Antecedentes
Tal vez el animal fósil más célebre del mundo, sea el Archeopterix. En cierto momento de la historia geológica de nuestro planeta, un grupo de diminutos dinosaurios dieron origen a los pájaros.
El hecho está documentado por restos fosilizados encontrados en el sur de Alemania. Un esqueleto similar al de los reptiles, pero circundado por plumas. Esta antigua criatura alada, fue el eslabón de unión entre saurios y aves.
Los reptiles y las aves tienen muchas cosas en común, pero el Arqueopterix era más un pájaro que un reptil.
En efecto, medía unos 35 centímetros, el tamaño de una paloma. No tendría una gran capacidad de vuelo, pero sí podía en cambio planear, dando saltos de un árbol a otro, o de un árbol al suelo.
Sus descendientes llegarían a ser los amos absolutos de los cielos.
Es un típico representante de las "formas intermedias", o sea de los fósiles que presentan un mosaico de características de dos grupos biológicamente distintos.
Presenta evidentes indicios de descender de los reptiles.
Tenía dientes en sus mandíbulas carnosas, garras, larga cola, y forma craneana de reptil. Pero sus alas estaban cubiertas de plumas. No era aún un ave típica, pero era algo más que un reptil.
Se le describe en casi todos los libros de Historia Natural, y se le considera como el famoso "eslabón perdido" entre los reptiles y las aves. Esto significa que presenta aspectos primitivos (la larga cola huesuda, los dientes y las garras) junto a características más desarrolladas (plumas y espoletas).
Siete fósiles de Archeopteryx han sido encontrados, el primero en 1861 y el último en 1987.
Se conservaron en bloques de piedra caliza que se usaban para placas de impresión.
La piedra se depositó en una laguna de agua cálida y conservó maravillosamente muchas clases de fósiles : medusas, gusanos, peces, reptiles voladores de piel escamosa, y el Arqueopterix, cubierto de plumas.
Todos los pájaros que actualmente existen descienden de los dinosaurios. El primer pájaro fue el Arqueopterix, cuyo primer ejemplar vivió hace 150 millones de años.
Se desarrollaron a partir de pequeños dinosaurios, al igual que los Compsognathus.
Sus esqueletos eran todavía muy similares a los de los saurios, pero los fósiles demuestran que tenían plumas, y que por lo tanto, eran verdaderamente pájaros.
Algunos ejemplares de Arqueoptérix (los más grandes encontrados), alcanzaban el tamaño de un cuervo.
Vivían en los bosques, y se alimentaban de peces, bayas, e insectos.
Poseían fuertes garras, con una de ellas doblada hacia dentro. Esto les permitía asirse a las ramas, sostenerse en los árboles, y trepar por los troncos, mientras se escurría.
Probablemente encontraba dificultades para elevarse del suelo, ya que era algo pesado. Para trepar a los árboles, se sujetaba a la corteza por medio de las garras de sus patas y sus alas.
La cabeza del Arqueoptérix estaba cubierta de piel con escamas. Pero el resto de su cuerpo mostraba que las escamas se habían transformado en plumas.
Al igual que las aves actuales, el Arqueoptérix (cuyo nombre significa "ala antigua") tenía los huesos huecos, característica necesaria para hacerlo más liviano.
Tratándose del Arqueoptérix siempre surge la pregunta si se trata de un reptil o de un ave.
La primera huella de su existencia fue la impresión de una simple pluma sobre una piedra, hallada en 1860, en una cantera de Baviera, y que hoy se exhibe en Munich.
Al año siguiente, un nuevo descubrimiento : Esta vez se trataba de la huella fósil dejada por un animal con plumas, ¡ el ave más antigua del mundo !
La tierra volvió a suministrar nuevos datos del mismo animal en 1877, 1951 y 1965.
En 1970, un paleontólogo americano que visitaba el Museo de Haarlem en Holanda, para examinar la huella fósil de lo que hasta entonces se consideraba perteneciente a un reptil volador, se percató que se trataba de la huella de un ave antigua, de un Arqueoptérix.
Todos estos restos proceden del Jurásico, lo cual nos indica que el Arqueoptérix vivió entre hace 150 y 130 millones de años atrás
Los vestigios de este animal encontrados en Alemania, están formados por las huellas dejadas sobre un légamo (barro pegajoso) extremadamente fino, que posteriormente se transformó en esquisto (roca de color negro azulado, que fácilmente se divide en láminas muy finas).
Actualmente se encuentran expuestos en diferentes museos.
Galería de imágenes
El Arqueoptérix, ¿era un reptil o un ave?
