lunes, 12 de abril de 2010

Respondiendo cuestionamientos e interrogantes: Una necesidad de nuestro tiempo, el dinero telemático, el dinero nominativo, escritural, y con trazabilidad


Albert Einstein”: Comienza a manifestarse la madurez cuando sentimos que nuestra preocupación es mayor por los demás que por nosotros mismos.


El dinero telemático, la moneda digital y con trazabilidad

En las últimas 3-4 semanas llegaron a mi mesa de trabajo un número relativamente elevado de correos electrónicos, de mensajes electrónicos, y si bien por cierto la cosmética y los particulares interrogantes que allí se planteaban variaban de un caso a otro, podría decirse que todos ellos al menos tenían y tienen dos aspectos en común, a saber: (a) en forma directa o indirecta y de una manera o de otra, todos aludían al pensador catalán Agustí Chalaux i de Subirà, en forma directa o indirecta todos hacían referencia a ese centro español de investigación social y de promoción social con sede en Barcelona, y que en el idioma catalán se denomina “Centre d’Estudis Bardina” o “Centre d’Estudis Joan Bardina”; (b) de una u otra forma, en todas estas comunicaciones se planteaban críticas, reparos, preguntas, cuestionamientos, dudas, respecto del proyecto social concebido e impulsado por Agustí Chalaux así como respecto de mi propia posición personal sobre este asunto, aspectos sobre los que por cierto generalmente me es difícil explayarme en forma breve y resumida, porque los planteamientos e ideas del citado investigador social catalán notoriamente tienen sus complejidades, y porque mis propias y personales opiniones tienen obviamente una serie de matices y de improntas que al menos requerirían extenderse y profundizar en argumentaciones y consideraciones de variada estirpe.

En la medida de los posible trataré aquí de responder a la mayoría de los interrogantes planteados por ese conjunto de amigos que me escribieron desde diversas partes del globo, y particularmente situados en países de América y de Europa.

En primer lugar corresponde aclarar que sin duda soy un gran defensor y un activo promotor de la figura de Agustí Chalaux de Subirà así como de su pensamiento, lo que por cierto no me inhibe de en algunos casos formular algunas críticas a ciertas opciones y a ciertos enfoques retenidos oportunamente por este importante pensador y activista catalán.

La mejor defensa que puede hacerse del proyecto social de Agustí, no es sostener a ultranza hasta sus más ínfimos detalles, sino es tener una actitud abierta y cautelosa, aceptando enmiendas, evaluando críticas, considerando nuevas opciones, atendiendo sugerencias, aportando nuevos puntos de vista…

Es necesario reconocer que Agustí Chalaux hizo su trabajo con mucha dedicación y esmero, prolongando sus análisis teóricos y sus estudios de campo por más de cincuenta años, y haciendo esta labor casi en soledad y con relativamente poco apoyo de otras personas… Entonces, por más mérito que podamos atribuir a estos estudios, por más competencia que podamos imaginar concentrada en la persona de Agustí, por cierto los logros que podría llegar a obtener un grupo numeroso y multidisciplinario de competentes especialistas trabajando sobre estas cuestiones a tiempo completo y durante uno o dos años, por lógica obviamente podrían ser ellos muy superiores en calidad y en definición de detalles y en adaptación a la realidad, que los resultados y conclusiones oportunamente obtenidos por el ya citado investigador español hoy día lamentablemente ya fallecido.

El proyecto social de Agustí Chalaux plantea un cambio muy importante en nuestras relaciones de intercambio, así como con visión de horizonte aporta soluciones prácticas y claras en relación a la mayoría de los graves males de nuestra época: Pobreza, Marginación social y fractura social, Informalismo, Corrupción y acomodos, Especulación, Guerras, Narcotráfico y drogadicciones, Comportamientos predatorios y agresiones al medio ambiente, Robos y rapiñas, Abusos de poder, Guerras, Violencia social, Inseguridad ciudadana, Desigual distribución de recursos y de riquezas, Justicia social y justicia común, etcétera, etcétera. Y es por todo esto, y es por las consecuencias que se tendrían o que se podrían tener al aplicar las ideas de Agustí en forma generalizada, que en lo personal califico a la propuesta de este combatiente intelectual, como el proyecto social más importante y completo que ha visto la luz en los últimos trescientos años.

