viernes, 26 de septiembre de 2014

Némesis, el cuerpo fantasma, la estrella que nunca se ha visto

Sobre los cuerpos que se supone existen pero que nunca se han visto ni con telescopios potentes

La idea que postula la existencia de Némesis, es una interesante hipótesis astronómica, que sostiene que  nuestro Sol forma parte de un sistema binario.

En verdad, esto no tiene nada de extraño, dado que por lo menos la mitad de las estrellas conocidas no están solas, sino que forman sistemas dobles, triples o múltiples.

En estos sistemas estelares, sus miembros giran en torno a un centro común de gravedad, llamado baricentro.

Si el Sol fuera una estrella simple, sería un caso algo insólito o al menos no tan común.

Representación artística del sistema estelar múltiple HD 98800

En los sistemas dobles, cuanto mayor es la diferencia de masa entre ambas, menos se mueve la más masiva y más larga es la órbita de la estrella de menos masa.

¿Será el Sol una estrella solitaria, o tal vez tenga una compañera diminuta, que la visita cada tanto, circulando en una órbita elíptica tan alargada que no se ha podido identificar hasta el presente?

Representación artística de Némesis (estrella roja enana) atravesando la nube de Oort, y muy alejada del Sol, aquí representado como un punto apenas visible en el centro de la imagen

La hipótesis Némesis surgió como producto de una interesante investigación de tres grandes científicos, Richard A. Muller (imagen a la izquierda), Piet Hut, y Mark E. Davis, todos físicos de la Universidad de California, en Berkeley.

El Sol sería parte de un sistema doble, y estaría en uno de los focos de la elipse. El otro foco sería una estrella diminuta, una enana roja, o una enana marrón, o bien una estrella apagada, un astro muerto o incluso un pequeño agujero negro.

Tan enigmático astro, orbitaría entre 1 y 3 años luz del Sol. Se acercaría en lapsos comprendidos entre 27 y 32 millones de años, atravesando la famosa Nube de Oort. Y al desestabilizarla, lanzaría miles de cometas, asteroides y otros cuerpos, hacia el Sistema Solar Interior, bombardeando los planetas y por supuesto, también el nuestro.

Esto explicaría la asombrosa y cíclica desaparición de especies, en extinciones biológicas masivas.


El registro fósil, muestra a los geólogos y paleontólogos, que gran cantidad de especies vivientes son periódicamente, borradas del libro de la vida.

Un interesante artículo publicado en 1982, obra de David Raup y Jack Sepkoski, destacadísimos  paleontólogos, demuestra claramente,que estos eventos catastróficos se dan en intervalos regulares de unos 27  a 32 millones de años. Cada uno de estos lapsos, permitiría el desarrollo de especies, que sistemáticamente son diezmadas al finalizar el ciclo.


Por ejemplo, al concluir el Cretácico, hace unos 65 millones de años, la desaparición de los dinosaurios y otras especies, habría coincidido con uno de esos cortes evolutivos.

La causante, sería según estos investigadores, la compañera del Sol, una estrella diminuta, roja y fría, de muy débil luminosidad, que al atravesar la Nube de Oort, lanzaría  miles de proyectiles, cientos de los cuales harían impacto directo en la Tierra.

Esto terminaría alterando las condiciones atmosféricas, los ambientes naturales, los climas y desencandenando un invierno nuclear, lluvias ácidas, la destrucción de la capa de ozono, y las condiciones naturales imperantes.

Muller ha propuesto que tal estrella, sea designada como Némesis, la diosa griega de la venganza (ver a la derecha estatua de mármol del siglo II a. C.), que castigaba a los orgullosos y poderosos.

También se ha propuesto que se llame "la estrella de San Jorge", por ser la estrella que mató a los "dragones", vale decir, a los dinosaurios.

Estas ideas, coinciden con ciertas observaciones, hoy tenidas como seguras.

Entre ellas, se destaca el descubrimiento hecho por el geólogo Walter Álvarez, en Gubbio, en la zona de los Apeninos (Italia), de una anormal cantidad de iridio, en los sedimentos que marcan el límite K/T (Cretáceo/Terciario).

Abajo, en la foto de de la izquierda, se presenta a Walter Álvarez, señalando la roca probatoria, y en la de la derecha aparecen Luis Álvarez y Walter Álvarez (padre e hijo respectivamente), en el mismo lugar.


El iridio, lo mismo que el platino, el rodio, el osmio, y otros elementos encontrados en cantidades "anómalas", son muy escasos en la Tierra.

En cambio, son muy abundantes en los asteroides, los meteoritos y los cometas procedentes de la Nube de Oort.

La coincidencia resultó lo bastante interesante y bien probada como para permitir al físico Luis Álvarez (padre del geólogo Walter Álvarez) elaborar  la  hipótesis de una causa cósmica para explicar el fin de los dinosaurios, un trabajo que junto a otros, le valió el Premio Nobel de Física.

Prometiendo continuar con este apasionante tema, que enlaza la astronomía con la paleontología, y sobre el que aún restan por develar unos cuantos misterios, Brunetto se despide de los amables lectores con un fuerte abrazo.

Lista de artículos de este espacio digital referentes a "Némesis"

(3) Martes 9 marzo 2010
Gran polémica entre especialistas: Encendida defensa a favor de la “Estrella de la Muerte”
http://misteriosdenuestromundo.blogspot.com/2010/03/encendida-defensa-favor-de-la-estrella.html

(235) Viernes 26 de septiembre de 2014
Némesis, el cuerpo fantasma, la estrella que nunca se ha visto
http:// http://misteriosdenuestromundo.blogspot.com/2014/09/nemesis-el-cuerpo-fantasma-la-estrella.html

(281) Miércoles 30 de septiembre de 2015
Noticias nuevas sobre una teoría astronómica que cuenta con una gran aceptación entre los paleontólogos: Nuevo informe sobre Némesis

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