Considerado durante muchos años como un ave muy antigua, el Arqueoptérix, según algunos especialistas, no era sino un pequeño dinosaurio cubierto por plumas.
Esta atrevida hipótesis ha trastocado por completo los cimientos de la clasificación de las aves, llegando incluso a afirmarse por algunos expertos, que éstas no son sino reptiles.
Afirmaciones evidentemente exageradas, sobre todo teniendo en cuenta que nunca podremos saber con precisión, qué fue lo que sucedió en tiempos tan lejanos.
Nos encontramos en una época muy especial, donde toda afirmación planteada en el campo de la paleontología , puede eventualmente, ser puesta en duda.
Hasta hace unos años,por ejemplo, se afirmaba que los dinosaurios eran (como los reptiles) animales de sangre fría, que no podían controlar la temperatura interna de su cuerpo.
Sin embargo, actualmente, son muchos los paleontólogos que sostienen lo contrario.
Según algunos científicos, durante el Jurásico debió existir un centenar de especies de aves, que en el siguiente período geológico, el Cretácico, debió aumentar hasta un millar.
Fue sin embargo, sólo a partir de la Era Terciaria,cuando las aves comienzan a ser verdaderamente numerosas.
En 1960, unas 834 especies de aves fósiles eran conocidas. En 1975, ese número había aumentado a unas 900 ; lamentablemente, todos estos descubrimientos sólo nos suministran un panorama muy fragmentario acerca de las aves prehistóricas.
VOLADORES PREHISTÓRICOS: El Arqueoptérix (Archeopteryx lithografica) era un ave primitiva del remoto período Jurásico, del tamaño de un pichón grande.
A pesar del extraño aspecto de este animal, era una auténtica ave, pues sus plumas se hallaban bastante desarrolladas para suponerlo así,como se puede comprobar en los fósiles que de él se conservan.
Tenía la cabeza corta, y al contrario de las aves actuales, carecía de pico. En lugar de éste, presentaba largas mandíbulas armadas de dientes.
Sus patas eran parecidas a las de las aves actuales, con cuatro dedos. En cambio, su cola tenía púas,como la de los lagartos.
Generalmente,la parte huesuda de la cola de las aves es muy breve y en ella se hallan las plumas caudales.
Pero en el Archeopteryx era muy larga (como en los saurios) estando constituida por varios huesos, y las plumas dispuestas en serie, una tras otra,semejando una hoja de palmera.
LLevaba un aparato muy curioso en los ojos: una especie de escudo o párpado protector, como el de los reptiles.
Contaba con largas y filosas garras en sus alas,con las que escalaba la corteza de los árboles,trepaba a las ramas, y se lanzaba en vuelo planeado, escapando a sus depredadores o procurando su alimento.
El Arqueoptérix, ¿podía volar o solamente planeaba?
Se debate si el Arqueoptérix podría verdaderamente volar. Sobre el punto, los expertos han emitido opiniones contrapuestas.
Para algunos, luego de tomar impulso corriendo o saltando, se elevaba batiendo las alas.
Para otros, vivía en los árboles, desde donde se lanzaba en vuelo planeado.Según ellos, esta ave se contentaba con planear, lo cual parece razonable porque el esternón , es decir el hueso de pecho no tenía quilla, especie de cresta ósea en la que se fijan los músculos de las alas.
El tamaño del Arqueopterix podría ser comparable al de una corneja, o de una paloma. Su cola, extremadamente larga, estaba sostenida por hasta veintitrés vértebras. La de los pájaros de hoy está formada por un esqueleto, reducido a huesos soldados entre sí.
Las plumas del Arqueoptérix eran semejantes a las de las aves actuales. Los tres dedos de cada ala terminaban en garras.
Un curioso detalle: las largas mandíbulas carnosas contaban con unos cuarenta dientes.
Los reptiles voladores, llamados Pterosaurios, no son los antepasados de las aves, como vulgarmente se piensa.
Los primeros animales que volaron, después de los insectos, fueron los "Pterodáctilos" sin lugar a dudas, pero no porque volaran se les podría considerar como aves, ya que eran reptiles en todas sus características.
El Arqueoptérix inició las múltiples especies de aves que habrían de surcar los cielos y que formarían una de las familias más interesantes y bellas del reino animal.
Fue el Arqueoptérix la primera ave conocida en la historia zoológica del planeta. Era un animal con plumas y demás características que diferencian a las aves del resto de los animales.
Tenía una larga cola, formada por una especie de cartílago central, del que salían las plumas del apéndice caudal.
Algunas alcanzaban el tamaño de una gallina.