Y obviamente, las transformaciones y los cambios que afloran en estas ideas, son impensables que puedan implementarse de la noche a la mañana y simultáneamente en todos o en la mayoría de los países del mundo. Tendremos que avanzar poco a poco.

Veamos, veamos. Hay dos claros niveles de posible actuación, de posible intervención: (a) el de las economías nacionales; (b) el de la economía internacional, o al menos el de las economías multinacionales, o sea el del relacionamiento socio-comercial imbricado de dos o más países.

Personalmente pienso que en el nivel (b) perfectamente se puede pasar a usar sin más ni más una moneda internacional telemática o una moneda regional telemática, según que la cobertura cubra prácticamente a la totalidad de los países del mundo, o por el contrario que cubra solamente a unos pocos países (tal vez integrantes del Mercosur, tal vez integrantes del llamado Grupo Bric, tal vez Sudamérica y España, tal vez Sudáfrica, Brasil, Chile, y México, tal vez un grupo europeo o un grupo asiático, etcétera).

Las transformaciones al interior de una economía nacional con miras a la implantación de una moneda nacional telemática, en mi opinión no serán tan fáciles de implementar, y requerirán muy posiblemente una cuidada política de etapas sucesivas, de pasos sucesivos. Por ejemplo, podríamos tomar sector por sector, e ir preparándolo de a poco para la futura sociedad telemática. Los sectores a considerar son fáciles de imaginar: Sector asalariados, Sector trabajadores independientes, Sector rentas inmobiliarias, Sector industrial, Sector primario y extractivo, Sector servicios pequeña y mediana empresa, etcétera, etcétera. Y las acciones sectoriales a tomar también están relativamente bien cantadas o señaladas: Primero y poco a poco, implementar la contratación digital independientemente en cada sector concernido, lo que de hecho equivale a manejarse allí con moneda telemática, la que en algún momento se convertiría en la moneda corriente, la que en algún momento sustituiría a la moneda anónima actual. Posteriormente y por aplicación reiterada de esta política en sectores cada vez más extendidos, el rol de la moneda anónima se iría naturalmente reduciendo más y más. En la etapa final se decretaría la abolición completa de la moneda innominada y material, llegándose así a la economía nacional telematizada en forma plena.

Muy bien, pero… ¿es que una economía nacional telemática regida a través de dinero telemático, ayudaría a resolver problemas tales como el contrabando, o el tráfico de drogas, o las apropiaciones indebidas, o la propia pobreza?

Por cierto que sí, porque la sociedad organizada e institucionalizada ahora tendría información de base de mejor calidad y más detallada, lo que le permitiría combatir las actividades ilegales en forma mucho más eficiente, lo que le permitiría definir mejores programas sociales, lo que le permitiría mejor utilizar las potencialidades presentes en la gente y su correspondiente fuerza de trabajo, incluso lo que le permitiría tener visiones más transparentes sobre aspectos específicamente políticos e ideológicos, y esto último sin duda podría introducir más racionalidad y cordura en la diplomacia, en las relaciones internacionales, en los programas de preservación del medio ambiente, etcétera, etcétera.

Ésta es la visión general que tengo sobre el proyecto social de Agustí Chalaux. Éstas son las posibilidades que podrían derivarse de las recomendaciones y sugerencias impulsadas por el Centro de Estudios Joan Bardina.

¿Los razonamientos y justificativos recién desarrollados en el presente culturema, no le parecen lo suficientemente sólidos como para estudiar con seriedad y profundidad las ofertas de cambio que generosamente se nos ofrecen desde Barcelona?

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