Informaciones generales
En los últimos tiempos, se han difundido los planetarios en todas las grandes ciudades, esas gigantescas cúpulas hemisféricas, en cuya bóveda se proyecta un cosmorama interior, una especie de cielo artificial, que reproduce exactamente toda la esfera celeste, con sus fenómenos, sus apariencias, sus leyes y sus movimientos (tanto simulando retrocesos o avances en el tiempo, como simulando desplazamientos del observador sobre la superficie terrestre).
En los últimos tiempos, se han difundido los planetarios en todas las grandes ciudades, esas gigantescas cúpulas hemisféricas, en cuya bóveda se proyecta un cosmorama interior, una especie de cielo artificial, que reproduce exactamente toda la esfera celeste, con sus fenómenos, sus apariencias, sus leyes y sus movimientos (tanto simulando retrocesos o avances en el tiempo, como simulando desplazamientos del observador sobre la superficie terrestre).
En el caso del planetario de Montevideo, el instrumento proyector, aparato de unos cinco metros de altura, se mueve por medio de impulsos eléctricos, y permite a los espectadores ubicados en la gran sala central, seguir los movimientos del cielo con gran precisión y detalle.
El día 11 de febrero de 2015, el querido Planetario Municipal, cumplió sesenta años de prolífica labor, y precisamente estas líneas pretenden recordar ese acontecimiento, y rendir homenaje a los que allí trabajaron y especialmente a sus directores.
En efecto, allá por 1955, nacía esta hoy día conocida institución, pionera de todos los planetarios de Iberoamérica, ya que efectivamente fue la primera en construirse y abrir sus puertas al público.
El impulsor de este grandioso proyecto fue el agrimensor Germán Barbato (1896-1965), un apasionado por la astronomía, ciencia a la que enalteció estudiando con ahínco los fenómenos celestes, e hizo que aplicara su noble energía a la creación de un planetario en la ciudad de Montevideo que hoy lleva su nombre.
Su cerebro alimentó la idea, y su cargo de entonces como Intendente de Montevideo, lo convirtió en el brazo ejecutor del auspicio proyecto. En los hechos y como ya se dijo, este planetario fue el precursor de todos los de Sudamérica
Su capacidad original, era de unas 300 butacas. No obstante, ha experimentado en los últimos años algunas modificaciones, dado que ahora cuenta con un sofisticado sistema informático y con un moderno equipo donado por el gobierno nipón.
Su primer director fue el conocido ingeniero Fernández Guido, y su sucesor como director-docente, fue el profesor Osvaldo Vaio, quienes contaron por cierto con valiosos colaboradores, como ser los profesores Mario Giadas, Gerardo Pacheco, y Luis Hermida, todos ellos magníficos conferencistas.
Posteriormente, se encargó la dirección al profesor Alejandro Castelar, y su actual director es Oscar Méndez, ambos grandes docentes y mejores personas, quienes iniciaron una fecunda época de renovación y actualización.
La masiva asistencia de alumnos de Enseñanza Primaria y Secundaria al planetario de Montevideo, así como la nutrida concurrencia de público en general, son prueba tangible de su atractiva labor de difusión de la ciencia astronómica. La educación en Uruguay da interesantes oportunidades y tiene sus joyitas, y el Planetario Municipal sin duda es una de ellas.
Galería de imágenes
Aparato proyector
Integrantes de la Sociedad Uruguaya de Astronomía
Grupo de estudiantes en visita al Planetario Municipal
Vista exterior
Otra vista exterior
Vista interior de la sala principal
Sala oscurecida presentando una observación nocturna
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