Sus alas eran similares a las de los pájaros del presente, pero tenían uñas en el extremo superior. De dichas uñas, tal vez, podrían colgarse de manera parecida a como lo hacían los pterodáctilos.
El Arqueopterix, la primera ave conocida que vivió en pleno período Jurásico.
Tenía garras en las alas, carnosas mandíbulas dentadas en lugar de pico, y una larga cola de reptil.
No se han encontrado señales de la existencia de ninguna otra ave anterior a ésta, que vivió en pleno período Jurásico, hace 150 millones de años. Así que no es posible seguir su evolución desde el principio.
Tampoco es fácil seguir su desarrollo durante otros millones de años, mientras que se presentaban y desaparecían miles de nuevas especies.
Lo único que se sabe, es que su antepasado remoto salió del mar, fuente de toda clase de vida en nuestro mundo.
El Arqueoptérix inició las múltiples especies de aves que habrían de surcar los cielos y que formarían una de las familias más interesantes y bellas del reino animal.
A pesar de presentar esta ave los primeros pasos en la transformación de los curiosos reptiles, se han advertido ya en su forma, en los fósiles que de ella se encontraron, los primeros detalles de la belleza que caracteriza a las aves.
Con respecto al colorido de sus plumas, no se han hallado restos que los confirmen, de modo que el que se brinda en las ilustraciones es caprichoso, ya que tal vez , en estos primeros ejemplares, el colorido no haya sido una característica dominante de esta clase zoológica.
ÚLTIMO MOMENTO: descubren el tipo de vuelo del Arqueoptérix
Tras intensos estudios y debates se logró probar que el Arqueoptérix, una criatura alada y emplumada, que vivió en el Jurásico, el primer "dinosaurio que pudo volar".
Cuando los científicos ubicaron el primer fósil de este plumífero, en Baviera allá por 1861, ya quedó planteada la incógnita que no había sido posible resolver :
Esta criatura con plumas, del tamaño de un cuervo, ¿era capaz de volar, o sólo saltaba de un sitio a otro?
El 13 de marzo de 2018, un equipo de investigadores, a través de un pormenorizado estudio de los fósiles de Archaeopteryx, así como de varios reptiles voladores y casi una decena de aves actuales, obtuvo la respuesta.
Los resultados pusieron en evidencia que este dinosaurio emplumado, no poseía las adaptaciones en la cintura pectoral que caracterizan a las aves modernas, por lo cual su tipo de vuelo activo debía ser diferente.
Su vuelo debía ser más semejante al de una gallina que al de un ave rapaz.
Se estima que podría haber cubierto distancias variadas, entre 20 y 1500 metros.
En palabras de Voeten, la anatomía del Archaeopteryx, no le permitía realizar los movimientos de un pájaro actual en el aire.
Esto es debido a que el estilo exacto de vuelo no se puede resolver únicamente con la geometría del hueso del ala.
El equipo de expertos estuvo dirigido por Dennis Voeten, investigador de la European Synchrotron Radiation Facility de Grenoble, Francia.
El descubrimiento da cuenta de las distintas estrategias locomotoras de estos animales y de su desarrollo.
Para indagar qué tipo de vuelo practicaba el Archaeopteryx, los investigadores emplearon una peculiar máquina de rayos X denominada sincrotón.
Con su ayuda exploraron minuciosamente, huesos del brazo de 3 de 11 fósiles de este antepasado de las aves.
El sincrotón pudo evidenciar ínfimas diferencias en la densidad ósea de los fósiles analizados, incluyendo las capas exteriores, conocimiento éste necesario para poder saber si el animal efectivamente era capaz de volar.
Luego fueron comparadas dichas medidas con la de huesos de brazos de otras criaturas, como los Pterosaurios (reptiles alados) y con la de aves actuales.
Así lograron establecer que la densidad ósea era tan delgada, que indudablemente el Archaeopteryx , fue diseñado con el equipo apropiado para poder volar.
Agradecimiento y cierre:
Se aclara además que todos los artículos de este sitio digital de autoría del suscrito Carlos Brunetto, tienen por objetivo principal el empoderamiento de las actividades educativas y de divulgación cultural, así que un importante esfuerzo ha sido hecho para presentar conceptos, descubrimientos, teorías, y conclusiones técnicas y socio-políticas, sin utilizar un rebuscado vocabulario propio de especialistas, y tratando de presentar las ideas con el mayor rigor posible aunque siempre buscando sencillez y fácil comprensión.
Esperando que este contenido haya sido de utilidad y agrado para los benévolos ciberlectores, como es habitual Brunetto se despide de todos con un fuerte abrazo, y hasta la próxima entrega.
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