando la higiene, e incluso creando menos problemas en el entorno urbano.
El boom de este particular servicio de cocina, por lo general tiene lugar cuando llega la crisis y los trabajadores ya no pueden ir a comer a restaurantes bien instalados por un problema de coste, así como en otras diversas situaciones. E Internet surge entonces como un medio para por ejemplo conectar a las personas que saben cocinar bien, con quienes tienen la necesidad de comer bien y sano, pero que tienen un ritmo de vida o una situación de vida que les impide dedicarse a preparar su propia comida o la de su familia.
Hoy en día, en muchos lugares de la geografía hay varios negocios de este tipo, que por un monto razonable llevan hasta la casa del cliente (hogar, trabajo) un menú de dos platos de manufactura casera, incluso con postre y pan. Y estos pedidos se pueden contratar tanto en forma mensual o semanal como en forma esporádica.
Así, la posibilidad de trabajar en el hogar y conseguir clientes en la órbita del barrio o pueblo, otorga viabilidad a este negocio de distribución de comida al domicilio del cliente.
Obviamente, pueden prepararse menús de todo tipo, platos que rotan según los días de la semana, platos especiales para los fines de semana y fiestas (más sofisticados), etcétera. Según las habilidades del emprendedor y las necesidades del entorno, la variedad puede incluir cocina local típica, cocina exótica de cierto origen, dietas especiales para enfermos o celíacos o convalecientes (por ejemplo sin sal para los cardíacos, sin azúcar para los diabéticos, etcétera), preparados especiales para fiestas o cumpleaños o días de campo, emparedados para el trabajo, y un sinfín de especialidades para así diferenciar la oferta personal del resto de los competidores, y para así intentar llegar a mayor cantidad de público interesado.
Nótese que en el seno de muchas urbes, hay una oferta de comidas al paso razonablemente numerosa y dispersa, pero que preponderadamente incluye frituras y panificados, o sea lo que suele llamarse "comida chatarra", mientras que es escasa la posibilidad de comprar comidas basadas en verduras, aunque más no sea alguna variedad de ensalada, y ni que hablar de lo que se suele llamar "comida de olla". Y la oferta de comidas sin sal ya preparadas también está casi ausente en muchas ciudades tanto grandes como pequeñas, por más que este tipo de alimentación es recomendado a las personas cardíacas y a las personas obesas y también a las personas de la tercera edad.
La gran mayoría de quienes se dedican a la cocina a domicilio, comienzan a generar su cartera de clientes con contactos personales y de a poco, amigos de hijos, parientes, o vecinos, en una dinámica en la que el "boca a oreja" funciona como motor de la propuesta.
Además de la autogestión del servicio, para organizar y promover el negocio también es posible emplear las redes sociales de Internet, tales como Facebook o Twitter, o incluso diseñar una página web y/o un blog propios, que muestren los diferentes menús, y contengan formularios de pedidos para los clientes.
Incluso ya hay algunas páginas digitales y algunos portales, que se han especializado en conectar a cocineros y comensales, y que por cierto son de gran utilidad, especialmente para quienes se interesen en comenzar este tipo de negocio. En ellas, por ejemplo los clientes realizan sus consultas y pedidos al servicio de cocina de la zona, o del lugar de paso donde frecuentan y donde eventualmente pueden retirar directamente la comida.
2. El servicio de entrega
Ciertamente, una de las claves de este negocio está en la organización de los envíos, o sea en la forma en que se planifique el empleo del taxi o servicio de mensajería para hacer llegar el pedido a la casa del cliente, pues la mejor o peor manera de estructurar esta cuestión y los costes involucrados, incidirán mucho en el margen de ganancia, y también en asegurar la satisfacción de los clientes.
Con toda certeza, el esfuerzo por trabajar con precios accesibles a las generalmente apretadas economías domésticas, puede malograrse si los gastos por este concepto se incrementan en exceso, y/o si se intenta disminuir precios en base al sacrificio de la calidad de los productos utilizados.
Complementariamente, también se debe preparar el emprendedor para ayudar al cliente a seleccionar los menús en función de una planificación semanal o mensual, pues ello puede ser una parte primordial del servicio, ya que puede ser deseado y esperado por muchos clientes.
Algunos portales dedicados a este fin, recomiendan realizar al menos dos envíos mensuales o semanales de comida congelada, para por ejemplo un cliente que necesita comer y/o cenar pocos días por semana. De esta manera, el coste del traslado que debe incluirse en el precio del menú se reduce de manera considerable, a la vez que se da flexibilidad al destinatario, para guardar la comida recibida y consumirla fría o caliente en el momento más adecuado.
