ERA NEOZOICA O TERCIARIA
La citada es una Era de gran actividad orogénica, por lo que naturalmente variaron en forma considerable los perfiles continentales.
Climáticamente, hay ahora cuatro estaciones bien constituidas, lo que conforma el factor de mayor repercusión sobre la vida en este período, pues produce la extinción de buena parte de los vegetales de hojas perennes, así como de su fauna asociada.
En estos tiempos, los animales que en cuanto a temperatura eran capaces de independizarse del medio (los "homeotermos"), fueron los que dominaron los distintos ambientes (nichos) de desarrollo, pues ellos están dotados de la facultad de controlar la temperatura interna de sus respectivos cuerpos en relación con el entorno en que viven. Y ellos básicamente son las aves y los mamíferos.
La flora en esos tiempos fue muy similar a la actual, aunque con diferente distribución geográfica.
Esta Era ha sido también denominada "Cenozoica", palabra que procede del griego, y que etimológicamente significa "vida reciente" o "vida próxima a la actual" o "vida nueva".
Los geólogos modernos, en esta Era distinguen dos períodos: (1) el Inferior o Temprano, Numulítico o Paleógeno (correspondiente al Paleoceno, junto al Eoceno y Oligoceno), y (2) el Superior o Tardío o Neógeno (Mioceno y Plioceno).
La Era Terciaria representa en realidad la historia moderna del globo, puesto que no hay diferencias esenciales con la siguiente, que es la que llamamos Era Cuaternaria.
En efecto, en ambos períodos tanto la fauna como la flora son bastante semejantes a la existente en la actualidad.
En el reino vegetal, sigue el desarrollo de las palmeras y también de las dicotiledóneas.
Las gramíneas forman grandes praderas naturales. Estas especies vegetales aparecen pues, paralelamente al desarrollo evolutivo de los rumiantes.
En el reino animal, cabe destacar la extraordinaria abundancia de unos foraminíferos, es decir, de unos protozoarios llamados "Nummulites", los que caracterizan a los terrenos del Período Inferior.
Los "Moluscos", especialmente los "Gasterópodos", habitaron los mares en número extraordinario; pulpos y calamares poblaron los océanos terciarios, en una verdadera explosión de formas, colores, y tamaños.
Los insectos empiezan a adquirir un considerable desarrollo y gran variedad de formas, ligados como está su presencia a la de las plantas con flores, cada día ellas también más variadas y abundantes.
Entre los vertebrados, los peces son muy parecidos a los actuales. Y los grandes reptiles del secundario, tanto terrestres y acuáticos como aéreos, han desaparecido por completo. Y por su parte, algunos de los pequeños saurios han evolucionado, transformándose en aves.
Y con posterioridad y siguiendo la evolución, se desarrollaron aves gigantescas, como el "Diatrima", el "Fororraco", et terrorífico "Fororracoide", el "Moa", el "Dinornis" (o sea el "Moa Gigante"), las llamadas popularmente "Aves del terror" (familia de "Forusrácidos" tales como el "Phorusrhacos" o "Forusrracos", así como el "Titanis" y el "Kelenken"), y también otras variedades de las que nos ocuparemos en otros artículos.
Muchas especies de aves subsisten actualmente, pero es en los mamíferos donde se nota un desarrollo extraordinario de formas y tamaños. Todos los órdenes actuales están representados en el Terciario, y en las postrimerías de esta era, aparece el ser humano, para quien se reserva, por convención, una era especial a la que llamamos Cuaternaria.
Habitaban en el cono sur de la América Meridional, distintas especies hoy desaparecidas. Los calcos de sus restos fosilizados, pueden encontrarse en exhibición en las vitrinas de los grandes Museos de Historia Natural, como los que se localizan y exhiben en Montevideo, y los existentes en otras varias ciudades de Uruguay.
Entre ellos, destacamos especialmente el fundado por el Profesor Armando Calcaterra, infatigable coleccionista de fósiles, apasionado cultor de la Paleontología, a quien el autor de estas líneas tuvo el placer de conocer personalmente en Colonia del Sacramento (Uruguay), y allí escuchar sus acertadas descripciones de animales del pasado.
Otro es el Museo Alejandro Berro de la ciudad de Mercedes (departamento de Soriano en Uruguay), que atesora una rica colección paleontológica, verdaderamente digna de destaque.
En Argentina, descuella el Museo Paleontológico de la ciudad de La Plata. En este último, es posible admirar las hermosas acuarelas de Ángel Lulio Cabrera, jefe de la Sección Paleontología, que reproducen -con extraordinaria fidelidad científica y colorido maestro- algunos variados paisajes pretéritos.
Entre las especies de mamíferos más interesantes que habitaron en Sudamérica, sobresalen los "Milodontes", las "Macrauchenias", los "Toxodontes", los "Megaterios", los "Escelidoterios", y los "Gliptodontes".
Estos mamíferos abundaron extraordinariamente durante el Período Pampeano o Pleistoceno, es decir, a comienzos de la Era Cuaternaria, aunque aquí los citamos en la Terciaria.
Esta delimitación rigurosa no tiene especial importancia en una obra de divulgación como la nuestra, dedicada al gran público y a estudiantes de la Enseñanza Media.
Además, es de subrayar que una separación neta entre el final del Terciario y el principio del Cuaternario en realidad no existe. Estas divisiones son algo arbitrarias, aunque muy útiles desde el punto de vista didáctico.
