La obra presenta personajes históricos interactuando junto a otros de ficción, sobre los cuales recae, por razones literarias, el protagonismo.
Así pues, el detective Arthur Legrand no tuvo existencia real, ni tampoco su par femenina, la joven periodista Bárbara Doyle.
Dentro del pequeño equipo de detectives hay, en cambio, registros históricos de Charles Legrand (que en la trama aparece como hermano y subordinado de Arthur) y del ex policía John Batchelor, quienes secundan, en la novela, a la pareja principal.
También devienen ficticios por motivos obvios, al no haber sido capturados en la vida real, el diplomático Sir Gerard Atkinson, que encarna al Asesino del Torso de Támesis y, simultáneamente, al “Maestro” del clan demoníaco tildado “La Orden del Macho Cabrio”. También son ficticios James Smith, hijo natural de aquél, quien a su vez oficia en el papel de Jack el Destripador. No gozó de existencia genuina la satánica cómplice del Asesino del Torso, la aristocrática “Diana”; ni tampoco Frederick Campbell, alias “Fred”, joven barquero integrante de la cofradía maléfica liderada por el Asesino del Torso.
Fungiendo en roles secundarios aparecen entre otros, sin embargo, individuos de comprobada existencia real, a saber:
Thomas Bond: insigne médico forense que se encargó de las autopsias sobre las víctimas del Asesino del Torso, y de elaboró un precursor informe psicológico respecto de Jack el Destripador.
Henry Moore: inspector jefe de la Policía Metropolitana británica (Scotland Yard), que tuvo a su mando las pesquisas de los crímenes del Torso Killer a partir del “Misterio de Whitehall” (torso femenino hallado en el sótano del edificio en construcción de la Sede de Scotland Yard, el 2 de octubre de 1888), y que colaboró en la investigación de los homicidios de Jack the Ripper, perpetrados de agosto a noviembre de 1888.
Thomas Barrett: agente de la policía metropolitana que revistaba para la división policial H del distrito de Whitechapel, cuando acaecieron los asesinatos del Destripador, quien en la narración se integra al grupo de detectives.
George Hutchinson: cliente y amigo a la víctima Mary Jane Kelly, conocido por denunciar ante las autoridades el presunto aspecto que exhibía el último sujeto que acompañó a esa meretriz en momentos previos a su homicidio.
Trama:
La novela consta de dos partes. La primera se inicia con una escena, a modo de preludio, que se sitúa en la ribera sur del río Támesis, en las cercanías de la localidad de Battersea, en setiembre de 1873. Allí se describe un sacrificio humano consumado por una secta satánica encabezada por un anónimo “Maestro”. Veremos a éste vestido, para la macabra ocasión, con ropas ceremoniales que incluyen capa y capucha oscura, chaqueta con botones dorados y una filosa daga. En la sala ritual hay una mesa o túmulo donde se llevará a cabo el sacrificio, y otros símbolos impíos. El jefe es asistido por una enigmática fémina con antifaz y vestido escarlata, y por un muy juvenil lugarteniente de cabeza rapada y toga marrón. Los esbirros que, desde el exterior, traen maniatada a una mujer anónima, informan que no pudieron capturar también a los hijos de esa víctima (una niña y un muchacho), quienes lograron escapar.
Los siguientes capítulos de la parte inicial (del 2 al 15, unas 200 páginas), dan un salto temporal y se enfocan en las actividades detectivescas de investigadores privados contratados por el Comité de Vigilancia de Whitechapel, entre octubre y noviembre de 1888. El lugar geográfico oscila desde el este de Londres, en que se consumaron los crímenes de Jack el Destripador, y el centro de la capital inglesa, en Westminster, donde reside el líder del equipo investigador, Arthur Legrand.
Aquí se suministra al lector información veraz, con respaldo histórico basado en autopsias forenses, encuestas judiciales y notas periodísticas, acerca de las víctimas del homicida de Whitechapel que perecieron violentamente desde agosto hasta el 9 de noviembre de ese año.
La segunda parte (que va del capítulo 16 al 30; o sea, poco más de cien páginas) asume un ritmo más dinámico, propio de la novela de suspenso o “thriller”.
Se retrotrae a mayo de 1887, cuando tiene su inicio la segunda racha de crímenes cometidos por el Torso Thames Killer, con un homicidio seguido de desmembramiento acaecido en la localidad de Rainham. La conexión de este asesinato con los concretados más de una década atrás se establece en un diálogo entre el médico forense Thomas Bond y el detective Arthur Legrand. A partir de entonces, el relato dará nuevos saltos temporales.
Llegamos a la madrugada del 31 de agosto de 1888, donde finiquitaron a la primera víctima del Destripador, y asistiremos al modus operandi de éste en acción, para engañar a su presa y dar comienzo así a su retahíla de atrocidades históricas.
