En este artículo, con la invalorable colaboración del Ing. Juan Carlos Anselmi y del Ing. Aulo Fernando García, brindamos a los amables lectores la oportunidad de disfrutar de imágenes artísticas que recrean parte de la fauna extraordinaria que precedió al ser humano en el hábitat planetario.
Seres fabulosos, cuyos restos fosilizados bien pudieron dar pábulo a variadas leyendas, de gigantes, dragones, y serpientes de mar, son hoy motivo de admiración por parte del gran público, cuya imaginación ha sido estimulada en películas como Parque Jurásico. También son dichos restos materia de profundos estudios científicos por parte de expertos de renombre internacional, tales como paleontólogos, geólogos, y biólogos, así también como de artistas especializados, conocidos como paleoartistas, que ayudan a recrear el panorama de aquellos lejanos tiempos.
Galería de imágenes
El esqueleto completo mejor conservado de un Saurópodo, es el de este Braquiosaurio, exhibido en Berlín, y que fue encontrado en la colonia alemana de Tanganica, en África Oriental.
Este dinosaurio herbívoro alcanzaba 13 metros de altura y 25 metros de largo,
y pesaba entre 35 y 70 toneladas
(comparese tamaño con el humano)
Durante los períodos Triásico, Jurásico, y Cretácico, inmensos y cálidos mares cubrían gran parte de Europa Central y Norteamérica. En la figura se observan, de izquierda a derecha, un Brachauquenio de 10 metros, un Elasmosaurio de 15 metros, y un Mosasaurio de 12 metros
Otros colosos marinos de aquellos tiempos se aprecian, de izquierda a derecha y de arriba a abajo, un Kronosaurio de enorme cabeza emergiendo a la superficie. Sumergido otra curiosa variedad de Kronosaurio, de cuello muy corto, cresta sobre el lomo, y larga cola. Al centro y en la superficie, dos Elasmosaurios de largo cuello, a lo lejos. Sumergido, un Ictiosaurio (pez reptil) con aspecto de delfín (su cola se había alargado y bifurcado ; era agilísimo al nadar, y capaz de dar altísimos brincos en el aire). Arriba y en la superficie, a la derecha, el paleoartísta nos brinda la imagen de dos Tilosaurios, y sumergido un colosal Brachauquenio.
Dinosaurios astados del Cretáceo: a la izquierda un Triceratops de larga cola, y al centro otra curiosa variante de la misma familia, con cuerpo totalmente acorazado, provisto de un curioso collar rodeando sus puntiagudos cuernos, y pico de loro con filosas aristas
Dibujo del Macroplata, plesiosaurio marino cuyo tamaño variaba entre 6 y 9 metros
El impresionante Ranforrinco (reptil volador de Jurásico), dotado de temibles y afilados dientes, y cuya cola terminaba en un apéndice romboidal, que le servía de timón
El gigantesco Pteranodon (alado y sin dientes) del Cretácico, con 8 metros de envergadura
El Tapejara: reptil alado de curiosa cresta
Otro curioso Ranforrinco del Jurásico, llevando un pez ensartado en sus filosas garras
El más grande reptil volador, el quetzalcoatlus, cuya amplitud alar era del orden de unos 12 metros, el tamaño de un avión biplaza
grupo de plesiosauros cazando sus presas marinas
temibles tylosaurios de gigantesco tamaño y vistosa cresta, junto a los cazadores alados,los pteranodones
Colosal tilosaurio atrapando a un confiado pteranodón
Los reptiles acuáticos fueron los dominadores de los mares en la Era Secundaria
Lucha de titanes en los mares cretácicos: el crestado tilosaurio y el elasmosaurio de flexible cuello
Antigua representación científica del tylosaurus, reconstruido en 1899
Moderna representación del mismo ejemplar, tylosaurus
Comparación de tamaños: el tylosaurus llegaba a los 15 metros de longitud corporal, aunque algunos ejemplares gigantescos habrían superado los 17 metros
Esqueletos reconstruídos de gigantescos dragones marítimos
Moderna representación del paleoartista sobre el tylosaurus
Otras reconstrucciones del mismo ejemplar
Tylosaurus provisto de aleta caudal comparado con un buceador
Clásica representación de un mosasaurus tratando de devorar pterodáctilos, los conocidos reptiles voladores.
Monstruosos reptiles marinos, caprichosamente reunidos
Modernísima reconstrucción del aspecto de un gigantesco reptil marítimo, a partir de la estructura de los fósiles
Curiosa visión paleoartística de un mosasauro provisto de una poderosa dentadura en sus formidables mandíbulas, y de una curiosa cresta puntiaguda
Moderna representación del tylosaurus provisto de aleta caudal y su ubicación como dominador del gran mar interior que cubría gran parte de Norteamérica
Mosasauro llegando a la superficie acuática para respirar
Concepción paisajística del Secundario
Agradecimiento y cierre:
Destacamos la invaluable colaboración de los ingenieros Juan Carlos Anselmi Elissalde y Aulo Fernando García Texeira en las ilustraciones que engalanan este artículo.
Se aclara además que todos los artículos de este sitio digital de autoría del suscrito Carlos Brunetto, tienen por objetivo principal el empoderamiento de las actividades educativas y de divulgación cultural, así que un importante esfuerzo ha sido hecho para presentar conceptos, descubrimientos, teorías, y conclusiones técnicas y socio-políticas, sin utilizar un rebuscado vocabulario propio de especialistas, y tratando de presentar las ideas con el mayor rigor posible aunque siempre buscando sencillez y fácil comprensión.
Esperando que este contenido haya sido de utilidad y agrado para los benévolos ciberlectores, como es habitual Brunetto se despide de todos con un fuerte abrazo, y hasta la próxima entrega.
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