Texto cuidadosamente redactado para que sea de fácil comprensión incluso para legos, y al final, extensa e ilustrativa galería de imágenes
SINTÉTICA VISIÓN EXTRACTADA DE FUENTES CONFIABLES
Un gran avance para la Física, fue la detección directa, de ondas gravitatorias enunciadas hace prácticamente un siglo por el sabio Albert Einstein. Algo muy significativo, ya que confirma plenamente la predicción de la Teoría de la Relatividad General planteada en 1915.
De hecho, marca el comienzo de una nueva era: la era de la Astronomía de las Ondas gravitacionales, y gracias a tan trascendental verificación, la humanidad se embarca en una exploración maravillosa, la exploración de los lugares extremos del Cosmos, las regiones donde se originan los astros, y los lugares donde se dan fenómenos muy curiosos, precisamente por la deformación del espacio-tiempo.
Marca también el nacimiento de un dominio completamente nuevo de la Astrofísica, algo comparable a la conmoción que se originó cuando Galileo Galilei apuntó por vez primera, su telescopio al Cielo, allá en los albores del siglo XVII.
Pero cabe preguntar: Qué son esas ondas? Usando una metáfora bien comprensible, son como olas en el océano cósmico. Señalaba Einstein que los objetos que se mueven por el Cosmos, producen "ondulaciones" en el "espacio-tiempo", que es una trama, una especie de tejido en donde se dan todos los eventos del universo, y esas ondulaciones se propagan por el espacio.
Esta es una explicación sencilla pero comprensible de las ondas gravitacionales.
Su utilidad radica en que son una nueva "ventana" al universo. Gracias a ellas, se podrían entender algunos de los más violentos sucesos de los cielos, comos las explosiones estelares, las colisiones entre los agujeros negros, los púlsares, los cuásares, y otros enigmáticos objetos cósmicos.
Más todavía, sería posible dicen, indagar lo que sucedió un segundo después del Big-Bang.
También serían el punto de partida de una nueva era en el conocimiento astronómico, porque el universo es transparente para estas ondas.
Algo muy importante, dado que permitiría investigar fenómenos cósmicos que de otro modo, se mantendrían ocultos, como los secretos de la formación de los abismos negros, o cómo se comporta la materia en condiciones tan extremas.
Su importancia científica es extraordinaria. El conocimiento cósmico actual, se basa en las radiaciones electromagnéticas, fundamentalmente la luz (se investiga a través de anteojos astronómicos, telescopios, catadióptricos , o por espectroscopía).
Con esta tecnología se puede "ver"; sin embargo, con las ondas gravitacionales sería como "oír", lo que permitiría pasar a través de los objetos existentes entre nosotros y digamos, el otro extremo del Cosmos, pues las ondas, lo atraviesan todo.
Durante muchos decenios, este tipo de ondas fue prácticamente ignorado. Algunos científicos dudaban de su existencia, y otros simplemente pensaban que son tan débiles, que nunca se podrían detectar.
Sin embargo, con el descubrimiento de los púlsares, es decir, estrellas neutrónicas hiperdensas, que emiten luz mientras giran, llegó la primera evidencia indirecta, el primer indicio de que en verdad, existían.
Además, los efectos de tales ondas, son tan pequeños, que se necesita contar con detectores gigantescos, para intentar dar con ellas
Este es otro de los factores que explican por qué se ha tardado tanto en detectarlas.
El instrumental adecuado, son enormes detectores, inmensas instalaciones, que usan una tecnología llamada "interferometría láser".
El mayor de ellos se encuentra instalado en Estados Unidos. Otros muy significativos son el Virgo en Italia, y el Geo600 en Alemania.
Hasta ahora, los detectores están instalados en la superficie planetaria, pero en el futuro, serán subterráneos o sea bajo tierra.
La Esa (Agencia Espacial Europea) proyecta colocar otro en el espacio, lo cual va a permitir detectar ondas en un rango diferente de frecuencias.
Esta "ventana" podría mostrarnos la colisión de dos estrellas, formación de un abismo negro, ondas electromagnéticas en rayos gamma, ondas gravitacionales, y qué pasa cuando un hoyo negro nace.
La búsqueda de estas ondas gravitatorias, inmplica intentar hallar los minúsculos efectos, de algunos delos sistemas astrofísicos más energéticos, en las profundidades cósmicas.
Tales ondas fueron detectadas el 14 de setiembre de 2015 por medio de dos modernos detectores, ubicados uno en Luisiana y el otro en Wáshington.
La "malla" que sostendría nuestro mundo, correspondería al espacio-tiempo que envuelve a este cuerpo celeste, y que según Einstein, es deformado por la correspondiente masa.
Podríamos ver incluso, los vestigios del universo primordial, los instantes inmediatos al Big-Bang.
Las ondas gravitacionales en el espacio-tiempo, son comparables a las ondas que se mueven en la superficie de un estanque, o al sonido en el aire.
Viajan a la velocidad "c" (casi 300.000 kilómetros por segundo) y se extienden en un patrón.
Esta nueva ventana no hubiese sido posible sin la figura de Einstein.
La detección directa, fue posible gracias a que se pudo "oír" la fusión de dos agujeros negros, que al unirse, formaron uno más masivo.
Uno de ellos, tenía 29 masas solares, y el otro 36. Esto dió origen a un hoyo negro de 60 masas solares.
El equivalente a tres veces la masa del Sol, se perdió en la energía emitida por el proceso de fusión, que liberó las ondas gravitacionales que fueron detectadas.
Esto genera gran entusiasmo entre los Físicos, y es muy prometedor para la Astrofísica y la Astronomía.
Ahora es posible detectar ondas de hoyos negros y otros extraños objetos, y aprender que es lo que pasa con estos cuerpos cósmicos, usando una ventana completamente diferente a la electromagnética.
La humanidad estaría en condiciones de captar las palpitaciones procedentes del Big-Bang y lograr un entendimiento más preciso de lo que sucedió en el origen del Universo.
Las ondas gravitacionales llevan consigo "la promesa de lo desconocido".
Es preciso considerar que cada vez que el ser humano ha mirado al Cosmos con "ojos nuevos", ha descubierto algo inesperado, que ha revolucionado la forma en que vemos el Universo, y nuestro lugar en el infinito océano del Cosmos.
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AGRADECIMIENTO Y CIERRE : Deseo expresar mi más sincero agradecimiento a los ingenieros Juan Carlos Anselmi Elissalde y Aulo Fernando García Texeira, por las ilustraciones agregadas en esta entrada.
Esperando que este artículo haya servido para clarificar el panorama de las ondas gravitacionales, Brunetto se despide de los benévolos lectores hasta un próximo encuentro.