Luego se verá cómo, en tiempo concomitante, la secta diabólica sigue operando. Sabremos que la misteriosa secuaz vestida de escarlata se llama Diana, y que oficia como entregadora de desprevenidas muchachas, que serán sacrificadas en sórdido ritual, tras el cual se esparcirán (desde un barco propiedad del Maestro demoníaco) los restos trozados de esas víctimas en el río Támesis.
El nuevo hito de la narración, surge cuando un integrante de la orden (“Fred”), con gran riesgo personal, se introduce dentro de la obra en construcción de la sede de Scotland Yard, y deja oculto el torso de aquella desdichada, el cual será recuperado semanas más tarde, el 2 de octubre de 1888.
Tras un breve capítulo que da cuenta del paso del tiempo, y de que en junio de 1889 aparecieron nuevos fragmentos humanos en el parque de Battersea y en zonas aledañas, el secundario personaje de Fred comenzará a adquirir relieve.
Sabremos que trabaja reparando chalupas y fungiendo de conductor de navíos en el Támesis, y que será entrevistado en su taller por el equipo de detectives. Los investigadores, gracias al soplo de un periodista, se enteraron de que ese hombre quería brindarles información para hacer caer a la secta criminal, de la cual, sin embargo, él resulta piloto del barco que se emplea para esparcir los restos humanos.
Los capítulos de cierre describirán la última ceremonia homicida, que tendrá efecto en la ribera de St Katharine, durante la noche del 9 de setiembre, y los sucesos de la madrugada siguiente, donde será descubierto en Whitechapel el llamado “Torso de la calle Pinchin”.
Se trató del último crimen atribuido al Descuartizador del Támesis. La interrupción abrupta y enigmática de esta secuencia macabra será objeto de las páginas finales de la novela.
En ellas tendrá lugar al enfrentamiento decisivo de Arthur y Bárbara con el Asesino del Torso y, también, con Jack el Destripador.
Una muy grata sorpresa leer este thiller. No conocía al autor, pero al consultar la web comprobé que es un experto en el tema del Destripador, y que los crímenes relatados realmente existieron. Una mezcla notable de ficción con realidad. Me capturó desde las primeras páginas y la tensión se mantuvo creciente hasta el desenlace, con un desarrollo intenso, pleno de vueltas de tuerca, y con un final imprevisible. Mario Vázquez
ResponderEliminarUna muy grata sorpresa leer este thiller. No conocía al autor, pero al consultar la web comprobé que es un experto en el tema del Destripador, y que los crímenes relatados realmente existieron. Una mezcla notable de ficción con realidad. Me capturó desde las primeras páginas y la tensión se mantuvo creciente hasta el desenlace, con un desarrollo intenso, pleno de vueltas de tuerca, y con un final imprevisible. Mario Vázquez
ResponderEliminarTras culminar la lectura de este thriller me place dejar aquí mi comentario, plasmando así la notablemente buena impresión que la obra me causó. La trama cumple con todo lo que este género literario exige: intriga, suspenso sostenido y creciente, situaciones que desconciertan al lector y que lo determinan a seguir avanzando página tras página, hasta toparse con un desenlace imprevisible, digno del resto de la narrativa.
ResponderEliminarEl enfrentamiento del bien contra el mal está concebido y resuelto con brillantez. Los asesinatos del Descuartizador del Támesis y de Jack the Ripper constituyen la materia omnipresente del relato y simbolizan a la facción malvada. En el bando contrario, tenemos a dos detectives de ficción que hacen las delicias con sus complejas psicologías y sus intrépidas andanzas: Arthur Legrand y Bárbara Doyle. Y nada más diré para no caer en spoiler. Cabe recomendar que otros se animen a leer esta novela victoriana. De seguro disfrutarán de ella tanto como yo lo hice.
Mario Alberti
Tras culminar la lectura de este thriller me place dejar aquí mi comentario, plasmando así la notablemente buena impresión que la obra me causó. La trama cumple con todo lo que este género literario exige: intriga, suspenso sostenido y creciente, situaciones que desconciertan al lector y que lo determinan a seguir avanzando página tras página, hasta toparse con un desenlace imprevisible, digno del resto de la narrativa.
ResponderEliminarEl enfrentamiento del bien contra el mal está concebido y resuelto con brillantez. Los asesinatos del Descuartizador del Támesis y de Jack the Ripper constituyen la materia omnipresente del relato y simbolizan a la facción malvada. En el bando contrario, tenemos a dos detectives de ficción que hacen las delicias con sus complejas psicologías y sus intrépidas andanzas: Arthur Legrand y Bárbara Doyle. Y nada más diré para no caer en spoiler. Cabe recomendar que otros se animen a leer esta novela victoriana. De seguro disfrutarán de ella tanto como yo lo hice.
