viernes, 7 de enero de 2011

Los misteriosos cuerpos celeste de la noche, por muchos considerados mensajeros de desgracias o del fin de los tiempos: La naturaleza de los cometas


Las ideas del siglo XIX, y los subsiguientes descubrimientos

Los astrónomos del siglo XIX, consideraban a los astros cometarios formados de materia muy sutil, a punto que Jacques Babinet, gran físico francés, los llamó las "Nadas Visibles".

Desde la segunda mitad de la centuria decimonónica, y hasta mediados del siglo XX, persistió la incógnita planteada por tan misteriosos cuerpos, y se debatían distintas concepciones, algunas muy especulativas.

Las principales posturas astronómicas entonces los consideraban como:

* Sutiles hebras del Éter.
* Finas corrientes de polvo.
* Polvillo sombrío del espacio profundo.
* Pelusa solar y etérea.


Mientras que astrónomos de la talla de Pierre-Simon Laplace o Camille Flammarion, concebían a los cometas como visitantes del espacio intersideral, imaginando que cumplían inmensos recorridos, de estrella en estrella, otros suponían que eran emanaciones de material solar, o producto de explosiones estelares.

En muchos medios científicos entonces se admitía que los núcleos de los cometas, eran agregados de materia muy sutil, que fácilmente se disolvía.


Los estudios modernos, evidencian que el núcleo de tales astros tiene a veces una masa respetable, y que impactos cometarios han producido en varias ocasiones, extinciones biológicas masivas, en cada una de las cuales, se han esfumado numerosas especies, tanto animales como vegetales.

Las lluvias de meteoros, que todos los años se producen en las mismas fechas, son materiales residuales de asteroides gastados, o de cometas viejos, que interceptan la órbita terrestre, siendo entonces atraídos por la fuerza gravitatoria y visibles entonces al atravesar nuestra atmósfera.

En 1838, las Leónidas fueron tan abundantes, que según los cálculos, aparecieron 200.000 por hora. Las personas creían entonces que era el fin del mundo.


El 24 de febrero del año 2009, el cometa Lulin alcanzó su máximo acercamiento a la Tierra, ubicándose entonces a poco más de 61 millones de kilómetros, y situándose en la constelación de Leo con un brillo máximo de 5ta magnitud.

Ese "astro cabelludo" presentó una doble cola: una azulada y rectilínea, y otra amarillenta, que se curvaba por inercia.

Este cometa, tan curioso por cierto, fue descubierto en junio del año 2007 por un astrónomo chino de 19 años de edad. y es un buen ejemplo de cooperación entre China continental y Taiwán.

Desde nuestras latitudes aquí en Uruguay, pudo apreciarse en horas de la madrugada, utilizando prismáticos, y con condiciones meteorológicas favorable incluso visible a simple vista. A partir de la medianoche, orientando la mirada hacia la dirección nordeste, y por los cielos de oriente, se pudo disfrutar de un fascinante espectáculo.

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