Junto a las especies herbívoras, convivía en el Terciario un carnívoro grande y feroz, a juzgar por sus extraordinarios colmillos, puntiagudos y en forma de sable, es decir, aplastados lateralmente. Esta peculiaridad le valió el nombre científico de "Esmilodonte" o "Smilodón", vulgarmente denominado "Tigre de las Pampas".
Este carnívoro, de alzada superior a la de los actuales "Tigres de Bengala", pertenece a la familia de los "Félidos o Gatos", de uñas retráctiles y robustas.
Se encuentran sus restos en el Pleistoceno de Norte América y también de Sud América, a donde llegó cuando se estableció la comunicación intercontinental a través del Istmo de Panamá.
La fauna del Pampeano, se caracteriza por la gran invasión de formas originarias de América del Norte, que llegaron, con toda evidencia, a través de dicho istmo, como los "Mastodontes", los "Osos", los "Cánidos", las "Llamas", los "Tapires", los "Caballos" (los equinos se extinguieron en América, y posteriormente fueron reintroducidos por los españoles en la época de la Conquista).
A su vez, algunos de los representantes sudamericanos, como los "Gliptodontes", los "Megaterios", los "Toxodontes", y los "Milodontes", tomaron el camino inverso, y se expandieron hacia el norte.
El "Toxodonte" pertenece a un grupo de herbívoros (ungulados) característicos entre los fósiles de América del Sur. Su tamaño sobrepasaba en mucho, al de los actuales "Rinocerontes", y existió durante el Plioceno y el Pleistoceno.
Los restos fosilizados del "Megaterio" fueron descubiertos en 1785, en Luján (Argentina). Se trata de un animal herbívoro, perteneciente al orden de los desdentados, y que fue uno de los gigantes de la fauna fósil de las Pampas. Medía de 4 a 5 metros de largo, por unos 2 metros de alto. Y probablemente se paraba sobre sus cuartos traseros para así devorar las hojas de los árboles, que arrancaba valiéndose de sus miembros anteriores. Este animal en esta posición alcanzaba unos seis metros de altura. Sus músculos eran poderosos, y sus afiladas garras por cierto temibles.
Luchas entre mamíferos colosales, como los encuentros entre los "Perezosos gigantes" y los "Tigres dientes de sable", ciertamente debieron dar lugar a espectáculos titánicos.
ERA ANTROPOZOICA O CUATERNARIA
El fenómeno geológico y climático más importante de este período, es la serie de glaciaciones, con sus correspondientes periodos interglaciares en que los hielos se retraían.
Como consecuencia de las modificaciones de las zonas cubiertas por los hielos, naturalmente se produce la extinción de especies animales y vegetales, y la emigración de algunas otras.
En el África, correspondió a los períodos glaciares, una serie de períodos pluviales separados por épocas de sequía.
Comprende esta Era, fósiles vegetales y animales sensiblemente iguales a los de la Era Terciaria, y obviamente se caracteriza también por la presencia de fósiles de humanos y de homínidos.
ERA AGNOSTOZOICA, ERA PALEOZOICA, Y ERA MESOZOICA
Leer en el artículo anterior de esta misma bitácora digital.
Título: "Eras Geológicas", esos intervalos de tiempo que son útiles para entender progreso y variación de las formas de vida en nuestro planeta
Enlace: http://misteriosdenuestromundo.blogspot.com/2011/02/geologia.html
Fecha de publicación: Viernes 18 febrero 2011
Agradecimiento y cierre:
La calidad nunca es un accidente. Siempre es el resultado del esfuerzo de la inteligencia y de la dedicación personal. El secreto de la vida no es tanto hacer lo que uno quiera, sino querer lo que uno hace.
La curiosidad, el entusiasmo, el asombro, así como la motivación interior por el descubrimiento y el deseo por querer ayudar en la construcción de un mundo mejor, son los motores que activan el progreso de la humanidad.
El talento personal de cada quien, y la muy paciente y ordenada constancia, son los factores más importantes del éxito.
Como muy bien señalara el gran empresario estadounidense e inventor Thomas Alva Edison (1847-1931): “Las genialidades son resultado de un uno por ciento de inspiración y un noventa y nueve por ciento de transpiración".
Nosotros, amamos lo que hacemos. Con energía vamos a más. Constituimos un equipo multidisciplinario y cooperativo, donde cada articulista se ocupa de ofrecer lo mejor de sí, divulgando entre el gran público las facetas más interesantes de su especialidad.
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En el presente weblog “Misteriosde nuestro mundo y del universo”, los articulistas buscamos ofrecer un panorama general en nuestros respectivos saberes de competencia, que nutra y acreciente el interés de los lectores por profundizar en esta variada gama temática, procurando así estimular la curiosidad por la Ciencia, el Arte, y la Cultura.
Carlos Brunetto, autor de estas líneas, expresa sinceramente su agradecimiento y reconocimiento por la valiosa participación de los ingenieros Juan Carlos ANSELMI y Aulo Fernando GARCÍA, así como la más reciente colaboración de la arquitecta Adriana ISRAEL, en la apoyatura técnica que ellos me han brindado.
También agradezco profundamente a los cibernautas de Uruguay y del mundo todo, por las frecuentes visitas realizadas a los artículos aquí publicados.
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Y cerrando estas líneas finales, y como ya me es habitual, me despido de todos con un fraterno abrazo, y hasta un próximo encuentro.
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