Mario Alberti
Un thriller brillante. personajes inolvidables. Una trama de alto nivel. Un desenlace desconcertante. Excelente narrativa y gran cantidad de informacion veraz sobre la era victoriana y los crimenes de Jack the Ripper y el Asesino del Torso de Tamesis. Da ganas de que esta novela sea solo el comienzo de una saga con los dos detectives protagonistas. Colosales Arthur Legrand y Barbara Doyle.
ResponderEliminarLa lectura de esta novela me ha sumergido, literalmente, en las brumas del Londres victoriano. Esplendida recreacion de los tragicos hechos ocurridos a fines del siglo XIX, de aquellos misteriosos asesinatos que nunca fueron resueltos. La solucion que ficcionalmente se les da a estos crimenes en la trama resulta impresionante. Nos deja la sensacion de que todo pudo en verdad haber sucedido como en el thriller se cuenta. Tambien nos deja con ganas de que la pareja de detectives prosiga con sus emocionantes andanzas en una saga, de la cual este libro solo constituya el apasionante comienzo. Justo Ramos
ResponderEliminarUnos de los mejores thrillers que leí. Con personajes excelentemente presentados, donde destacan la pareja de detectives formada por Arthur Legrand y Bárbara Doyle enfrentando a una secta satánica en la época de los crímenes de Jack de Jack el Destripador y del Asesino del torso de Támesis. Un desarrollo y un desenlace muy bien logrados, y una trama apasionante, plena en vueltas de tuerca que mantienen la atención del lector del comienzo hasta el fin.
ResponderEliminarUnos de los mejores thrillers que leí. Con personajes excelentemente presentados, donde destacan la pareja de detectives formada por Arthur Legrand y Bárbara Doyle enfrentando a una secta satánica en la época de los crímenes de Jack de Jack el Destripador y del Asesino del torso de Támesis. Un desarrollo y un desenlace muy bien logrados, y una trama apasionante, plena en vueltas de tuerca que mantienen la atención del lector del comienzo hasta el fin.
ResponderEliminarUno de los mejores thrillers que leí. Con personajes excelentemente presentados, donde destacan la pareja de detectives formada por Arthur Legrand y Bárbara Doyle enfrentando a una secta satánica en la época de los crímenes de Jack de Jack el Destripador y del Asesino del torso de Támesis. Un desarrollo y un desenlace muy bien logrados, y una trama apasionante, plena en vueltas de tuerca que mantienen la atención del lector del comienzo hasta el genial desenlace.
ResponderEliminarUno de los mejores thrillers que leí. Con personajes excelentemente presentados, donde destacan la pareja de detectives formada por Arthur Legrand y Bárbara Doyle enfrentando a una secta satánica en la época de los crímenes de Jack de Jack el Destripador y del Asesino del torso de Támesis. Un desarrollo y un desenlace muy bien logrados, y una trama apasionante, plena en vueltas de tuerca que mantienen la atención del lector del comienzo hasta el genial desenlace.
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ResponderEliminarEn mi opinión se trata de una novela muy rica en descripciones y narrativa histórica con un gran trabajo previo de recopilación de datos verídicos que son plasmados en la trama en forma excelente. La he leído y releído con placer. Esta novela de Gabriel Pombo sin duda es brillante. Nos transporta de lleno a la era victoriana y a los sórdidos asesinatos del Destripador y del Asesino del torso de Támesis. Me resultó imposible interrumpir la lectura de una trama que me capturó con las poderosas imágenes del primer capítulo. Impresionante la descripción de las andanzas macabras de la secta diabólica que asesina a las mujeres, y a la cual se enfrentan Arthur Legrand y Barbara Doyle. Esa pareja de detectives entrañables que mucho deseo vuelvan a estar juntos en una segunda entrega de esta magnifica obra.
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ResponderEliminarLIBRO ABURRIDO LARGO, TEDIOSO, CON PARTES REALMENTE INNECESARIAS... ME FALTABAN 40 PAGINAS PARA TERMINARLO Y NO PUDE HACERLO. UNA VERDADERA Y CONCRETA DECEPCIÓN. UN LIBRO PARA SER CONSIDERADO RICO EN EXPERIENCIAS DEBE (AL IGUAL QUE EL CINE) TENER CIERTO RITMO QUE ATRAPE A LOS LECTORES, TELEVIDENTES ETC. NO OCURRE EN ESTE CASO DONDE PROFUNDIZA EN CUESTIONES TRIVIALES Y MUNDANAS QUE NO HACEN A LA HISTORIA... COMO SI EL AUTOR HUBIERA QUERIDO LLENAR AL LECTOR DE PAGINAS Y MAS PAGINAS SOLO PARA ALCANZAR UN BUEN TAMAÑO Y YA SABEMOS QUE PARA LOGRAR UNA BUENA NOVELA SE NECESITA ALGO MAS QUE LLEGAR A COMPLETAR 400 PAGINAS PARA TENER EL LIBRO. LIBRO LAMENTABLE.
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