Hasta el momento, la tormenta solar más severa que figura en los registros históricos, es la que se produjo a mediados del siglo XIX. Es conocida como evento Carrington, una fulguración particularmente intensa, que este rico cervecero inglés, dedicado con pasión a la astronomía, estudió con gran detalle.
En esa ocasión, aparecieron auroras polares en latitudes muy extrañas, incluso cercanas al ecuador. En efecto, una aurora boreal fue visible en 1859 desde Cuba y otras islas del Caribe, aunque es preciso señalar, que en general, no son apreciadas desde tales zonas.
En esa oportunidad, resultó dañado seriamente el super invento del momento: el telégrafo, siendo destruído el cableado telegráfico en gran parte del mundo.
Es muy importante señalar que el Sol dista promedialmente de nuestro planeta unos 150 millones de kilómetros.
La radiación que nos llega del espacio, constituída predominantemente por protones, que son partículas atómicas de carga positiva, procede mayoritariamente del globo solar.
Todo el volumen de espacio comprendido entre el Sol y Júpiter, podríamos decir que está lleno de protones, y no es posible liberarse de ellos así como así. Es por ello, que los efectos de una tormenta solar se pueden prolongar por un par de días.
La erupción solar, generalmente se genera en tres etapas: primero, se produce la radiación electromagnética. Luego son emitidos los protones. Y por último, el desprendimiento del plasma, es decir, materia en el cuarto estado, que viaja a velocidades del orden de un millón, hasta más de tres millones de kilómetros por hora, o sea, una tormenta en extremo veloz.
Precisamente, es el plasma el causante de la mayoría de los inconvenientes que se dan en el planeta azul que habitamos, en especial, los cortes de luz.
En 1989, las erupciones que se produjeron en el "Astro Rey", determinaron un apagón en masa en todo el gran norte canadiense, y en particular, en ciudades muy populosas, Quebec entre ellas.
Nueve usinas estallaron y se quemaron sus dispositivos electrónicos, incapaces de soportar el flujo de partículas altamente cargadas de energía procedentes del Sol, sumiendo de este modo a los habitantes de ese gran país, en un frío tremendo, en pleno invierno boreal.
Por otra parte, si bien los astronautas en el espacio exterior, pueden ser afectados por el baño de radiación, en caso de estar ubicados en el interior de una nave espacial, no necesitarían hacer nada, dado que allí se encontrarían suficientemente protegidos.
Se ha constatado que el aceleramiento en el movimiento de los campos electromagnéticos, está influyendo en las variaciones el magnetismo terrestre, con todo lo que ello implica:
- Desorientación de mamíferos marinos: Cetáceos, tales como ballenas, delfines, y narvales, aparecen varados en las costas.
- Aves migratorias perdidas en sus viajes, así como afectación de insectos, tales como mariposas migratorias.
- Y la misteriosa desaparición de las abejas registrada en varios estados, etc.
Un aspecto de relevancia, que es actualmente objeto de investigación, son las posibles consecuencias de dichos fenómenos podrían tener en la conducta y actitudes de los seres humanos.
¿Serán estas variaciones, causantes de la profundización de la locura? ¿Afectarán estos fenómenos de origen cósmico a la propia psiquis humana?
No tenemos, hasta el presente, elementos de juicio para pronunciarnos respecto de estas cuestiones. Simplemente lo planteamos como una interrogante, que tal vez la ciencia resuelva en el futuro.
Pedido a los cibervisitantes
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