El panorama del cielo estival es sumamente rico y variado. En la bóveda celeste aparecen constelaciones de diversa importancia, entre las cuales destaca, desde luego, la de Orión.
La es la constelación más notoria y la que tradicionalmente se toma como modelo para el cielo estival en el hemisferio sur.
Esta constelación es la más característica de las horas de la noche en el hemisferio austral, contándose además con la ventaja de que es una de las más fáciles de reconocer en el firmamento nocturno.
Por añadidura, se trata de una constelación ecuatorial, lo que hace que sea visible desde todos los puntos de la superficie del planeta.
Las tres estrellas que más fácilmente son reconocidas, son las famosas "Tres Marías", que denominadas genéricamente "Tahalí" constituyen el célebre cinturón del gran cazador. Estas tres estrellas tienen nombres propios: Alnitak, Alnilam (al centro y la más luminosa en brillo aparente) y Mintaka (la menos luminosa).
Estas tres estrellas han recibido diferentes denominaciones a lo largo de la Historia. En la Grecia antigua, fueron llamadas "la pata de gallo".
Más tarde, los árabes (eximios cultores de todas las ciencias) las denominaron "la balanza". Posteriormente, en la Europa Medieval, fueron conocidas como "Los Tres Reyes", en obvia alusión a los Magos venidos de Oriente a adorar a Jesucristo.
Si prestamos atención notaremos que estas tres estrellas de mediano brillo, se encuentran encerradas en un gran cuadrilátero, cuyos vértices están constituidos por estrellas de muy destacado brillo.
Y entre ellas observamos a Betelgeuse, (alfa de Orión) ubicada a unos 520 A.L. y que es una hermosa estrella supergigante roja, y por lo tanto fría, con unos 3.000 grados de temperatura superficial.
-Por otro lado, tenemos a Rigel, (beta de Orión) estrella doble, de color blanco-azulado, y por lo tanto de elevada temperatura superficial, que se sitúa a una distancia del orden de 910 A.L.
Entre ellas podemos tazar una de las diagonales del cuadrilátero. La otra diagonal, va de Saiph a Bellatrix.
Toda la constelación se encuentra prácticamente envuelta en una gran nebulosa. A simple vista es accesible la parte central de la misma (me refiero a la gran nebulosa brillante de Orión, la M 42).
Otra gran nube de gas y polvo, puede ser observada al sur de la estrella Alnitak, me refiero a la nebulosa oscura "Cabeza de Caballo", que se aprecia vagamente al telescopio, como la cabeza de un equino.
Es preciso tener en cuenta, la enorme importancia que las teorías actuales conceden a las nebulosas, con respecto al origen de las estrellas.
Efectivamente, esos lejanos soles que son los astros fulgentes, no se originan en cualquier lugar del espacio, sino en las nebulosas, que son las cunas estelares, ya que en ellas, abunda la materia prima (el hidrógeno, el helio, el gas y el polvo) a partir de lo cual se forman nuevas generaciones estelares.
A su vez, para orientarnos podemos utilizar el "Tahalí", dado que las "Tres Marías" y especialmente la estrella Mintaka, viajan por el "Ecuador Celeste".
Por lo tanto, siempre salen por el Este y se ocultan por el Oeste, a diferencia del Sol, que sale por el Oriente y se oculta por el Occidente.
Es necesario precisar que el este y el oeste, son dos puntos, que quedan determinados, astronómicamente hablando, por la intersección de dos planos : el horizonte y el ecuador celestes.
El horizonte, es el plano perpendicular a la vertical, que pasa por los ojos del observador. El ecuador celeste, es un círculo máximo de la esfera celeste, que permite definir el hemisferio celeste norte y el hemisferio celeste sur, estando ubicado en un plano que contiene al ecuador geográfico.
También las Tres Marías permiten ubicar la estrella más luminosa (en brillo aparente) de todo el cielo nocturno : Sirio, ubicada a una distancia del orden de 9 A.L. y cuyo nombre significa "brillante, ardiente".
Este astro fulgente, más voluminoso que el Sol, es una estrella doble, acompañada de una "enana blanca"; esta última, del tamaño de la Tierra, encierra en su globo, una masa (cantidad de materia) parecida a la del Sol, por lo que ustedes comprenderán que su densidad (masa sobre volumen) es altísima.
Allí, un centímetro cúbico, es decir, el contenido de una cucharadita de té, pesa al menos, una tonelada (como para tomar un té en esa estrella, verdad ? ).
Sirio, es a su vez, la estrella más luminosa de la constelación del Can Mayor, uno de los dos perros, que mitológicamente acompañan al Cazador.
El otro perro, el Can Menor, contiene a la estrella Proción, otra estrella doble, a una distancia de 11 A.L. que también está acompañada por una "enana blanca" conocida como Proción "B", de características físicas similares a la de la compañera de Sirio.
Otra interesante constelación, es el conjunto estelar del "Unicornio", el mítico caballo con un cuerno recto y espiralado que salía de su frente.
La encontramos dentro de un gran triángulo imaginario, formado uniendo idealmente las estrellas Betelgeuse (la estrella anaranjada-rojiza) de Orión) por un lado con Sirio del Can Mayor, y por otro lado, con Proción del Can Menor.
Allí, en la constelación del Unicornio, se puede apreciar, haciendo uso de un buen telescopio, o de un anteojo astronómico, la hermosa nebulosa de la "Roseta", con un espectacular despliegue de detalles enmarcados en la forma de una rosa de color rojizo.
La magnífica nebulosa de la Roseta, con un diámetro estimado de 130 años luz, dista aproximadamente 5000 años luz del sistema solar. Se encuentra proyectada en la hermosa constelación de Monoceros, también conocida como Unicornio.
Galería de imágenes: Representaciones artísticas de constelaciones
Agradezco profundamente la valiosa colaboración de los ingenieros Juan Carlos Anselmi Elissalde y Aulo Fernando García Texeira, en las ilustraciones aportadas a este artículo.
Esperando que este contenido haya resultado de vuestro agrado, Brunetto se despide de los amables lectores, con un cálido abrazo.
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