Nótese también que lavar y acondicionar frutas y verduras puede ser una tarea que sea apreciada por los clientes, por más que estos elementos no requieran cocción, ya que se puede ahorrar mucho tiempo si cada cual no debe ocuparse ni de comprar ni de lavar y acondicionar esos productos.
3. La facturación
Si se desea tener un negocio doméstico como el indicado, por cierto según el país de que se trate, y según el volumen esperado de ventas y el tipo de clientes, se podrá optar, o bien por encarar el emprendimiento de manera totalmente informal y sin facturación o recibo de las ventas, o bien por elegir la variable tributaria más adecuada a la propia situación.
Al inicio y con una facturación baja, en ciertos países incluso no es necesaria la inscripción en la seguridad social, o la misma es facilitada a través de una contribución única y un registro simplificado. En líneas generales, se aconseja a quienes deseen ocuparse de esta actividad que la formalicen cuanto antes, pues ello da tranquilidad al trabajador-patrono, le permite facturar en todos los casos o al menos cuando el cliente lo necesite, y le asegura además la posibilidad de una jubilación o pensión cuando le lleguen las condiciones de retiro.
Si el trabajador se orientara a transmitir recetas detalladas y sencillas, en formato texto y con ilustraciones, y/o en formato vídeo, obviamente también podrá hacerse, pues hoy día las fotos digitales y los vídeos o presentaciones digitales, están muy al alcance de quienes no son profesionales de la informática.
Y si por el acceso a estos productos se desea cobrar, pues obviamente también se podrá hacerlo. Naturalmente, el acceso a los contenidos a un blog podrá ser libre si con ello se desea dar un servicio gratuito a la comunidad, aunque por ejemplo a través de BLOGGER (o a través de otros constructores de bitácoras digitales), también es posible limitar el acceso a quienes se encuentren en una lista definida por el administrador del weblog. Pues bien, bastará entonces subir los contenidos bajo esta última modalidad, administrar altas y bajas en la citada lista de estudiantes (participantes), y cobrar por ejemplo una anualidad a los mismos, recaudación que se podrá hacer a través de una cuenta bancaria, o a través de una red de cobranzas y pagos, etcétera.
4. Popularidad en la red e inesperadas ofertas de trabajo
El rubro de la cocina por cierto no es el único que ofrece posibilidades laborales en estos días a los emprendedores autónomos, pues potencialmente hay muchos otros, por ejemplo confección de ropa, maquillaje, dibujo publicitario, historietas, música, transporte de enfermos, peluquería, etcétera, etcétera.
Y obviamente, estos rubros se diferencian unos de otros en cuanto al abordaje, debido a las particularidades de cada cual. Por ejemplo, en un numeral anterior se destacó que el sistema de distribución era crucial en el caso de la telecocina, aunque naturalmente el caso del maquillaje o de la peluquería o de la podología, tiene cada uno especificidades propias y aspectos críticos propios.
En mayor o menor grado y en todos los casos planteados o que podamos imaginar, es importante hacerse conocer, ya que es una forma de atraer clientes o posibles e inesperadas ofertas de trabajo. Y en este sentido Internet ofrece múltiples posibilidades: (1) Las "redes sociales" y la promoción a través de círculos de amistad; (2) Los "blogs personales" y la promoción a través de artículos; (3) "You Tube" y la promoción a través de vídeos; (4) "SlideShare" y la promoción a través de presentaciones digitales; etcétera.
Se puede elegir la forma que se quiera o varias de ellas, según el tipo de contenidos a difundir, y según la habilidad y las dotes del trabajador concernido, pero lo importante a tener en cuenta para conseguir éxito, es siempre cuidar las formas y tratar de hacer todo a nivel de excelencia.
El vídeo por ejemplo, como combina imagen y sonido, es una vía muy adecuada para quienes logran ser muy naturales tanto en postura como al hablar, pues así jerarquizan la oferta que puedan hacer, e incluso también esa naturalidad puede ocasionalmente llamar la atención de alguien en el rubro concernido o en otro distinto, y por esta vía recibir una oferta directa de trabajo formal. Así, una jovencita que subió a "You Tube" un vídeo sobre consejos de cosmética para la mujer moderna, puede eventualmente recibir un ofrecimiento laboral para actuar como promotora o locutora, y alguien que se presentó en un vídeo como músico y cantante, puede tal vez ser invitado a participar en una obra de teatro.
Pero claro, no todo el mundo que quiera promocionarse a través de Internet tiene éxito. Lo importante es elegir la o las vías mejores para efectuar esa promoción, y hacer esto de la mejor manera posible.
Léase también
* Serie "Sugerencias de cocina sana y sencilla": Eligiendo el menú de hoy, ayuda-memoria del cocinero o cocinera
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